Es una rutina de entrenamiento enfocado pura y exclusivamente en el rostro, que busca mejorar el aspecto de la piel mediante masajes realizados con las manos, así como también reivindicar el proceso natural del envejecimiento.
A lo largo de los años se crearon todo tipo de entrenamientos adaptados a las necesidades y estado físico de cada persona. La finalidad: un estilo de vida más saludable y lograr construir el cuerpo que anhelamos.
No hay dudas que mantenernos en movimiento tiene muchos beneficios para nuestra salud física y mental, bajo esta premisa siguen surgiendo nuevas técnicas que se vuelven tendencia en las redes sociales.
Por ejemplo, el “body positive” que aboga por aceptarnos como somos y potenciar nuestra belleza desde la valoración propia. Gracias a todas estas corrientes de pensamiento y la búsqueda del cuidado personal sin necesidad de tratamientos invasivos, es que nace el “face gym”.
También conocido como “facebuilding” fue creado por el cirujano plástico alemán Reinhold Benz en 1930, y luego esta rutina se expandió por Rusia y Estados Unidos. En la actualidad, se convirtió en una tendencia viral a nivel mundial y más aún con el inicio de la pandemia, donde muchas nos vimos obligadas a aprender a cuidarnos desde casa.
Anatomía de la cara
El rostro está compuesto por 43 músculos y estos están relacionados con las líneas de expresión que se forman en él de manera natural. Según explica el psicólogo y profesor en neurociencias Yunier Broche-Pérez en su artículo Microexpresiones Emocionales: Generalidades y usos en el contexto clínico, el rostro humano puede generar cerca de 10.000 expresiones distintas.
Cada gesto que hacemos diariamente, más el paso del tiempo y otros factores hacen que en nuestra cara se formen arrugas y líneas de expresión y es ahí donde el “face gym” entra en la ecuación, gracias a estos masajes podemos mejorar los aspectos generales de nuestra cara y tener un efecto rejuvenecedor.
Con estas técnicas de entrenamiento reeducamos los músculos, mejoramos la circulación, la piel se tonifica y se estimula la producción de colágeno, además de que se absorben mejor los productos que nos aplicamos a la hora de masajear.
Según una investigación publicada por la revista científica JAMA Dermatology afirmó que las mujeres de mediana edad se veían unos tres años más jóvenes después de varios meses de ejercitar el rostro.
¿Cómo lo realizo en casa?
Existen varias técnicas diferentes para ejercitar el rostro aplicando presión con los dedos y las palmas de las manos en diferentes puntos de la cara y cuello, lo mejor es encontrar el serum adecuando para nuestro tipo de piel y poner en práctica algunos de los tutoriales disponibles en youtube. A tener en cuenta, los masajes deben ser a conciencia, por lo cual no deben doler, y se pueden realizar entre 2 o 3 veces por semana en cualquier momento del día.