La Copa del Mundo termina hoy y comienza la espera de otros cuatro años para una nueva cita de este tipo. Mientras los ojos del mundo estuvieron puestos en el fútbol durante un mes, una banda paraguaya lo vivió desde adentro: Bloody Mary.

Por: Luis Ríos

Mientras en Paraguay vimos el mundial (y los dos anteriores) desde casa, cuatro músicos paraguayos consiguieron un contrato para ir a tocar a Medio Oriente y gracias a la pandemia, ese viaje terminó coincidiendo la vigésimo segunda edición del evento deportivo más importante del mundo: #Qatar2022.

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A finales del 2019, las redes sociales de la guitarrista y creadora de contenido musical, Loida Liuzzi comenzaron a crecer. Con más de 10.000 suscriptores en YouTube, más de 123.000 seguidores en Instagramy 9.000 en TikTok, traspasó las fronteras y se hizo conocer internacionalmente.

“Gracias a los videos que compartía, tuve varios contactos de agencias de varios países. Entre todo eso, me contactaron de Qatar. Originalmente querían que fuera como guitarrista para un festival de heavy metal, pero luego de hablar con los chicos les propuse la opción de presentarnos como banda y a la agencia le gustó”, relata Loida desde Qatar.

Ella es integrante de Bloody Mary, una agrupación que le pone rock al pop y a las canciones que hoy están de moda. La banda comenzó con su primera formación en el 2018, cuando Tavo Silva y Anibal Fleitas la contactaron para formar una banda de pop, pero con una guitarra más rockera. A Loida le gustó la idea y propuso a Alejandra Portillo como cantante. Con esa primera formación, tocaron en varios bares de Asunción durante un par de meses.

“Preparamos unos vídeos de conciertos y con eso nos confirmaron el contrato en Qatar. Teníamos que viajar a mediados de abril del 2020, pero se vino la pandemia. Pasaron dos años hasta que las cosas se normalizaron un poco y finalmente nuestro viaje coincidió con el Mundial aquí”, recuerda Liuzzi.

Cuando les confirmaron de nuevo el viaje para este año, Tavo Silva no pudo viajar por otros compromisos laborales en Paraguay y reclutaron a Renato Cañete que, en pocas semanas, logró aprenderse todo el repertorio.

Por su parte, Alejandro Duarte ya venía trabajando con la banda como camarógrafo, fotógrafo, productor y varios roles. “Cuando surgió el primer viaje yo me sume a la banda como bajista. Como ya era parte, fue todo más fácil. Fueron dos años largos prácticamente sin poder tocar en vivo, pero aprovechamos para preparar material y ensayar”.

Llegaron a Doha en setiembre y confirman que desde el primer día los trataron de maravilla. Se alojan en el Hotel Intercontinental de la capital catarí y se presentan allí regularmente. “Tocamos tres veces por noche. Cuando tenemos tiempo, salimos a descubrir la ciudad. El hotel en el que estamos es una belleza, tenemos playa privada, piscina, gimnasio y todas las instalaciones del hotel a disposición. Ni hablar de la comida que es realmente de lujo”, resaltan.

La cultura de Qatar

Conforme se acercaba la fecha de inicio del mundial, iba saliendo noticias sobre las particulares restricciones y normas de convivencia que tiene el país árabe y que estaban fuertemente delineadas a partir de ciertos dogmas de la religión musulmana. El credo más popular en esa zona del mundo.

Los Bloody Mary encontraron algunas cuantas diferencias con la cultura latinoamericana. “Los lugares de esparcimiento están mayormente concurridos por hombres. No se ven muchas mujeres en los bares, por ejemplo. Además, todo termina a las 2:00 de la madrugada. Como sudamericana, me resultó increíble que todo cierre a esa hora y no hay negociación”, reconoce la cantante Alejandra Portiilo.

La venta de bebidas alcohólicas, así como de cigarrillos, queda restringida a hoteles y restaurantes con una licencia autorizada por el Gobierno. Para las personas que consuman licor en exceso hubo zonas especiales durante la disputa de la Copa del Mundo, para su recuperación. Pero si no estaban en ellas podían ser multadas con hasta 900 dólares, según las leyes.

“La única restricción que realmente se siente es la del alcohol, no lo podés comprar prácticamente en ningún lugar. Nosotros si lo podemos conseguir porque nuestro Hotel lo vende, pero los precios son casi prohibitivos”, afirma por su lado Ale Duarte. La otra Ale lo secunda diciendo que “Por las noches, todo cierra: bares, fiestas y no hay a donde parar para algún ‘after’”, subraya Portillo.

Para él, Doha es una ciudad muy particular, con infraestructura de primer mundo, pero con contrastes muy notorios. “Todo es nuevo, todo es de lujo, sobre todo en la zona turística y en La Perla, pero en otros sentidos, falta educación civil. Como, por ejemplo, la falta de respeto a los peatones, es muy difícil moverse a pie por la ciudad. Todo está hecho para andar en auto”, describe.

La vestimenta y la seguridad

Por otra parte, otro de los puntos cuestionados por los turistas de occidente para el mundial, fue la vestimenta. La misma está controlada. No se permite ropa que muestre hombros o rodillas y se recomienda evitar prendas escotadas tanto para hombres como mujeres.

“Respecto a las restricciones para las mujeres, depende un poco del lugar. Dentro del hotel es normal. Incluso podemos andar con bikini sin problema, pero en la calle sí nos cuidamos más, pero nada anormal. Basta con no usar shorts cortitos o escotes muy grandes. No hay necesidad de cubrirnos el cabello ni nada de eso. Las mujeres musulmanas si andan con Hijab, pero es una costumbre de ellas”, explica Loida.

