Beber un vaso de agua con una pizca de bicarbonato luego de comer algo pesadito, es un remedio de antaño. Quienes lo consumen aseguran que ayuda a la digestión y a aliviar la acidez estomacal.
¿Mito o verdad? La respuesta es afirmativa y la química lo explica: está vinculado a los ácidos y bases, o hablando en un lenguaje más técnico, el pH.
Para comprender este proceso químico hay que empezar por el funcionamiento del aparato digestivo. Cuando consumimos algo el órgano que recibe los alimentos produce ácido clorhídrico; este compuesto mantiene el pH del contenido del estómago entre 1,5 y 3.
El pH indica la acidez o basicidad de un líquido, cuando más bajo sea el número, más ácido será y por el contrario, cuando sea alto más básico. Cuando el bicarbonato se disuelve en agua brinda una solución ligeramente básica con un pH de 8,5 aproximadamente.+
Al beberlo, lo que hace es reaccionar con los ácidos presentes en el estómago y regular el pH, por eso es que se siente alivio casi instantáneamente, más cuando el malestar que sentimos es acidez estomacal.
En cuestión de digestión, influye porque al beberlo también produce dióxido de carbono. Este gas se libera en el estómago, lo “agita” y promueve una digestión más rápida. Por otro lado, como se trata de una sustancia con propiedades alcalinas, permite restablecer el equilibrio ácido-alcalino en el sistema digestivo y previene el reflujo ácido.
¿Cómo consumirlo?
Se puede combinar con miel y agua, o también con limón, pero la forma más sencilla es aplicar una cucharada pequeña de bicarbonato en un vaso de agua natural, mezclar y beberlo de a pequeños sorbos.
Solo hay que tener en cuenta que no hay que abusar de él porque puede generar efectos adversos. Si se consume en grandes cantidad y todos los días, el estómago puede producir más ácido para neutralizar los efectos alcalinos y esto derivar a alguna afección en el aparato digestivo, como advierte Luis Martinez Valiente, médico clínico.
También está contraindicado para personas con hipertensión, problemas renales, hepáticos o cardíacos. Si se padece alguna afección estomacal, lo ideal es consultar con un médico y que dé indicaciones de qué tipo de tratamientos seguir y si es conveniente consumir bicarbonato o no.