Es esos días de nervios, ansiedad o preocupación, cuando parece que la mente está por estallar de tantos pensamientos y la tensión se traslada a la espalda llenando tu cuerpo de malestar; la meditación podría devolverte la calma. ¿La probaste alguna vez?
Por: Natalia Delgado
La meditación es una técnica de relajación y conexión con el lado inconsciente. Durante este proceso se centra la atención en la respiración, visualizamos colores, sensaciones, entre otras cosas, para ayudar a calmar la mente y el cuerpo.
Su práctica tiene miles de años de antigüedad. Originalmente su propósito era ayudar a profundizar la compresión de lo sagrado y las fuerzas místicas. En la actualidad, se usa para mejorar la calidad de vida y el autoconocimiento.
Es una herramienta que ayuda a conectarse con uno mismo y con el momento presente. Transforma las emociones y baja los niveles de estrés a través de un estado de relajación profundo. Otros beneficios que se podrían obtener serían el desarrollo de la empatía, la conciencia emocional, mayor concentración y la reducción de la presión sanguínea, ayudando no solo a la mente, sino también al cuerpo.
Tipos de meditación y sus objetivos
Como toda disciplina, requiere de tiempo y práctica para entrar más rápido en ese estado de reposo. Existen diferentes tipos y algunas de ellas se recomiendan a personas con más experiencia. También los objetivos de cada uno influyen sobre la elección.
1.Meditación trascendental
Busca mejorar la calidad de vida de las personas dentro de la sociedad conectando con el “YO”. Se basa en la repetición de mantras: una técnica sencilla y eficaz. Se trata de dejar que los pensamientos fluyan sin prestarles atención y así, solos irán desapareciendo.
2.Mindfulness
Para conectar con el aquí y el ahora, prestar atención a lo que es verdaderamente importante y aceptar el presente, son las bases de esta técnica. Durante la meditación te conectás con tu respiración, pensamientos y emociones sin juzgar. Tiene efectos positivos sobre la depresión, el estrés, la ansiedad y la fatiga.
3.Meditación con mantras
La herramienta principal son los mantras a través de cánticos, en donde la mente y el cuerpo se relajan alcanzando un estado de meditación absoluto. Se recupera la paz, la serenidad, se reduce la ansiedad, la tensión y se eliminan los malos pensamientos. El más usado es el Om, pero existen varios.
4.Meditación zen
Así como la filosofía zen, se caracteriza por eliminar aquello que no necesitamos. Al suprimir las distracciones, se consigue que la mente entre en calma. Se trata de la búsqueda de la iluminación y se ha comprobado que tiene muchos beneficios, como el autocontrol, mayor concentración, aumento de energía, entre otros.
5.Meditación budista
Como la mente no para ni siquiera cuando dormimos, en cada actividad que realiza viaja constantemente al pasado y al futuro, siendo difícil prestar atención al momento presente. Este tipo de meditación ayuda a controlar ese hábito, nos centra en el ahora, abandona pensamientos negativos y comprende mejor la realidad en la que se vive.
6.Meditación tonglen
La sanación es la base de esta meditación. Ayuda a afrontar emociones dolorosas, producto de vivencias pasadas y enseña a no huir del sufrimiento, sino aceptarlo y soltar. También a ser más amables con nosotros mismos y con los que nos rodean.
Existen numerosas formas de realizar esta práctica, algunas están relacionadas y otras tienen objetivos diferentes, pero todas apuntan a lo mismo: ayudarnos a vivir mejor. Lo ideal es comenzar de a poco hasta que se vuelva un hábito y empieces a notar los beneficios.