Mantener nuestro cuerpo bien oxigenado es fundamental al realizar actividad física. Y si bien al iniciar un deporte es común que se pierda rápido el aliento, la buena noticia es que existen algunas claves para que puedas mejorar tu respiración y ganar mayor estado físico.
Si estas incursionando en el running o querés salir a trotar de vez en cuando, es muy importante que consultes con un profesional, te realices un chequeo médico integra para empezar a entrenar así como también es pertinente consultar con un entrenador sobre la manera de encarar la nueva rutina; de manera a prevenir posibles lesiones.
¿Por qué es tan importante la respiración al correr?
Cuando activamos nuestro playlist preferido y empezamos a trotar, nuestro cuerpo demanda más actividad al corazón, el cual es el responsable de bombear oxígeno a todos los músculos que están trabajando durante la corrida, y también a los pulmones que se encargan de traer el oxígeno al cuerpo y eliminar el dióxido de carbono.
Durante la carrera, nuestros músculos necesitan trabajar más y eso hace que consuman más oxígeno y se genere más dióxido de carbono. Es por esto que la respiración se intensifica y se acelera, al igual que la circulación, según explica la Fundación Europea del Pulmón.
Como el cuerpo exige más oxígeno y un funcionamiento más eficiente del sistema circulatorio, puede que se nos haga más difícil respirar. Por ese motivo, a veces sentimos cierta dificultad para respirar, como también cansancio o incluso, nos vemos obligados a parar por falta de aire.
Un error frecuente al realizar actividad física es dejar de respirar, obviamente no es algo que se hace adrede, pero si es común que la persona centre toda su atención a lo que está haciendo o al objetivo que quiere llegar y se olvide de algo fundamenta: respirar, la primer consecuencia es la falta de aliento y la segunda, un dolor al costado del abdomen, si alguna vez lo sentiste, es porque te estabas olvidando de respirar.
En el caso de correr, inicialmente se hace una entrada en calor y una camina rápida para ir activando los músculos, durante esa etapa nuestra respiración se mantiene normal, luego empezamos con un trote suave y unos minutos después buscamos nuestro propio ritmo, durante todo ese trayecto la respiración no debería variar, especialmente si no nos olvidamos de tomar aire.
Un buen modo de fortalecer los músculos que nos ayudan mientras respiramos es realizar inhalaciones profundas, también conocido como respiración del diafragma. Es un ejercicio tan simple como sentarse derecha o recostarse boca arriba y tomar aire por la nariz hasta llenar los pulmones, esperar unos segundos y luego soltar suavemente por la boca. Este ejercicio lo que hace, además de fortalecer los músculos del esternón, es educarnos para no respirar superficialmente durante la carrera.
Otro método efectivo es implementar la respiración rítmica, es decir, empezás a trotar y cada tanta cantidad de pasos tomas aire y después soltás. Por ejemplo: podríamos dar dos zancadas mientras inspiramos, y otras dos mientras espiramos. Esta técnica ayuda al cuerpo a absorber más oxígeno y a reducir el estrés provocado por el impacto de los pies sobre el suelo mientras corremos.
Otra clave fundamental es la postura, hay que mantener la espalda recta y la cabeza tiene que estar alineada a la columna, siempre con el cuerpo relajado, esto favorecerá la respiración y a mantener una sesión de entrenamiento cómoda.