Opinar sobre el cuerpo de los demás es una práctica que ocurre en todas las etapas de la vida y quienes más han recibido “críticas” por no cumplir con los estándares de belleza establecidos han sido las mujeres. De eso se trata este término.
Por: Natalia Delgado
Simples comentarios como: “te ves muy cansada”, “estás más gordita”, o bromas como “largá los postres”, “tenes ojeras de panda”, pueden parecer inofensivas para quienes las dicen, pero lo cierto es que opinar de esta forma sobre el aspecto de la otra persona puede producir impactos negativos sobre el autoestima y la psique de quienes las reciben.
“Body shaming” hace referencia a avergonzar o burlarse de alguien por la apariencia de su cuerpo. Desde pequeñas todas habremos recibido alguna crítica por parte de otras personas, pudo ser un compañerito de colegio, una tía, una abuela, incluso una amiga, y con el paso del tiempo esta práctica se vio acrecentada y expuesta con el avance de las tecnologías y las redes sociales.
“Una de las estrategias más agresivas para degradar, y por lo tanto ejercer violencia contra un ser humano, es deshumanizarlo. En los medios de comunicación las mujeres somos valoradas casi exclusivamente por nuestra dimensión corporal (…). Despojar a una persona de su dimensión racional y emocional influye de manera decisiva en cómo nos relacionamos con ella”, comenta Yolanda Domínguez en su libro “Maldito estereotipo”.
Esta práctica puede traer graves consecuencias en las personas, desde trastornos de ansiedad hasta inseguridad; golpea fuerte el autoestima, como si la persona perdiera valor solo por verse diferente a lo que la sociedad remarca como aceptable. También puede producir trastornos alimenticios y baja autoestima.
*Enterate de más: “Body neutrality” el movimiento que invita a aceptarnos tal cual somos
A contra parte, surgieron otros movimientos como el “body positive” o “body neutrality” que buscan erradicar esta costumbre. El primero hace referencia a aceptar la belleza de los cuerpos naturales en todas sus formas y el segundo, hace énfasis en que el cuerpo es lo que es y no debe ser juzgado.
¿Cómo actuar frente al “body shaming”?
En primer lugar tenemos que ser consientes de las cosas que decimos y cómo opinamos, muchas veces podemos hablar sin pensar y decir cosas que lastiman al otro, ser empaticas y responsables en el modo en que nos comunicamos es fundamental.
Un ejercicio básico es pensar si aquello que queremos decir se puede modificar en 5 segundos, es decir, si la persona tiene un pedazo de lechuga entre los dientes, lo puede modificar en poco tiempo y hasta te lo va agradecer, tal vez. Pero si lo que estás pensando está relacionado a su peso, estatura o forma física, es mejor callarse.
También hay que entender que nuestro valor como personas, o el de los demás, no está relacionado a la apariencia y que la perfección no existe. Podemos buscar “nuestra mejor versión”, realizar actividades de todo tipo que nos hagan sentir bien, realizadas, y es fundamental reconocer nuestras virtudes para que nos nos afecte aquello que los demás puedan decir de nuestra apariencia.
Por último, siempre seremos recordadas por nuestros actos y todas aquellas acciones positivas que tuvimos con nuestro entorno, el cuerpo es algo temporal, como señala un estudio realizado por la Universidad del Valle de Puebla.