Más allá de prevenir el acné o que nos salgan lineas de expresión antes de tiempo, se debe entender el objetivo básico de la limpieza y este es eliminar bacterias y agentes externos que puedan dañarnos.
Así como lavarnos las manos tiene una metodología y no es solo echarnos agua y un poco de alcohol, así también pasa con el resto de nuestro cuerpo. El rostro particularmente, requiere de otro tipo de tratamientos, y esto se debe a que la piel es diferente, más delicada y requiere de mayor cuidado. Entonces, ¿cuántas veces y cómo debemos lavarnos el rostro?
La doble limpieza o “double cleansing”
Ante esta incógnita el “double cleansing” responde. No se trata de una moda, sino de una técnica aprobada por dermatólogos. Es la forma más adecuada de limpiar la dermis, asegurando que se eliminen todas las toxinas que causan afecciones y el envejecimiento prematuro.
La base es realizar la higiene dos veces con dermolimpiadores distintos. Primero con agua micelar y otro limpiador que remueva bien el maquillaje, la suciedad y las bacterias, luego se vuelve a realizar el mismo procedimiento pero con un limpiador diario en gel o crema. ¿El resultado? La piel queda totalmente libre de partículas de suciedad y apta para aprovechar mejor el resto de los productos (sérums, cremas, etc.) al momento de finalizar nuestro skincare diario.
El ”double cleansing“ se puede realizar de manera diaria, y aún más cuando se utiliza mucho maquillaje y estamos muy expuestas a la contaminación de la ciudad, pero hay ciertas excepciones para quienes tienen el rostro delicado o algún tipo de afección como la rosácea o alergias. En estos casos lo mejor es consultar con un especialista.
También hay que tener en cuenta que al tomarse un ratito más para priorizar la limpieza facial estamos previniendo la aparición de puntos negros, espinillas y otros tipos de acné.