Comienza el año escolar y uno de los requerimientos para que los alumnos puedan participar de las clases de educación física es la presentación del certificado médico.
En Paraguay, tanto el Ministerio de Salud Pública como el Ministerio de Educación y Ciencias recomiendan un chequeo clínico a los estudiantes, antes de iniciar con las actividades de educación física en centros educativos.
Entonces, muy posiblemente tus hijos deban ir a consultas pediátricas de evaluación médica, para verificar la condición física en la que se encuentran y claro, certificar si están en condiciones -o no- para la práctica de deportes o ejercicios físicos de acuerdo a la edad.
“Generalmente se realiza antes del inicio de clases y se trata de un examen clínico mínimo, pero a esa edad los chicos sanos acuden al médico una o dos veces al año nada más; por lo que se aprovecha para hacerles una evaluación completa que incluya el historial, los antecedentes, el examen físico y algún laboratorio o electrocardiograma si es que el médico considera que pudiera haber algún riesgo o si el niño o joven realice prácticas de alto rendimiento o de competencia, para lo cual va requerir de un esfuerzo mayor”, explicó el Prof. Dr. Jimmy Jiménez, jefe de Cátedra y Servicio de Pediatría de la Facultad de Ciencias Médicas de la UNA.
Dichos controles también les sirven a los profesores para que tengan cuidado con no exagerar con los ejercicios –y que éstos se hagan en condiciones ambientales adecuadas- teniendo en cuenta nuestras altas temperaturas. Por eso se recomienda que las actividades sean desarrolladas en horarios adecuados.
Si surgen dudas respecto a la situación clínica del niño o adolescente, entonces se piden estudios más especializados o se deriva con un especialista infanto-juvenil (cardiopediatra o neuropediatra), en caso de que las condiciones no se ajusten a ciertas prácticas deportivas.
“Con el chequeo, lo que los pediatras evaluamos es si el estudiante está apto o no para la realización de ejercicios. Entonces valoramos las condiciones físicas con los antecedentes y rangos laboratoriales adecuados y el electrocardiograma, que por lo general no hace falta, pero que, al tratarse de un control anual, es lo más recomendable”, agregó el doctor.
Control de vista y oído
El doctor sostuvo que los niños sanos deben realizarse controles anuales de vista y oído. Los pediatras recomiendan una revisión de la vista con el oftalmólogo, antes de iniciar el año escolar, y de oído con un otorrino o bien estudios de audiometría, de manera a controlar que ninguna afección interfiera en el aprendizaje.
“El niño o niña debe ver y escuchar bien, caso contrario puede ocurrir un retroceso en el aprendizaje. Por eso es importante que los padres, sobre todo durante los primeros años de edad escolar, lleven a sus hijos a consulta con estos especialistas para un diagnóstico e indicación de tratamiento precoz, de manera a corregir la afección y puedan aprender mejor”, anima.