James Arthur vuelve con su cuarto álbum: “It’ll All Make Sense In The End”
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“Quería que este álbum tuviera elementos de rock. El tipo de rock que amo es el emo y el pop-punk, así que quería hacer mi versión de ese género”, explica sobre este disco nacido y grabado en la intimida de su casa.
El cantautor de Middlesbrough escribió la mayor parte del álbum encerrado en su casa en Surrey. Su deseo de construir un estudio e invertir en equipos de grabación rindió frutos inmediatamente.
Contó con colaboradores de confianza como Andrew Jackson, con quien había escrito “Train Wreck”. Debido a que escribían y grababan en su casa y no en un costoso estudio comercial, los músicos podían trabajar, si quisieran, las veinticuatro horas del día.
“Y, de repente, la música empezó a sonar genial. Desde el primer día hubo un sonido por el que quería ir. Incluso al principio sonaba como un álbum real. Esta es la primera vez que hago un álbum en un solo lugar y se puede escuchar esto en la música. Hay algo realmente cómodo en trabajar en tu propia casa: pude ser más vulnerable que nunca”, recuerda.
Después de escribir el primer single, “Medicine”, a James y Jackson se les ocurrió rápidamente “Losing You”, una canción de rock electrónico que tiene mucho corazón, riffs y fuerza emotiva. “Quería que este álbum tuviera elementos de rock. El tipo de rock que amo es el emo y el pop-punk, así que quería hacer mi versión de ese género”, explica.
Al mudarse de Londres, el músico creó un espacio seguro: un lugar de trabajo, un lugar familiar, un lugar para hacer ejercicio. Al construir ese bunker, se sintió aún más cómodo al ser aún más abierto, no solo sobre las cosas que lo inspiran, sino también las cosas que lo atormentan. “Viajar, ir a los estudios de otras personas, hacer sesiones en lugares nuevos, para alguien como yo que tiene un poco de ansiedad social, todo eso fue difícil. Pero trabajar en casa me permitió ser más vulnerable”, afirma.
Eso le permitió perfeccionar un sonido que se adhiere a todo el álbum, ese proceso con la ayuda de la producción adicional de Matt Rad, quien ha trabajado con Taking Back Sunday, una de sus bandas favoritas. Ayuda a traer cohesión. “El sonido es muy simple. Son básicamente guitarras estridentes con ritmos trap y melodías fuertes”, dice sobre un enfoque musical que ha estado perfeccionando durante años en sus colaboraciones. Debido a los trap beats, quería traer una sensibilidad hip hop a su voz.
James ha vendido más de 30 millones de discos en todo el mundo y hasta la fecha ha lanzado tres álbumes de gran éxito: ‘James Arthur’ (número 2 en el Reino Unido), ‘Back From The Edge’ (número 1 en el Reino Unido) y ‘YOU’ (número 2 en el Reino Unido), junto con nueve singles dentro del Top 40 del Reino Unido.
Ha tenido dos grandes éxitos número uno y recibió un disco por alcanzar mil millones de reproducciones en Spotify con ‘Say You Won’t Let Go’, el éxito mundial número uno que sacó al cantautor de Middlesbrough (actualmente tiene 1.7 mil millones de reproducciones en la plataforma).
Grupo de rock realiza gira en Ucrania bajo bombardeos rusos
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Vinnytsya, Ukraine. AFP.
En plena guerra, Nadia Kukla dirige la gira de un grupo de rock. Se encarga de los desplazamientos, los boletos, las comidas... pero “el principal desafío”, cuenta la joven ucraniana, son las alarmas aéreas que saltan cada día por los bombardeos rusos. Los Susidy Sterpliat (“Los vecinos tolerarán”), un dúo pop-punk, tienen doce actuaciones previstas en Ucrania en esta primavera boreal.
“Si una alerta aérea dura más de una hora, cancelamos y lo reprogramamos”, explica con voz ronca Nadia Kukla, una ucraniana de 30 años. Los cortes de electricidad son otro problema. Este día, el grupo se prepara para tocar en Vinnytsia, en el centro de Ucrania, en un pub situado no muy lejos de donde el 14 de julio de 2022 hubo un terrible bombardeo ruso contra una sala de conciertos perteneciente al ejército. El ataque dejó 27 muertos, incluyendo tres niños, y 202 heridos. Han pasado casi tres años, pero el edificio sigue ahí, destrozado.
