“Emociones” explora el género urbano adentrándose en el trap, el emo rap, reggaetón, r&b e incluso la nueva ola de pop punk. Y se encuentra disponible en todas las plataformas digitales desde el 7 de abril.
El primer single, homónimo del EP es una canción de estilo urbano que evoca la dificultad de expresar sentimientos y emociones, y cómo a través de la música pueden ser canalizados.
Para el segundo adelanto “Otra mañana”, presentó unacolaboración con Alejandra Portillo. Con una lírica ingeniosa y sonidos urbanos, el tema describe las emociones vividas en el proceso de asimilar una traición.
Su tercer sencillo “No Tiene Sentido”, viene con una lírica diferente y sonidos urbanos influenciados por el reguetón. La canción relata la historia de dos personas que buscan estar juntas.
Este EP fue grabado, mezclado y masterizado en Sajonia Studio, por David Moreno. El músico asegura que este proceso le permitió “descubrir su sonido y encontrar su estilo de música”.
¿Quién es CH13?
CH13 es en realidad Christian Ramírez, un cantante y bajista nacido en Asunción que desde pequeño tuvo contacto con el arte, estudiando varios instrumentos, así como danza y teatro.
Se decidió por la música por ser la vertiente en la que mejor podía transmitir su arte. Hoy luego de algunos años de haber empezado en este camino, lanza su primer EP como solista.
Las letras fueron escritas durante la pandemia, tiempo en el que el mismo tuvo que lidiar con diferentes problemas y encontró a través de la música la forma de canalizar todas esas emociones y transformarlas en este material.
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Démosle espacio al optimismo
Políticamente hablando, ya está demostrado que vivir en la indignación (por la indignación en sí misma) no funciona. Es verdad que el pesimismo, el desgano, el pirevai y otras emociones negativas pueden llegar a movilizar en algún grado, pero nunca logran hacerlo en mayor medida que las emociones que los estudiosos etiquetan como positivas.
Con los medios pasa lo mismo. Algunos apuestan todas sus fichas y casi de manera integral a las noticias negativas. Si surge alguna positiva hacen un denodado esfuerzo para buscarle puntos negativos. Tan solo por citar dos ejemplos: el concurso de méritos para que jóvenes ocupen cincuenta puestos de trabajo en la Cámara de Diputados o la postulación y posterior elección del reconocido abogado Diego Moreno como miembro de la Corte Interamericana de Derechos Humanos. Y en todos los casos los periodistas encuentran a gente que descarga su bilis en redes sociales, con énfasis en X, para seleccionar a su próximo entrevistado. No importa si para eso se hace famoso a algún mentecato.
Otros medios lo que hacen, hasta ahora dudo si es igual o incluso peor que los primeros, es quitarle prioridad a los contenidos periodísticos y políticos y han virado el foco hacia los llamados “creadores”, alientan formatos supuestamente más atractivos para mantener la atención dentro de sus plataformas. Predomina la perimida idea de que por ser política es aburrida. Cuando que lo que importa (y hay suficientes muestras de ello en otros países) son las formas de contar la política. Una misma noticia política se muestra en todos los medios, lo que la gente busca es el valor agregado de los contextos, el análisis, el enfoque y el pienso.
Luego, y por las razones recién expuestas, si a la población lo único que le llega sobre la política es mala onda, más vale que se va a concluir es que la política efectivamente es pura mala onda. Si aquellos medios que deben balancear la cuestión apuestan a degradar su calidad, le están regalando un hermoso campo de crecimiento a los que solo apuestan al pesimismo. Es simple y llano sentido común. Si en unos años más la población termina optando por opciones electorales que manipulen la indignación no habrá nada por lo cual quejarse.
Los paraguayos estamos pasando por un período que podría considerarse positivo. Hay elementos para desarrollar una narrativa potente, desafiante, con líneas editoriales que den un espacio relevante al optimismo sin que eso implique sacrificar la calidad. Los consumidores se lo merecen, las marcas y aunque les cueste creerlo también la política, esa mala palabra que empieza con p y termina con a.
