Está involucrada en los vínculos y lazos afectivos, por eso se lo denomina “hormona de amor”. En las mujeres cumple un papel importante durante el parto y la lactancia, mientras que en general, brinda sensación de bienestar y refuerza las relaciones.
Su nombre significa “nacimiento veloz” porque ocurre naturalmente durante el parto. Y es que a lo largo del embarazo la oxitocina se libera en pequeñas cantidades desde la neurohipófisis. Cuando inicia el trabajo de parto, el cerebro segrega grandes cantidades, en parte para que el cuerpo resista los dolores y eso también hace que se cree ese lazo entre la mamá y el bebé.
Otro de los efectos de esta hormona es que genera empatía, un doctor llamado Paul Zak hizo un experimento para ver cómo influía esta hormona en el comportamiento. Descubrió que vuelve más morales y generosas a las personas, incluso más predispuestas a ayudar a su entorno.
A grandes rasgos, cuando dos personas se encuentran y sus cerebros generan esta hormona, ambas se sienten atraídas, relajadas y felices estando juntas. Vale aclarar que esta hormona no sólo aparece cuando se conecta con alguien, muchas acciones estimulan que el cerebro las produzca y, de hecho, es muy importante estimularla porque combate al cortisol, la hormona del estrés.
¿Cómo activarla?
-Contacto físico: El simple acto de abrazar a tu amiga, a tu mascota o a un árbol, hará que tu cerebro produzca esta hormona. Los besos, las caricias, todo lo relacionado con el contacto físico y las muestras de afecto hacen que los niveles aumenten. El Dr. Zak recomienda un mínimo de ocho abrazos al día.
-Música: Escuchar música, tocar un instrumento o cantar son buenas alternativas. Su efecto aumenta aún más cuando se le presta atención a la música y no solo cuando se la oye como un ambientador. No hay un género musical establecido, todo está relacionado a los gustos personales de cada persona.
-Películas: Igual que la música, ver una película conmueve y genera empatía con alguno de los personajes, siendo una buena forma de producir oxitocina.
-Mascotas: Acariciar, abrazar o el simple acto de que nuestro perro o gato se recueste cerca nuestro, ya genera hormonas de amor.
-Meditar: Meditación compasiva, Metta o maitri. Consiste en entrar en un estado de relajación e invocar una sensación de amor para dirigirlo en sincronía con la respiración, hacia una persona querida. El estado de relajación y la repetición de mantras incrementan la hormona en sangre, según afirma el Dr. Zak.
-Vitaminas y suplementos: La vitamina C y D, el magnesio, probióticos como el Lactobacillus reuteri, el estrógeno, la manzanilla y la melatonina pueden contribuir a que el organismo esté en un estado favorable para producir oxitocina. Sólo que antes de suplementar conviene realizar un chequeo y que el especialista indique si es necesario y qué consumir.