El valor nutricional de este pequeño alimento supera al de los huevos de gallina. Incluirlos tiene muchos beneficios para la salud y puede prevenir diferentes enfermedades, por eso, te contamos todo lo que necesitas saber.

Las productoras de estos huevos son las aves de codornices que provienen de Europa, el norte de África, el sur de Estados Unidos y algunas regiones de Asia. En la actualidad, su comercio está extendido a todo el mundo y está muy incluido dentro de diferentes corrientes gastronómicas.

Pequeños pero poderosos, cada uno de ellos es mucho más rico y concentrado a nivel calórico y nutricional en comparación de los que producen la gallina o el pato, por ejemplo. No solo se destacan por estas características, sino también por fortalecer el sistema inmune y prevenir diferentes afecciones.

Propiedades y efectos

Sus aportes de hierro y ácido fólico combaten y previenen la anemia, al ser rico en proteína de alto valor biológico favorece al desarrollo muscular, especialmente en deportistas. A comparación de otros alimentos, aporta gran cantidad de vitamina B12, esencial en la formación de glóbulos rojos y la actividad metabólica.

Fortalece el sistema inmune porque proporciona antioxidantes y selenio que suben las defensas del cuerpo, entre ellos la vitamina A se encarga de reducir la degeneración macular y previene el desarrollo de cataratas, importantes para tener la vista saludable.

También contiene vitamina D, fundamental en la absorción de calcio que mantiene huesos, dientes y articulaciones, a la vez que ayuda al buen funcionamiento del sistema nervioso.

Por otro lado, el selenio y la colina intervienen a su vez en el sistema nervioso para mejorar la memoria y prevenir el Alzhaimer. Cinco unidades de huevo de codorniz equivale en calorías a un huevo de gallina, pero se destacan en aportar más cantidad de hierro, zinc, vitamina A, ácido fólico, fósforo y proteína.

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