Identificar las diferencias entre enamorarse, estar enamorado y amar a alguien puede ser particularmente útil para ordenar los sentimientos.
Los psicólogos recorren las distintas etapas del amor para Well+Good y ofrecen algunos consejos para señalar dónde podrías caer en cualquier situación romántica.
Enamorarse
La misma palabra “enamorarse” es una imagen útil a tener en cuenta cuando se piensa en esta etapa, que la psicóloga social y científica de relaciones Theresa E. DiDonato, PhD, señala: “una fase de transición entre no estar enamorado y estar enamorado; a menudo se describe como estimulante”.
Claro, viene junto con toda la avalancha de sentimientos despreocupados del enamoramiento, la esperanza y emoción, pero por otro lado, también puede traer una ola de efectos menos que positivos, como problemas para pensar con claridad, pensamientos ansiosos, problemas para dormir y falta de apetito, enumera la Dra. DiDonato: “En otras palabras, enamorarse es una montaña rusa orientada en torno a la persona de interés”.
Y como sucede con todas las montañas rusas; los altibajos, aunque a veces son emocionantes, pueden ser difíciles de manejar, especialmente porque no necesariamente se eligió subirse a esta montaña rusa en particular en primer lugar.
“Enamorarse es recordar una frustración que no sabías que tenías”, escribe el autor Adam Phillips en un extracto del libro Missing Out: In Praise of the Unlived Life. “Querías a alguien, te sentías privado de algo, y luego parece estar ahí”. Y ahora, aparentemente no hay nada que puedas hacer para sacarte de la cabeza este interés amoroso potencial.
Estar enamorado
Una vez que ya te hayas enamorado, se siente como estar completamente sumergido en el amor. “Cuando estás enamorado, generalmente estás enamorado de alguien a quien quizás ni siquiera conozcas muy bien”, resalta la psicóloga Paulette Sherman, autora de Dating From the Inside Out y presentadora del podcast The Love Psychologist. “Los idealizas y puedes proyectar tus fantasías sobre ellos”, explica.
En este punto, las hormonas para sentirse bien (es decir, la dopamina y la oxitocina) que podrían haber sido desencadenadas por una chispa inicial de química se elevan a niveles máximos y, como resultado, se podría experimentar casi un éxtasis, desdcribe la Dra. Sherman.
De hecho, a veces ese sentimiento es tan conmovedor que es posible que se pierda el lado no tan bueno de una persona, o incluso algunas señales de alerta de una relación. Ese es el efecto de la liberación de hormonas que actúan como una droga cada vez que estás cerca de esta persona (¡sí, eso es algo real!) Y, como resultado, sientes casi una adicción a estar en su presencia.
“Estar enamorado es en gran parte una experiencia inconsciente que puede durar entre un año y un año y medio”, dice la Dra. Sherman, refiriéndose al período de tiempo que sigue inmediatamente al enamorarse de alguien nuevo. Aun así, este tipo de pasión intensa puede reaparecer más adelante en una relación a largo plazo, agrega la Dra. DiDonato, en situaciones en las que descubrís algo nuevo sobre tu pareja, experimentas algo nuevo juntos o reavivas un momento de intimidad cotidiana.
Amando a alguien
Volviendo a la metáfora de la montaña rusa, si enamorarse y estar enamorado son los bucles y caídas del viaje, amar a alguien es la parte suave al final, cuando ya no estás esperando cada momento con intensa anticipación, sino en cambio, te sientes feliz, seguro y relajado junto a tu pareja.
“Cuando amas a alguien, se basa más en la realidad”, resalta la Dra. Sherman. “Lo conoces profundamente, experimentas sus lados desafiantes y los aceptas por completo”. Si bien los momentos de sentirse “enamorado” ciertamente pueden ser parte de amar a alguien, este último incluye un fuerte sentido de intimidad y cercanía que está subrayado por el compromiso, dice la Dra. DiDonato.
En otras palabras, sentís que podes ser completamente vulnerable con la otra persona y que la otra parte también puede ser completamente vulnerable contigo, y el sentimiento de amor y apego emocional entre ambos solo se fortalecerá con el tiempo debido a esa vulnerabilidad continua.
Al llegar a esta etapa del proceso amoroso, es más probable que te involucres en una relación que durará. Pero esa misma distinción implica otra diferencia clave entre estar enamorado y amar a alguien: si bien el primero es un lugar al que podes llegar, el segundo es una acción que continuarás tomando.
“Es una elección consciente hacer un compromiso permanente de estar juntos en los buenos y malos momentos, y no solo cuando es divertido. Es en esos momentos más difíciles, cuando te ponen a prueba y te disparan, es que encontrarás la oportunidad de trabajar en vos misma y en la relación, para que ambos puedan volverse más amorosos, como un verbo”, ejemplifica la Dra. Sherman.
Cuando actúas con este tipo de amor, a menudo se manifiesta como una versión de interdependencia. “Cada socio influye en el otro y los resultados de cada socio dependen del otro”, dice el Dr. DiDonato. De esa manera, amar a alguien es tomar su felicidad como tu felicidad y su tristeza como (sí) tu tristeza, un acto que seguramente implica esfuerzo y, sin embargo, también se siente como una decisión que simplemente no puedes evitar tomar.