Nuestras mascotas son una compañía importante en nuestros hogares. Por decirlo corto: se acurrucan a lado nuestro, reciben con nosotros a nuestras visitas, nos siguen cuando hacemos nuestras actividades diarias.
Aunque no parezca, ellos lo perciben todo, incluso nuestro estado de ánimo. Lo sabrás si alguna vez te sentiste enferma y ellos se quedaron cerca como “cuidándote”. O cuando estuviste contenta y eufórica bailando tu canción preferida, de seguro hicieron “fiesta” y saltaron a tu lado. Muchos creerán que es solo una idea, pero según la ciencia, la manera en que nos sentimos también les afecta a ellos.
Un estudio realizado por la Universidad de Eötvös Loránd, en Budapest afirma que no solo entienden todas nuestras emociones, sino que también se contagian de ella. Esto se debe a que perciben nuestro comportamiento y la química corporal que controla nuestras emociones.
Nuestros animales domésticos no dejan de monitorear su entorno, ya sean humanos u otros animales, y así como los niños pequeños analizan a sus padres para saber cómo reaccionar ante diferentes situaciones, tanto perros como gatos hacen la misma tarea para adaptarse a los comportamientos de alegría, tranquilidad o, por el contrario, ansiedad o estrés.
Otro estudio que afirma esta teoría fue realizado por la Universidad de Linköping, en Suecia, y resalta que cuando estamos estresados o sufrimos ansiedad, nuestro perro o gato también puede estresarse y contagiarse.
Esta transmisión de emociones tiene un nombre técnico según los psicólogos y es: “contagio emocional interespecie” y se sustenta en patrones físicos y químicos, porque nuestro cuerpo libera hormonas diferentes con cada emoción y ellos pueden percibirlas.
Además, está estrechamente ligada a la conexión emocional entre las personas y sus mascotas, por eso si nosotras pasamos por procesos de angustia, miedo, estrés o ansiedad también lo padecerán nuestros perros y gatos.