Frente a esta violencia, en un país lleno de heridas, la resistencia cultural asesta un golpe a ojos y oídos. El espectáculo continúa. En el camerino, poco antes del concierto, el baterista Oleksander Pavlov, de 28 años, y el guitarra Artur Zubarev, de 27, están de muy buen humor. Ambos se juntaron en 2017 en Mikolaiv, en el sur, y desde entonces producen una música “alegre” con letras que “no tienen sentido necesariamente” pero que “dan fuerza” a quien las escucha, según Oleksander.
Desde 2022, según varios actores del sector, la cultura en la Ucrania no ocupada vive un “renacimiento”. El público ha dejado de lado las producciones rusas y rusófonas y tiene verdadera sed por obras nacionales, y las ganancias de los músicos ucranianos en las plataformas de streaming han ido en aumento.
Los Susidy Sterpliat, que al principio cantaban en ruso, se pasaron al ucraniano y, según dice, ahora tienen más seguidores. Aunque rechazan cualquier comparación con los militares que arriesgan su vida en el frente, ambos consideran que su trabajo también se opone a la agresión rusa. “Hay un combate para apoderarse de nuestras tierras, pero también de nuestras cabezas”, subraya Artur. Esta noche, el guitarrista desea “abrazar” a la sala. En el escenario, llevará una camiseta negra transparente, mientras que Oleksander actuará sin camisa y con la cara llena de purpurina.
Al concierto han venido unas 260 personas, muchas de ellas adolescentes. Como teloneros actúan los Krash Test, un trío punk de Sumy, una región del noreste muy devastada por las bombas rusas. Uno de sus temas trata sobre “una neonazi”, una “ucraniana típica” que “bebe sangre de bebés rusos”; una burla al Kremlin, que asegura que en Ucrania está luchando contra los herederos de Hitler.
Varias veces, la multitud exclama: “Nakhouï soussidiv!” (“¡Que se jodan los vecinos!”), un lema contra Rusia que, al tiempo, hace alusión al dúo cabeza de cartel. Y entonces llegan los Susidy Sterpliat, que ofrecen más de hora y cuarto de furia, gritos y saltos de alegría. En un momento dado, unas bragas, sin que se sepa de quién son, caen en el escenario.
El dúo toca una oda a la borrachera, una balada nostálgica sobre el verano de 2021, meses antes de que empezara la invasión rusa; un tema sobre “la dependencia” que corea toda la sala... Antes de terminar, se celebra una subasta cuyos beneficios irán destinados a los médicos de la brigada Azov, una unidad formada en 2014 por ultranacionalistas que se han granjeado fama de héroes desde que comenzó la invasión.
Calzoncillos en venta
La primera oferta: entradas gratuitas y el derecho a tomar unas copas con los Susidy Sterpliat, por los que dos personas acaban pagando 15.000 grivnas (362 dólares) y 11.000 grivnas (265 dólares) respectivamente, unas sumas importantes en Ucrania. Al final, el baterista Oleksander se quita sus calzoncillos de golpe, delante de todos (aunque lleva otros puestos) y también los subasta.
La prenda se vende por 3.000 grivnas (unos 72 dólares) y se la lleva Anastassia, de 17 años, que asegura haber sentido “las mejores emociones posibles” durante el concierto. A Nazar, de 19 años, la música le ayuda a olvidar “la locura del ambiente”. “La situación es muy estresante, muchos familiares combaten. Esto permite alejarse de eso y volver a la época de antes de la guerra”, cuenta. En unas horas, el grupo volverá a echarse a la carretera. Próxima parada: Odesa.
Banda Llagas celebra 20 años de rock católico desde CDE
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La banda de rock católico Llagas celebra sus 20 años con una amplia trayectoria musical en la que ha llevado un mensaje de fe, esperanza y vida alejada de los vicios a jóvenes de todo el país. Para celebrar este aniversario, el cuarteto lanzará un nuevo sencillo el miércoles 18 de diciembre, un tributo a las raíces del rock and roll con un sonido fresco y contemporáneo.
“Estamos emocionados de celebrar 20 años de música y fe”, dijo Óscar Cañete, vocalista de la banda. “Este nuevo sencillo es un reflejo de nuestra evolución como banda y nuestro compromiso con la música que nos ha llevado a convertirnos en una referencia nacional”.
El nombre de la banda, que cuenta con dos discos de estudio y varios sencillos; proviene del pasaje bíblico de Isaías 53,3 -5: “Por sus llagas hemos sido curados”. Durante dos décadas, la agrupación ha ofrecido conciertos en varias ciudades del país, caracterizándose por sus mensajes positivos y un estilo lleno de energía y alegría.
