Esta fruta dulce y refrescante es una excelente opción para postre o colación. Al ser rica en agua y fibra ayuda en los planes de descenso de peso, a eliminar la retención de líquidos y generar sensación de saciedad.
Proveniente de las regiones costeras y templadas de Europa, norte de África y Asia, es una fruta apreciada desde siempre. Su origen es muy antiguo y su consumo se data desde épocas prehistóricas y de la antigua Roma y China, estos últimos la han consumido por lo menos, desde hace 3000 años.
Una ración de pera es muy nutritiva, aporta: vitamina A, B, C, E, K, calcio, potasio, hierro, fibra, boro, yodo, pectina, betacaroteno, carbohidratos y ácido fólico. Todo lo necesario para mantener al organismo fuerte y saludable.
Cada 100 gramos de esta fruta tiene solo 45 calorías y muchos beneficios para la salud, entre ellos se destacan:
-Sus propiedades antiinflamatorias: contiene flavonoides, vitamina C, K y cobre, nutrientes que ayudan a aliviar la inflamación en el cuerpo y también previenen diversas patologías de este tipo.
-Buena para el corazón: Otro antioxidante presente en esta fruta es la procianidina. Este compuesto tiene la capacidad de disminuir la rigidez de los tejidos del corazón, también disminuye el colesterol malo y aumenta el bueno. La cáscara de la pera también es excelente para esta función porque tiene quercetina que ayuda a mantener estable la presión.
-Mejora la digestión: Aporta 22% de fibra soluble e insoluble, esenciales para los procesos digestivos. Primero evita el estreñimiento, tiene efecto desintoxicante y la fibra soluble ayuda a la flora intestinal.
-Fortalece el sistema inmune: Todas sus vitaminas, minerales y antioxidantes estimulan la producción de glóbulos blancos.
-Antioxidantes: El betacaroteno, la luteína y la zeaxantina de la pera permiten deshacerse de los radicales libres causantes del estrés oxidativo. De esta manera se previene el envejecimiento prematuro y las afecciones del corazón.
Te puede interesar: ¿Cómo y por qué incluir quinoa a la dieta?