Por otra parte, Portillo cree que gracias a la diversidad que trajo el mundial al país, se relajó más el ambiente y por momentos se siente como estar en cualquier otra parte del mundo. “He ido testeando con mi propia experiencia al salir a la calle y en poco tiempo, hay bastante diferencia”, recalca sobre la diferencia antes y durante el evento deportivo.

Lo que más rescatan es la seguridad con la que se vive en el país anfitrión del último mundial. “La seguridad es incuestionable. Caminar tranquila de madrugada, ir sola a todos lados sin miedo, dejar el celular en la silla y que nadie lo toque. Esas cosas no pasan normalmente”, agrega la vocalista.

A eso, Loida suma como anécdota que ellos salían a correr por la noche y en todo momento se sintieron seguros por las medidas y la tecnología de vigilancia que presenta la ciudad. “Yo rescato la seguridad porque literalmente si olvidas el celular en la plaza que nadie lo va a tocar. Es un ambiente que me resulta más multicultural que tradicional qatarí”, recalca.

El mundial

Entre todo lo que genera el evento máximo del deporte más popular del planeta, uno de los sectores más beneficiados es el del turismo en Qatar. El pequeño país de poco más de 2,9 millones de habitantes tuvo el reto de acoger a más de 1,5 millones de personas que llegaron al emirato durante las cuatro semanas que dura el campeonato.

“Desde que arrancó el mundial, la ciudad está alborotada. El tráfico está mucho más pesado. La zona turística de la Corniche (la Costanera) está cerrada al tránsito motor y está muy linda, con mucha infraestructura para los fans del mundial, es muy divertido pasear por ahí”, afirman los Bloody Mary.

Los organizadores aseguran que se vendieron 2,89 millones de entradas para los 64 partidos que se disputaron en ocho estadios. La mayor demanda se ha producido entre los aficionados de Catar, Estados Unidos, Arabia Saudí, Inglaterra, México, Emiratos Árabes Unidos, Argentina, Francia, Brasil y Alemania.

“La ciudad se preparó realmente bien para la cantidad de gente, y hasta ahora creo que la infraestructura no fue sobrepasada por los hinchas, creo que las cosas están saliendo bien”, afirman los paraguayos que vieron llegar a esa gran cantidad de turistas mientras demostraban su arte en ese país.

En un contexto global, la competencia de futbol ubica a Qatar en el mapa mundial como el epicentro del turismo internacional y las actividades comerciales, brindando un gran impulso a su economía. “Si bien Paraguay no está en la copa, es imposible no sentirse contagiado por el espíritu del mundial. Hemos conocido hinchas de todas partes del mundo y es hermoso intercambiar culturas en medio de una festividad tan grande”, agregan los músicos.

Y a pesar del choque de culturas, leyes y otros puntos de posible conflicto, todo parece haber salido bien. “Hasta ahora no pudimos asistir a ningún juego partido porque tenemos que tocar entre los partidos. Pero en nuestro Hotel hay varias instalaciones con pantallas y es interesante ver cómo reaccionan los fans de cada país, porque hay gente de todo el mundo, hay mucho fanatismo, pero también mucho respeto”, destaca Bloody Mary.

Los paraguayos en Qatar

A principios de noviembre, La Embajada paraguaya en Qatar dio a conocer que al menos 60 paraguayos residentes en diferentes países iban a participar del evento deportivo cuya final está programada para hoy, 18 de diciembre. “Estamos asistiendo a paraguayos y personas que están en el aeropuerto. Estamos firmes para ayudar a todos los que van a venir a este evento único en la historia”, afirmaron las autoridades diplomáticas.

“Es muy chica la comunidad paraguaya acá, pero hemos tenido oportunidad de conocer gente que está hace años y también gente que vino de turista por la copa. Estamos agradecidos con el cónsul Diego Estigarribia por darnos más yerba para el tereré. ¡Trajimos muy poca!”, cuenta entre risas Ale Portillo.

A una de las personas que pudieron conocer es a María. “La primera noche que comenzamos a tocar en el Intercontinental, conocimos a una paraguaya de entre el público. Se llama María y vive aquí hace más de 20 años. Luego del show nos saludó y nos invitó a una cena en su casa con el Cónsul Paraguayo, así que rápidamente entramos en contacto con ellos”, relata Loida.

A partir de allí, los chicos se sintieron como en casa. “Diego (Estigarribia) nos explicó un montón de cosas que son de ayuda, la comunidad paraguaya en Qatar es chica, pero nos apoyamos entre todos”, recalca Ale Duarte.

En cuanto a los planes a futuro, Bloody Mary tiene contrato hasta marzo en el Intercontinental de Doha. Luego quieren volver un tiempo a Paraguay por el techaga’u. “Después veremos si regresamos a Qatar, vemos otra opción en Dubái o algún otro país que quiera acogernos. Seguro estaremos por Paraguay al terminar el compromiso aquí. Extraño a mi familia, a mi perro, a la fauna y flora paraguaya”, añora Loida.

Para Ale Portillo, siempre es bueno volver a casa. “Yo soy una persona bastante sentimental y apegada, así que estoy contando los días para encontrarme con mis seres amados, recargar pilas y planear el siguiente paso”, promete.

“Esta primera experiencia es una puerta abierta a una infinidad de posibilidades. Estamos emocionados por el futuro”, cierran los Bloody Mary. El mundial ya pasó, pero ellos van a seguir ahí por unos meses alzando la bandera paraguaya, demostrando que, si llegamos al mundial, a través del arte.

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