Se usa frecuentemente para describir molestias que nacen a consecuencia de la exposición solar sin protección. Por ejemplo, si al estar al aire libre en un día soleado sentís picor en ciertas zonas o la piel se te enrojece con facilidad.

Por: Natalia Delgado

“La alergia al sol como tal no es tan frecuente. Sí hay personas que tienen sensibilidad al sol, cuando se le enrojece la piel ante la exposición por ejemplo, también hay que ver si es por piel sensible nada más o porque tiene algún factor genético”, explica la Doctora Rosalba Riveros, especialista en dermatología.

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Lo más habitual es que la gente del piel más clara, de fototipo bajo como las personas rubias, coloradas o albinas, tengan más sensibilidad a la radiación y se le enrojezca o sientan algún tipo de picor. Sin embargo, en otros casos los especialistas deben estudiar la situación y al paciente, para determinar que no tenga algún tipo de patología autoinmune como el lupus o alguna colagenopatía, detalla la especialista.

“La ‘alergia’ en sí al sol son ronchas que aparecen en zonas generalmente cubiertas de la piel. Es decir, normalmente no salen en las manos o la cara, sino en otras zonas que no reciben luz solar a diario”, destaca la doctora y agrega que no son tan frecuentes los casos de alergia pero sí los de sensibilidad.

Si una tiene conocimiento de que su piel es muy sensible y probablemente la exposición le va a generar algún tipo malestar, lo ideal es evitar salir al exterior en los horarios donde el sol está en su punto máximo: entre las 10am y las 4pm, puntualiza Rosalba.

También es muy importante usar protector solar UVB y UVA de mínimo SPF 50. Ya que un error común es que la gente se ponga fotoprotector una sola vez en el día y no lo retoque. La especialista enfatiza que se deben repasar las capas de protector solar cada dos a tres horas, dependiendo de la actividad que se esté realizando al aire libre.

“Si el paciente viene diciendo que le salen lesiones por la exposición solar, lo primero es estudiar si no tiene alguna patología que empeora con el sol. El tratamiento definitivo, si es una urticaria solar, es buscar una exposición de manera medida para que el paciente se vaya acostumbrando y pierda la sensibilidad, pero siempre respetando los horarios indicados y la protección”, describe la dermatóloga.

“En el caso de una alergia franca, el paciente tiene que tomar algún antihistamínico como para calmar el picor, usar protector solar y sensibilizar también de a poco la piel”, finaliza.

Para todo tipo de pieles, la mejor opción en cuidados es evitar la exposición en las horas donde el sol está más caliente y también usar protectores de factores altos. Si con frecuencia notas molestias en la dermis, lo ideal es que consultes a la brevedad con un especialista.




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