Si sos de los que tiene un playlist para cada actividad, te va alegrar confirmar que varios estudios respaldan que hacer actividad física escuchando nuestro playlist favorito puede mejorar nuestro rendimiento hasta un 15% más.
Esto no es menos cuando hacemos ejercicio, la música influye en nuestro rendimiento y varios estudios lo respaldan. Es algo que ocurre de manera casi automática, las canciones repercuten en nuestro ritmo de desplazamiento, por ejemplo, si estamos corriendo.
Una investigación realizada por Leane Hall, entrenador fitness y psicólogo, afirma qud esto se debe gracias a los sentimientos que la música nos provoca. “Es muy interesante ver el efecto que tienen los distintos géneros cuando hacemos deporte”, apunta.
En su estudio monitoreó durante cinco días a varias personas en su actividad deportiva y reveló que las personas que escuchaban pop, heavy metal o rock, mejoraban su marca personal mientras practicaban running. Por otro lado, también determinó que quienes oyeron géneros más tranquilos como el reggae o música clásica, rindieron menos.
Lo que este estudio remarca, más allá de los géneros musicales que es algo totalmente subjetivo y a gusto de cada persona, es que las canciones provocan sentimientos e incluso, que traen recuerdos en momentos donde la mente puede flaquear por el entrenamiento y esto genera un impacto directo en el rendimiento físico.
El beat o ritmo cobra vital importancia cuando estás corriendo o haciendo pesas, por eso no es lo mismo escuchar una melodía tranquila y relajante en esos momentos, que una canción que te genere adrenalina. Pasa igual en la pista de baile, la música nos motiva a movernos porque el cerebro se “despierta”.
¿Cómo aprovecharlo mejor?
Así como escuchar “The eye of the tiger” nos recuerda a la película “Rocky” y todas esas escenas motivacionales de él entrenando antes de una pelea, debemos armar un playlist que nos inspire y nos recuerde por qué nos gusta la actividad que estamos realizando o el objetivo que queremos lograr.
Tienen que ser bienvenidas todas aquellas canciones que estimulen y animen a nuestro cuerpo a perseverar, a no dejar la atividad. Según concluyó el experimento de Hall, el rendimiento se ve influenciado por la música, pero especialmente en el ritmo, al punto de incrementar nuestro rendimiento hasta un 15% más.