Lograr que los más pequeños del hogar aprendan a hacerlo y le tomen el cariño que la lectura puede ser un gran desafío, pero una vez adquirido, será un hábito que los beneficiará a lo largo de sus vidas.

Así como hablar y comunicarnos a través del lenguaje es una condición innata de las personas, la lectura también, y está ligada plenamente a lo cultural. Es una acción que el cerebro aprende por medio de estímulos y ejercicios. Y lo primordial con los chicos es no presionarlos y dejar que el proceso fluya poco a poco.

Los niños empiezan a aprender cuando vinculan palabras con cosas, esto se llama lectura del mundo. Cuando le señalamos una fruta o un objeto para que diga su nombre, entre más variada sea esta experiencia con el lenguaje, será más fácil que el pequeño capte y comprenda referencias. De ahí la importancia de crear espacios de interacción para que desarrolle la capacidad progresiva de conceptualizar.

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Una de las mejores actividades que se pueden realizar con los niños, y que además tendrá beneficios en el plano afectivo, es dedicar un tiempo para leer con él. Preparar un espacio y priorizar un tiempo del día para viajar en un mundo de fantasía le mostrará que existen otras maneras de divertirse y que están lejos de las tecnologías.

Que te escuche leer en voz alta de manera entusiasta, y más aun si el libro tiene ilustraciones, le generará interés al pequeño en aprender. Señalar con el dedo las palabras a medida que cuenta la historia lo familiarizará con las letras y palabras.

Otro ejercicio es dibujar letras, sílabas y palabras, esto ayuda a que aprendan el sonido y la pronunciación. Para que adquieran la conciencia fonolófica necesitan de cierto grado de madurez neurológica que normalmente se desarrolla sola, pero es algo que los padres pueden estimular desde el nacimiento a través de juegos y cantos.

Los niños copian todo lo que los adultos a su alrededor hacen, si perciben que leer es algo importante, lindo y emocionante, querrán adentrarse en ello. No es necesario tener una gran biblioteca en casa, pero regalarle libros coloridos y sensoriales hará una gran diferencia, así como que ellos los vean disfrutar de la lectura.

Existen muchos métodos pedagógicos para enseñarles a leer, desde silábicos, analíticos y los mixtos, antes de elegir uno para realizar en casa, lo mejor es hacer memoria y recordar los mejores momentos de nuestra infancia cuando aprendimos a leer, eso ayudará a encontrar la mejor manera de hacerlo sin generar presión y terminar desinteresando al menor.

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