A diferencia de la creencia popular, los veterinarios explican que los huesos no son saludables para nuestras mascotas e incluso pueden resultar un peligro para su organismo. Te contamos las razones.
Es muy común relacionar a los perros con los huesos, sin embargo, varios veterinarios ratifican que al darles como alimento o para su diversión, los estamos exponiendo hasta a un desenlace fatal.
El hueso es un tejido mineralizado de calcio y fósforo que el organismo de los perros no absorbe ni digiere. Tampoco aporta beneficios nutricionales, a excepción que estén carnosos, así sí añade algunos nutrientes, pero por lo general no es la forma en que les damos.
En algunos casos provocan oclusiones y perforaciones intestinales, y si son de pollo o de otros animales pequeños, el peligro es mayor porque se astillan con más facilidad. Otras de las razones es que pueden llegar a provocar asfixia, cortes y heridas en la boca o en las amígdalas, también genera vómito, diarrea, sangrado del recto, y en el peor de los casos, la muerte.
Si es un hueso de un animal grande, ya sea de vaca o cerdo, disminuye los riesgos de astillarse, pero siguen siendo nocivos. “El perro los va a roer y va a ir sacando arenilla. Esa arenilla tampoco se digiere. Le puede provocar diarrea o estreñimiento”, indica el veterinario español, Emilio Castro.
Menciona además que si se trata de un hueso crudo, este se parte con más facilidad y puede producir la rotura de un diente o una muela, a su vez, podría enfermar al can. “Hay muchos parásitos en las carnes frescas. Contagiarse de toxoplamosis, por ejemplo, es bastante frecuente. La enfermedad puede no manifestarse o resultar letal”, advierte.
Teniendo en cuenta que los perros demuestran que los huesos les gustan mucho porque les brindan placer y entretenimiento, el especialista aconseja reemplazarlos por juguetes, ya que son productos fabricados con materiales naturales prensados como el cuero, la piel o el asta. Algunos son funcionales y pueden servir para limpiar los dientes.