Lo habitual es recurrir a analgésicos que ayuden a aliviar las molestias, pero ¿sabías que hay alimentos que favorecen su aparición?
Existen más de 150 tipos de trastornos primarios y secundarios, según menciona la International Classification of Headache Disorders, y varias de las jaquecas primarias están vinculadas a los alimentos que consumimos.
Vale aclarar que si se tienen dolores de cabeza intensos e incapacitantes con frecuencia, lo primero que se debe hacer es acudir a un médico para que haga la revisión pertinente. Cuando no existe ningún tipo de patología que desencadene este malestar, podemos chequear la lista de alimentos que consumimos.
Lo habitual es tomar algún analgésico, pero si se consume más de tres por semana puede ser negativo para la salud. “Aunque los medicamentos pueden ayudar a aliviar temporalmente los dolores de cabeza, con el tiempo empeora y aparece más frecuentemente, creando un círculo vicioso de uso”, menciona un artículo publicado en la web del Instituto Nacional de Desórdenes Neurológicos.
No es novedad que ciertos alimentos y sustancias pueden provocar malestar o empeorarlo, lo que sucede es que no todo el mundo tiene conocimiento de ello. Si bien, esto depende mucho del organismo de cada persona, por ejemplo, la cafeína presente en chocolates, té y café puede ser un causante si se dejó de consumirlos de golpe.
El edulcorante también puede ser responsable de este malestar y algunos alimentos dietéticos que estén elaborados con esta sustancia. Esto se debe al aspartame, considerado un desencadenante de migraña.
Las bebidas alcohólicas son de las más vinculadas a esta patología, en principio porque producen deshidratación, y también por todo el exceso de trabajo que el cuerpo tiene que realizar para eliminarlo.
Los alimentos muy procesados, salados, embutidos y añejos también forman parte de esta lista. Entre ellos se encuentran las galletitas dulces, los snacks como papas fritas, frutos secos salados, quesos curados, jamón, salchicha, chorizos, entre otros.
Básicamente todos los productos que sabemos que no son saludables y, además, en exceso pueden causar sobrepeso y otros problemas físicos. Moderar el consumo de todo aquello que sabemos que no es saludable y que nos puede generar malestar o potenciarlo, siempre es una buena opción, pero anualmente conviene realizar análisis y chequeos con especialistas que nos confirmen que todo está bien.
También es importante asesorarse con un nutricionista para tomar mejores decisiones al momento de alimentarnos, beber suficiente agua, realizar actividad física, tener una buena higiene del sueño y gestionar el estrés.
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