El melón es muy nutritivo, aporta agua, fibra, vitaminas y minerales que ayudan a todos los procesos naturales de nuestro cuerpo, pero lo que pocas saben es que también ayuda a producir colágeno y elastina, por eso, te contamos como aprovechar al 100% esta fruta.
El mercado ofrece muchas productos para combatir manchas, arrugas, flacidez, acné, líneas de expresión y cicatrices. La mayoría son muy costosas y tienen una función específica y no de amplio espectro, eso es lo bueno del melón, sus bondades aportan soluciones a diferentes problemas cutáneos.
Esta fruta es rica en vitaminas C, B6, B12 y D, potasio, magnesio, calcio y hierro, nutrientes que combaten el deterioro de la piel, los signos de envejecimiento y hasta la salud capilar. Lo más curioso es que dependiendo cómo se utilice esta fruta, te puede ayudar a producir colágeno (molécula que se ocupa de mantener nuestra piel sana y radiante) y el aspecto general de la piel.
Entre sus funciones más destacadas están: la hidratación, no solo cuando la comemos aprovechamos todo el agua que tiene esta fruta, si la aplicamos durante 15 minutos sobre la piel su cáscara evitará la sequedad cutánea.
Como previene la oxidación de la piel podemos prevenir el envejecimiento prematuro, las arrugas y manchas. Su aplicación tópica también sirve para aliviar las quemaduras del sol.
Si compraste melón no tires la cáscara, podes preparar un tónico revitalizante con él. Basta con poner las cáscaras en remojo de agua durante 24hs, luego colá y utiliza este liquido diariamente con un pulverizador.
Para estimular la producción de colágeno, elastina y retinol deberás usar la fruta con la cáscara incluída, la vas a licuar con media taza de agua, después le vas agregar una cucharada de rosa mosqueta y lo vas a guardar en la heladera por un par de horas.
Te va a quedar como una pasta fresca que podrás aplicarte en el rostro diariamente, lo ideal es que la dejes actuar durante 30 minutos y luego te enjuagues con abundante agua fresca, el resultado será una piel de porcelana brutal.