Formada en Ciudad del Este en el año 2004, e integrada por Óscar Cañete (voz), Rodrigo Fleitas (bajo), Albert Dávalos (batería) y Marcos Segovia (guitarra), Llagas ha logrado conectar con una amplia audiencia, especialmente entre los jóvenes, gracias a su mensaje de fe y esperanza.
La banda ha alcanzado varios logros destacados a lo largo de su carrera, como ser la primera banda católica en llegar al puesto número 1 en un top de una radio comercial en su ciudad de origen. Además, fueron finalistas en el concurso nacional para elegir el himno oficial de la visita del papa Francisco en Paraguay en 2015.
La música de Llagas abarca una variedad de estilos, desde rock and roll y soft rock hasta punk rock y balada, con toques ocasionales de ritmos folclóricos paraguayos. Llagas ha lanzado dos discos de estudio: “Muñeco Gris” (2007) y “Fuego en las venas” (2018). Además, han publicado varios sencillos, como “A Cambio de Nada” (2010), “Misioneros del Señor” (2012) y “Te di mi corazón” (2014).
Baterista Toti Morel presenta su primer disco solista
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El maestro de la batería y formador de generaciones de percusionistas, Víctor Humberto “Toti” Morel, más conocido como Toti Morel, presenta su primer álbum como solista en formato vinilo y digital, en un concierto único este sábado 14 de diciembre, a las 22:30, en Aurelia Brew Pub, ubicado en San Miguel y Benigno Villamayor (a una cuadra de la avenida Venezuela, zona del Hospital Psiquiátrico), en Asunción.
“Toti Morel & Los buenos muchachos es el álbum en formato vinilo, que estará disponible en formato digital desde este viernes 13 de diciembre, con un repertorio que incluye temas propios de Toti Morel, así como de grandes compositores de la escena del jazz y rock nacional.
El disco lanzado bajo el sello Polka Blue, con apoyo del Fondo Nacional de la Cultura y las Artes (Fondec) y la Secretaría Nacional de Cultura (SNC), fue grabado junto a algunos de los mejores músicos sesionistas de la escena nacional como: Tato Zilli en bajo, Omar Valdez en guitarra, Víctor Scura en teclados, Víctor Sebastián Morel en producción.
Grabado en Lobo Recording por Nicolas Melgarejo en Asunción. Adquiriendo en preventa vía Tutti el disco vinilo autografiado, se tendrá acceso al concierto exclusivo con 2 entradas de cortesía. Además del concierto, se podrá acceder al museo de Toti Morel, en donde se expondrá sus baterías legendarias, así como una galería de fotos del maestro de la batería nacional.
Con la conducción de Julio Dávalos, los sábados de 15:00 a 17:00 en la FM 95.1 de Radio Nacional del Paraguay, se puede hallar este verdadero oasis para el rock nacional.
“Con este espacio se hace realidad un deseo que nació antes de decidir estudiar la carrera de periodismo. El programa se funda en la necesidad de recordar a través de la música a los pioneros del rock paraguayo”, recuerda Julio Dávalos Acuña, conductor del espacio y periodista especializado en el género.
“También el espacio es dedicado a la difusión de lo nuevo, los músicos llegan y tocan un acústico, además de presentar sus grabaciones, demos, nuevas canciones”, comentó recordando que el programa se puede escuchar en www.radionacional.gov.py.
“La agenda es también un momento importante dando aviso de los toques del fin de semana”, cuenta Julio, que hace una especial selección de temas del rock paraguayo, especialmente de las décadas de los 80, 90 y 2000.
Hugo Dávalos, periodista
El periodista agradeció a “los escuchas que siguen ‘Vibración rock’, entendiendo que esa fidelidad se da ante la carencia de programas que emitan la llama que encienden los músicos dedicados al estilo, lo que acrecienta el mensaje de contracultura que nació bajo la dictadura, pero que con el correr de los años mantuvo el espíritu y la energía que la caracteriza”.
Aquí su diálogo con La Nación del Finde:
–¿Qué te vienen dejando las emisiones de “Vibración rock”, un verdadero oasis radiofónico para los cultores del género?
