En la época que vivimos, muchas mujeres se preocupan más por las canas, las arrugas y las manchitas en la piel, que por los cambios físicos inevitables que van a determinar el estado de salud general en los años venideros.
Por: Natalia Delgado
Muchas personas ignoran o desconocen que a partir de los 40 años, la pérdida de masa muscular es progresiva, la densidad ósea disminuye, y el metabolismo se vuelve mucho más lento.
Estos factores pueden afectar de gran manera a aquellos que no llevan un estilo de vida saludable.
La sarcopenia, perdida de músculo, ayuda al aumento de peso, disminuye nuestra capacidad funcional, favorece la apariciones de dolores y es una de las principales causas de numerosas patologías crónicas como la hipertensión, la obesidad o la diabetes.
Si bien, el deterioro del cuerpo es algo inevitable con el pasos de los años, la fórmula para una calidad de vida mejor ya fue inventada.
Entrenamiento inteligente
Para una mujer que nunca hizo actividad física, dos sesiones de pesas, de entre 30 a 60 minutos, son suficientes para combatir la perdida de masa muscular inicialmente. El entrenamiento debe ser progresivo, es decir, debe empezar con poco peso, y siempre, bajo las indicaciones y seguimiento de un entrenador.
Otra variante es el “bodyweight”, ejercicios que usan el propio peso corporal, para crear resistencia contra la gravedad y que pueden ser igualmente efectivos.
Si la rutina te aburre, existe otra alternativa, como el entrenamiento funcional. Se basa en realizar ejercicios que se adaptan a los movimientos naturales del cuerpo, fortalece los músculos y las articulaciones, además que se adaptan a las condiciones físicas de cada persona.
Esta actividad mejora la movilidad corporal, el equilibrio, corrige la postura, desarrolla resistencia cardiovascular, además de fortalecer y desarrollar los músculos. Y lo más entretenido es que ninguna clase es igual a la anterior.
Combustible para el cuerpo
Una alimentación saludable te brinda los nutrientes necesarios para mantenerte sana, sentirte bien y tener energía. Cada plan alimenticio varía según la persona, por lo que se recomienda consultar con un especialista.
Existe una gran variedad de alimentos que ayudan al crecimiento muscular, alguno de ellos son: los cereales, el huevo, carnes magras, frutas y verduras, pescado, frutos secos y legumbres.
Buen descanso
Brindarle un buen descanso al cuerpo ayuda al crecimiento muscular entre sesiones de entrenamiento y evita posibles lesiones. La cantidad de tiempo de recuperación necesario depende de cada persona y de la intensidad con la que se ha entrenado.