En una nueva edición de Poderosas con Marilé Unger, la invitada especial fue una mujer visionaria y emprendedora, que se abrió camino en la industria audiovisual cuando casi no existía en nuestro país.
Por: Natalia Delgado
Lala Da Rosa arrancó como asistente de producción y ahora es una de las que tiene a su cargo HEi Films, produciendo y exportando talento nacional. Y para llegar a ese punto de su carrera, vivió y aprendió de muchas experiencias y desafíos.
Apenas terminó el colegio, Lala habló con su mamá y le dijo que quería estudiar comunicación audiovisual. Su objetivo -en aquel entonces- en realidad era el cine, aunque todavía no existía la carrera en nuestro país.
“Primero le planteé irme a un instituto porque la carrera no existía en las universidades y mi mamá me dijo: no, tenes que tener una carrera, un instituto no es lo mismo que tener un título universitario. Finalmente no fue cine, sino comunicación audiovisual”, detalla Lala.
Y continúa: “La carrera estaba más enfocada en la dirección de cine, radio y tevé. Empecé esa carrera y era muy teórica, no había mucha práctica como sí en este instituto, pero como para mi mamá no era una opción, me decidí a hacer pasantías y entré a un canal”.
Lala recuerda esta etapa de su vida con un momento de “suerte”, en el cual empezó sus pasantías y un productor extranjero pidió por ella. “Me dijo: queremos hacer una serie diaria. Y le respondí que no me llame a mí porque no tenía experiencia, era nueva y pasante. El productor me dijo que eso quería, a una persona que pueda moldear y mostrar todo desde 0, no a alguien con estructuras. En ese momento tenía 18 años y fue increíble”, menciona con emoción.
Aquel productor con quien empezó su carrera era el argentino Miguel Ángel Rodriguez, a quien Lala define como su “papá en lo audiovisual”. “Hicimos programas en vivo, series, documentales. Fue mucha responsabilidad. Incluso hicimos un documental sobre Fe Sin Fronteras y viajamos a Nueva York, Buenos Aires y España. En lo audiovisual me dio muchísimo”, resalta.
Sobre la familia y su carrera
A los 22 años Lala ya pisaba fuerte en su rubro. Le dieron la jefatura de producción de un canal y realizó documentales en el exterior hasta que conoció a su compañero de vida, se casó y decidió mudarse a la Argentina, el país de origen de su marido.
“En ese proceso, cuando me fui, la industria nacional creció muchísimo. Iba y venía por proyectos, después fui mamá. Me llamaban y me decían que habían proyectos específicos y venía a Paraguay, hasta que me proponen trabajar para la película Gauchito Gil. Si aceptaba tenía que estar tres meses acá, les dije que para mí era imposible porque tenía dos hijos”, recuerda.
Lala hizo todo lo posible para poder cumplir con ese compromiso que asumió y relata que pudo venir unos días para ayudar en tres escenas que eran muy grandes. Finalmente, la asistente de dirección tuvo un accidente y ya no podía estar en el set, y fue ahí donde ella tomó su lugar.
“Me tuve que quedar y fue como tirarme de un paracaídas porque llegué cuando estaba por la mitad la película. No tenía el guión, no había leído nada, no sabía quién era quién. Un día llegué a las 4 am, todo estaba lleno de escarcha, todo blanco, todos me señalaban como ‘hermana de…’, yo no soy hermana de, soy Lala”, rememora.
Cuando Lala volvió a su rubro sintió que había perdido mucho tiempo, y si bien había realizado capacitaciones viviendo en Argentina, se dedicaba más a la organización de eventos y venía solo por trabajos específicos. “Seis años estuve lejos. De verdad fui con muchísimo miedo al rodaje porque nunca había hecho cine. Por suerte tuve un equipo hermoso y enorme”.
Cuando la película estaba finalizando su rodaje, Lala recibió otra propuesta para trabajar en “Leal”. A lo que ella aceptó y se encargó del casting pero a la distancia, desde Argentina. Para esa película volvió, trajo a sus hijos y pudo trabajar exitosamente. Más adelante también se encargó del estreno de la película.
Las propuestas de trabajo no paraban de llegar y la insistencia por su colaboración eran fuertes. Al principio Lala no aceptó por sus compromisos familiares, pero le encargaron la jefatura de locación en el siguiente proyecto, y aunque la idea era que trabaje a distancia y que luego termine el trabajo otra persona acá, finalmente Lala volvió después de hablar con su familia y llegar a un acuerdo.
“Una vez más decía ‘yo nunca hice jefatura de locación, yo no voy a poder a hacer esto’, y realmente una vez que haces producción podes hacer de todo”, reflexiona.
Nuestra industria audiovisual
“Es muy emocionante y muy loco, hace poquito me hicieron una entrevista en HEi, me preguntaron ¿Cuál es un desafío en la industria? Y hace 10 años atrás no había todo lo que tenemos hoy. En la actualidad se hacen series, películas, de todo un poco, y es muy gratificante”, expresa con orgullo.
Lala destaca que Paraguay es rico en recursos, desde la naturaleza misma hasta el talento humano y, por sobre todo, las ganas y colaboración de la gente. También puntualiza que mucho de lo logrado es mérito de productores extranjeros que trajeron sus conocimientos y ayudaron a construir lo que hoy en día es la industria audiovisual paraguaya.
También ve al rubro como muy colaborativo. Muchos de los colaboradores son freelancers, trabajan para una empresa y mañana trabajan para la competencia, pero el objetivo siempre es el mismo: que el rubro audiovisual se expanda en nuestro país.
“Hoy muchas productoras están trabajando intensamente para que Paraguay sea un puerto audiovisual y para que se hagan servicios de producción” y agrega que todos los esfuerzos se están aunando para que los paisajes y recursos de nuestro país sean el escenario de producciones extranjeras.
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