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¿Te animás con la salsa agridulce? Aquí va una receta con pollo
Pese a estar en otoño y a punto de entrar en invierno, en estos días se dieron jornadas calurosas. Un plato ideal para días como estos, en donde perdemos el apetito y estamos sin muchas ganas, es preparar algo rápido, sencillo y sobre todo liviano.
En esta receta se destaca, por ejemplo, los beneficios del vinagre, que se incluye entre los ingredientes, entre los cuales están: ser un excelente antioxidante, un fantástico limpiador de bacterias y hongos, además de estar recomendado para diabéticos.
Para esta receta te dejamos los ingredientes sencillos y que casi siempre los tenemos en casa, porque forma parte de platos que a diario se preparan.
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Ingredientes
1 muslo de pollo
3 cucharadas de salsa de soja
1 cucharada de azúcar
3 cucharadas de vinagre
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Cocinar no te llevará mucho tiempo, quizás, lo que más demore sea deshuesar. Abajo te contamos los pasos que debes seguir para deleitarte con este delicioso plato con sabor oriental.
Preparación
- Preparar el muslo de pollo sin hueso.
- En una sartén, añadir aceite y cocinar ambos lados del pollo.
- Una vez dorado, agregar: salsa de soja, azúcar y vinagre.
- Dejar reducir y ¡listo el plato!
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Un tiempo de emociones
- Por Marcelo Pedroza
- Psicólogo y magíster en Educación
- mpedroza20@hotmail.com
El pasaje es rapidísimo. De la colección de los pequeños instantes se nutre la vida. Se almacenan como representaciones que activan constantemente la pulsión que alienta a seguir hacia adelante. Así la conciencia de la transitoriedad de los momentos busca el sostén necesario para que el pasar, a pesar de ser inevitable, tenga la posibilidad de ser mentalmente inolvidable. Entonces ese tránsito veloz de los hechos se transforma en un generador emocional pausado y progresivo que advierte, nota, siente, distingue, considera y estima la acción de pasar por este mundo.
El proceso ineludible del tiempo tiene una notable similitud con el fluir de las emociones, es que ambos brotan una y otra vez, forman una dupla fenomenal; se encargan de abastecer a la existencia porque le dan tiempo y emociones. Se podría decir que la vida es un tiempo de emociones. Es el tiempo la dimensión física que representa la sucesión de estados por los que pasa la materia. También se lo conceptualiza como el periodo determinado durante el que se realiza una acción o se desarrolla un acontecimiento. Por otra parte, se define a una emoción como un estado afectivo que se vive, una reacción subjetiva al ambiente que viene acompañada de cambios orgánicos, de origen innato, influidos por la experiencia. Para la Real Academia Española la emoción constituye un interés repleto de expectativa con que se participa en algo que está sucediendo.
Hay un tiempo para vivir. Esencialmente es abundante. La aceptación de su paso es determinante para el bienestar del ser humano. La comprensión de su presencia abre el mundo de los sentidos y estimula la búsqueda de las realizaciones que, ante su fugacidad, se constituyan como sustentos emotivos para seguir avanzando día a día. Por eso en el tránsito de los instantes se aprende a vivir, a desarrollar las ideas, a programar los objetivos, a planificar hacia dónde focalizar las acciones, a hacer lo pensado; entendiendo que el aprendizaje se encuentra en cada situación.
La vida es un testimonio de trascendencia, en ella la plenitud se alcanza a través de la simpleza de los detalles que elevan al otro. Esa es una misión permanente que está al alcance de todos y que es elemental que se transmita de generación en generación, año tras año, día tras día.
Es maravilloso animarse diariamente a construir el presente de la vida. El mismo se crea, se asume y se valora. En esa gran labor hay que inmiscuirse con lo que se posee, para ello hay que quererse y respetarse, es que en el interior de uno mismo reside el esplendor de la vitalidad. Esa apreciación personal se exterioriza al convivir con los demás y se retroalimenta junto a ellos.
