Tener las uñas arregladas y saludables va más allá de lo estético. Cuando están debilitadas y se quiebran fácilmente puede ser un indicador de que está faltando algún nutriente en la alimentación.

Las uñas están formadas por queratina, la misma sustancia que usa el organismo para el cabello y la capa superior de la piel. Cuando estas partes del cuerpo se ven saludables, quiere decir que la persona goza de buena salud y se alimenta correctamente. Caso contrario, apunta a un déficit de nutrientes o, en algunos caso, alguna afección.

Antes de elegir cualquier suplemento, lo primero sería consultar con un médico que brinde la atención necesaria y el apto físico. Seguido a eso, se pueden sumar cotidianamente algunos alimentos con determinados nutrientes.

Hierro

Es clave para la formación de los glóbulos rojos, encargados de transportar oxígeno a todas las células del cuerpo. Cuando existe déficit de hierro se produce anemia y esta se traduce a líneas verticales y una forma cóncava en las uñas.

Es importante consumir legumbres, todo tipo de proteínas de origen animal, frutos secos, semillas, cereales integrales y verduras como: acelga, espinaca, brócoli, lechuga, puerro, espárragos, repollo morado, entre otros.

Vitamina C

Aumenta los niveles de colágeno, una proteína involucrada en el estado general de la piel, el cabello y las uñas, además que en conjunto con el hierro mejoran la absorción de minerales, según apuntan algunos estudios.

Existen evidencias de que la falta de esta vitamina hace que las uñas estén quebradizas y crezcan con dificultad. Por eso hay que incluir en la dieta: cítricos, frutilla, kiwi, locote de todos los colores, tomate, guayaba, melón, coliflor, frutos rojos en general, entre otras.

Biotina

También conocida como vitamina B7, estimula el desarrollo celular y mejora el metabolismo de los aminoácidos vinculados con el crecimiento de las uñas. Aunque existen suplementos con este ingrediente, lo mejor es consultar con un médico antes de empezar algún plan.

Los alimentos ricos en biotina son: la yema de huevo, el salmón, los lácteos, el aguacate, la batata, las nueces, las almendras y las semillas.

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