Más de una vez escuchamos decir a alguien que quiere comer algo rico y cuando se le pregunta qué específicamente, responde: “no sé, algo rico”. Lo mismo también nos habrá pasado a nosotras. Lo cierto es que sentir hambre todo el tiempo no es normal y hasta es una sensación molesta.

Hay varios motivos por los cuales nos pasa esto muy a menudo. Puede estar asociado a problemas de salud como cuadros de ansiedad, hipertiroidismo y hasta diabetes. También puede ser por tener hábitos pocos saludables y ni siquiera nos damos cuenta. Te contamos algunas de las posibles razones y cómo palearlas.

1.En la mayoría de los casos es sed y no hambre, hay personas que prácticamente no toman agua durante el día, se la pasan bebiendo tereré y este no hidrata. La razón es que la región del cerebro llamada hipotálamo regula ambas y la sensación de deshidratación leve se puede confundir con hambre. Por eso, hay que tomar mínimo 2 litros de agua por día.

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2.Hay alimentos que nos dan más hambre. Los carbohidratos simples, como las golosinas, las galletitas y demás snacks procesados, hacen que nuestro nivel de azúcar en sangre sea inestable. Cuando los niveles bajan tenemos sensación de hambre nuevamente y queremos comer más. Lo mejor es optar por alimentos altos en fibra y los carbohidratos complejos.

3.Consumir poca proteína y grasas saludables es otra causa. Ambos son saciantes y evitan que el hambre se presente antes de tiempo. Aumentar la ingesta de fibra también ayuda.

4.Dormir mal o dormir poco causan que los niveles de hormona leptina, que reduce la sensación de hambre y aumenta los de la grelina que estimula el apetito. Hay que intentar descansar un mínimo de 7 horas, no solo para sentirnos bien, activas y que nuestro cuerpo funcione bien, también para no sentir hambre demás.

5.No se respeta el mínimo de cuatro comidas diarias, los horarios y hasta el modo. Si comemos muy rápido, si no lo hacemos en horario y saltarse ingestas por la rutina sin darnos cuenta. Lo mejor es hacer cinco comidas por día, y tratar de que no pasen más de 3 horas entre cada una de ellas. Por último, comer poco para las actividades que tenemos, por ejemplo si entrenamos, tenemos que comer acorde a lo que nuestro cuerpo gasta en energía.

Si a pesar de seguir todas estas premisas el hambre persiste, lo mejor es acudir a un médico.

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