Natalia tiene 24 años y empezó a entrenar Jiu Jitsu en el 2017 por la insistencia de uno de sus hermanos. Si bien no era un deporte que le llamara la atención o le gustara, decidió empezar por él. Actualmente, una promesa que le hizo el día de su partida la motiva a llegar a los podios más importantes del mundo.
Por: Natalia Delgado
El pasado 5 de febrero Nati Batti hizo historia. Ganó la medalla de bronce en el ADCC (Abu Dhabi Combat Club) siendo la primera mujer y única presea de ese torneo para nuestro país. Y lo que parece solo un logro deportivo, guarda una emotiva historia de amor y hermandad.
Siendo la menor en su familia, la deportista cuenta que sus hermanos empezaron a entrenar mucho antes que ella y que fueron sus primeras influencias. Anteriormente, sus padres no le permitían adentrarse en el mundo de las artes marciales porque no consideraban que fuera un deporte para mujeres.
“Somos cinco, tres varones y dos mujeres. Mis tres hermanos empezaron a entrenar en el 2010 artes marciales y a mí no me dejaban por que era menor de edad, además pensaban que era un deporte solo para hombres”, relata Nati.
En su última etapa del colegio Nati cayó en una especie de bajón emocional por no ingresar a la universidad y que Marcelo, su hermano, se dio cuenta de ello. “Fue el único que notó esa depresión en mí y me insistió demasiado para que me vaya a entrenar con él”, agrega.
Al poco tiempo de empezar a entrenar, Batti recuperó los ánimos. Si bien se sentía muy desafiada, ya que al ser nueva, su hermano no dejó que perdiera el entusiasmo. “Pensé: ¿qué hago yo acá? Todos estos son muy profesionales, técnicos, muy todo, ya tienen su tiempo en esto. Yo empezaba recién y decía ‘soy muy novata para esto’ y Marcelo era el que me insistía, me decía: ‘Metete ahí, empezá a luchar’ Y fue ahí donde me animé más”, recuerda.
El 25 de diciembre del 2018 un acontecimiento golpeó a la familia Battilana, Marcelo perdió la vida y esto cambió el mundo de Nati. “Después de la tragedia, Manu, el menor de los varones, y yo íbamos a dejar el Jiu Jitsu. Sin embargo, después lo pensamos bien y nos dimos cuenta que es un deporte que realmente amamos, y en honor a nuestro hermano Marcelo decidimos ser mejores luchadores. Todo para honrar su nombre”.
“No fue nada fácil volver a entrenar, pero esto es lo que nos motivó a seguir adelante. Manu fue un apoyo para mí. Yo entrenaba con Marce y él era de otra academia. Después de lo que pasó, Manu se convirtió en mi coach y me motivó a seguir avanzando en el Jiu Jitsu”, agrega.
Para Nati no hay límites, actualmente entrena en la academia Gracie Barra Trinidad, liderada por Lionel Bareiro, y sus ambiciones incluyen ganar todos los torneos a nivel nacional, poder viajar y competir en el exterior.
Respecto a su última participación en el ADCC, la atleta cuenta estar muy agradecida con Dios, su familia y su equipo por la oportunidad. “Sé que tuve una lucha ganada y una perdida, pero no siento que haya perdido nada. Tuve una hermosa experiencia, me divertí y estoy feliz realmente”, finaliza.