Una de las cosas más bellas es sumar un cachorro a la familia, verlo crecer y disfrutar de su compañía, pero también resulta desafiante por todos los cuidados que requiere; por eso te contamos de algunos consejos básicos para que se desarrolle sano y feliz.
Al ser pequeños, todos los factores externos pueden influir en su crecimiento y carácter, también requieren una atención especial respecto a su salud, alimentación, juegos y espacios para descansar. Normalmente cuando se adopta a un perrito se lo desvincula de la madre a partir de las ocho semanas de edad, momento en el que el pequeño ya puede comer solo.
En el caso de que hayas rescatado a un cachorro de menor edad, lo ideal es consultar con un veterinario acerca de cómo y cuándo alimentarlo, el especialista también brindará información sobre qué productos se les puede dar. A partir de las ocho semanas el pequeño debe consumir alimento balanceado para cachorros, ya que este le proporcionará los nutrientes que necesita.
Es normal que el peludito duerma más horas de las que está activo, durante esta etapa el buen descanso es fundamental para su crecimiento. Parte de su adiestramiento está vinculado a este momento y por eso importante que tenga un lugar acogedor. Si se lo acostumbra en un rincón particular con una cama o almohadón, a medida que vaya creciendo sabrá que ese es su espacio y evitará subir a la cama, sillón y otros lugares donde no debe.
Las visitas al veterinario también son necesarias. El doc debe llevar un control estricto sobre la salud del cachorro y aplicarle vacunas, esto no solo prevendrá enfermedades, sino que lo preparará para poder dar paseos al aire libre sin riesgos de contraer alguna patología.
Para evitar que tenga malos comportamientos o destroce cosas en el hogar, el perro debe tener actividad física y estímulos. Darle juguetes para que se entretenga y dedicándole unos minutos al día para que queme energía evitaremos este problema. Además que un perro activo está más dispuesto a ser adiestrado, según afirma Cesar Millán, el “encantador de perros”.
Los snacks son un buen premio para enseñarle las reglas que deben seguir dentro del hogar, así como algunos trucos (dar la pata, sentarse, acostarse), el cachorro no sabe donde tiene que hacer sus necesidades o que está bien o mal, por eso hay que tener mucha paciencia y reemplazar los regaños por estímulos positivos.
También hay que tener en cuenta que ellos aprenden las órdenes según la entonación que usemos, saben cuando uno les habla en modo serio o animado, así como entienden el lenguaje corporal y perciben el estrés y la tensión. Para evitar que el cachorro haga sus necesidades adentro, lo mejor es la anticipación, hay que prestar atención en los horarios que sienten ganas de hacer sus necesidades y sacarlos al patio.
Por último, es bueno que el perrito socialice con otras personas ajenas a la familia y desde pequeño jueguen con otros perros, una vez que tengan todas las vacunas y el apto del veterinario. Así de grande será un canino sociable y juguetón.