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¿Cómo está tu energía?
Gabriela Teasdale
Presidenta de la Fundación Transformación Paraguay
Al trabajar como coach profesional y facilitadora de grupos, me centro en las energías, pensamientos, emociones y comportamientos de las personas. Y voy trazando un esquema en donde ubico en un extremo del espectro al amor y en el otro al miedo. En la frecuencia del amor incluyo emociones como gratitud, reconocimiento, aprecio, cariño y pensamientos que se enfocan en la aceptación, el perdón, el aprecio y la compasión. En el extremo del miedo están la ira, los celos, la venganza y el odio.
Estos pensamientos pueden ser: “No soy lo suficientemente bueno”, “soy malo”, “ellos son los malos” o “están tratando de perjudicarme”. Tanto las emociones positivas como las negativas se correlacionan con los resultados, es decir, si tenemos pensamientos y creencias positivos, también lo serán los resultados, y lo mismo ocurre con las emociones negativas. Cada extremo del espectro tiene un efecto dominó de energía o, en otras palabras, consecuencias. Mi papel como coach es ver un poco más allá de las palabras, es decir, tener la capacidad de ver y sentir la energía, la frecuencia y el lenguaje corporal.
Una de mis clientas vino a una sesión con una energía frenética. Se notaba que estaba pasando por un período de mucho estrés y en diez minutos pasó de estar muy eufórica a tener un apagón. Cuando reflexionamos sobre lo que le estaba pasando, me dijo que su cerebro se apagó, que ya no podía pensar más, que estaba paralizada. En ese momento concluimos que lo mejor para ella sería salir a caminar al aire libre antes de poder avanzar en todo lo que le preocupaba.
Otro ejemplo de esto ocurrió durante una videollamada. Mi clienta me saludó sonriendo y me dijo que estaba “súper bien”, pero su energía me decía lo contrario. Le respondí: “¿De verdad estás bien?” y ese fue el detonante para que rompa en llanto. Después de conversar sobre lo que estaba pasando, acordamos que necesitaba un tiempo para procesar sus emociones antes de empezar a trabajar en ellas.
Para llevar nuestras emociones hacia un estado más positivo podemos preguntarnos ¿estoy pensando, sintiendo y actuando desde el amor o desde el miedo? ¿Por dónde quiero empezar? Dependiendo de cuán arraigados están nuestros miedos, esto puede llevar bastante esfuerzo y tiempo. Pero podemos llegar a un lugar donde sea posible elegir dónde y cómo queremos estar.
Para elevar nuestras emociones cuando nos sentimos enojados, tristes, deprimidos, podemos buscar algo que nos lleve a ese lugar de gratitud, aprecio y amor. Mirar una película, un vídeo de YouTube, llamar a un amigo, leer un libro o hacer alguna actividad al aire libre para que nos levante el ánimo. Entonces vamos a poder empezar a cambiar ese pensamiento negativo. Podemos preguntarnos: ¿Qué necesito hacer para sentirme mejor? ¿necesito dar aprecio, gratitud, apoyo, ayuda? Porque las dificultades van a estar ahí siempre, pero la actitud con las que encaramos esos obstáculos va a marcar la diferencia en nuestro bienestar.
Te invito a que en este tiempo de cambios en el que recibimos una estación del año que representa el renacer de la naturaleza, te detengas a pensar cómo están tus energías y hacia qué lado del espectro se inclinan. Y que puedas tomar la decisión de hacer aquello que mejor te sienta. Si nos situamos del lado del miedo vamos a sentirnos victimizados y estancados. Pero desde la oscuridad podemos crear, con disciplina, pensamientos que eleven nuestro nivel de energía para conducirnos hacia un lugar en el que el amor propio y el amor hacia los demás estén primero.