–Sensaciones encontradas, porque en cada emisión de “Vibración rock” me transporto principalmente a aquellos años 90, cuando se produjo el boom del rock paraguayo en lo relacionado a la aparición de las bandas en los géneros de rock y metal, además de la producción de demos tapes y la organización no solo de conciertos, sino de festivales al aire libre. También me emociona, aunque no debiera, porque el espacio se trata de una tarea profesional, porque a través de la música repasamos la historia, por lo que uno debe preparar el programa para no improvisar. Y sobre la emoción, el estar cerca en comunicación con los cultores del género, a los que los veía y escuchaba frente al escenario y/o en las FM (los pocos espacios que había) o tapes, se trata de otra sensación. En este ciclo de dos temporadas “Vibración rock” recibió una distinción de parte de Nash, la primera agrupación de heavy metal en Paraguay. La entrega fue el 31 de octubre pasado luego del concierto conmemorativo a su 40.º aniversario
–¿Cómo ves al rock en el país hoy? ¿Qué bandas nuevas venís escuchando o te parece que impactarán en la escena?
–La transición de lo análogo a lo digital ayudó para que las agrupaciones se promocionen más allá de las fronteras. Esto que se vivió en los 90 y en la primera década del 2000 revolucionó todo en producción, salas de ensayos, grabación y apoyo de algunas firmas para el desarrollo de los festivales y/o conciertos al punto de que hoy día el grupo que no tiene un videoclip junto a la nueva canción está un escalón abajo. En el metal, escucho y sigo a Khyron, Steel Rose, Nigthbound, Wisdom, Mythika, Kuazar, Stainkrug, Power Drive, Toxic Avenger, Batallón, Querubes, 220 Voltios, Hard Faces, Bajo Zero, Viernes 13, Black Fire. Estas son las bandas que se posicionaron en la escena. En el rock en general, Eyesight, Épica, A Días de Júpiter, Humanoide, Gaia, Gaudí, Villagrán, Astrea, Gato, Salamandra, Flou, Deliverance, Kieng Creemkeson?!, grupo paraguayo que rinde tributo a King Crimson.
–La rebeldía, cierta contestación al sistema, valores de contracultura, ¿siguen estando en el rock?
–Continúa el mensaje contestatario. Algunos expresan mensajes patrióticos, otros filosóficos. La lírica es importante, no solo la vestimenta. También influye la creatividad de cada grupo, tanto en la presentación de las portadas de sus materiales como del merchandising en sí. Lo que sí se puede afirmar es que cada agrupación tiene su marca registrada, de acuerdo al estilo y año en que estuvo o está presente en la escena.
El programa radial ayuda a expresar la contracultura paraguaya, que nació, crece y se fortalece por medio de los artistas emergentesradiofónico
–Tu archivo, que imagino crece con los días, atesora objetos increíbles, anuncios, etc. ¿Qué es lo más raro o lo que más apreciás de lo que conservás contigo?
–Los flyers y afiches caseros son los que más quiero porque marcaron una época dorada, la del boom, me refiero a los años 90. Fueron los años que estuve más de cerca en la escena al colaborar con la difusión de los demos en la radio comunitaria Ko’ê Phyhú, del CEUNIRA, en un espacio que se denominó “Sábados de headbanger”. También en la Facultad de Filosofía surgió la idea, con el recordado Vicente Páez y Nelson Chamorro, la producción de Power Zine, una especie de revista que tuvo la corta duración de 2 números, pero que conservo con especial afecto.
–¿Te parece posible alguna norma que establezca un cupo de emisión de música nacional en las emisoras?
–El rock es parte de la música paraguaya, porque los estilos hechos en tierra guaraní contienen la esencia de lo nuestro, por lo que alguna vez debe nacer la idea de establecer no solo un cupo de emisión nacional, sino que las frecuencias y amplitud moduladas presenten contenido de rock paraguayo, tal como lo hace Radio Nacional del Paraguay, FM y AM. Ello sería una buena forma de medir la vara del crecimiento cultural y profesional de los artistas.
ANTICIPO
Julio Dávalos Acuña lleva años ligado al movimiento del rock y entiende que “Vibración rock” ayuda a expresar la contracultura paraguaya, que nació, crece y se fortalece por medio de los artistas emergentes. “Pude descubrir la esencia del rock paraguayo en el compilado de canciones que recolecté a lo largo de estos años”, afirma.
Por ello no puede dejar de citar una novedad que los cultores del género apreciarán: “Te paso un adelanto. En conversación con Saúl Gaona, de Pro Rock Ensamble, en el día del 41 aniversario del LP “Música para los perros” confirmó que se encuentran en la tarea de reeditar el citado trabajo discográfico en el formato vinilo”, comentó del que fuera el primer disco del género en el país.