El retorno de Halle Berry en un drama deportivo, Regina King en un western de la nueva ola junto a Idris Elba, Andrew Garfield en un musical de Lin-Manuel Miranda y la película más esperada de Gal Gadot, Dwayne Johnson y Ryan Reynolds.
03 de noviembre: Más dura será la caída
Un western de la nueva ola y una banda sonora al rirmo del funk. El forajido Nat Love (Jonathan Majors) descubre que su enemigo, Rufus Buck (Idris Elba) ha salido de prisión, por lo que reúne a su banda para perseguir a Rufus y buscar venganza. ¿Ya dijimos que el elenco es un lujo? Regina King, Idris Elba, Delroy Lindo y más.
05 de noviembre: ¡Qué duro es el amor!
A tonos con las fiestas, una moderna historia de amor que envuelve identidades falsas. Nina Dobrev (The Vampire Diaries) es una chica de Los Ángeles que se enamora de un chico de la Costa Este (Darren Barnet) a través de una app de citas. Decide ir a sorprenderlo en las vacaciones, solo para descubrir que fue engañada por el amigo de la infancia de este (Jimmy O. Yang).
05 de noviembre: Narcos México 3
Una nueva generación de jefe narcos lucha por el poder, la prensa busca la verdad y los agentes del gobierno transitan la delgada línea entre la justicia y la corrupción en la temporada final de la serie.
12 de noviembre: Alerta Roja
La película más promocionada de Netflix al fin llega. Gal Gadot, Dwayne Johnson y Ryan Reynolds. ¿No hace falta ni contar la sinopsis para verla no? Un implacable agente del FBI y dos criminales rivales se unen en esta odisea.
18 de noviembre: Intercambio de Princesas 3
Vanessa Hudgens regresa por parte triple. Esta vez, el robo de una reliquia de Navidad obliga a Margaret y a Stacy a pedirle ayuda a la poco confiable Fiona, y su apuesto novio. ¿Podrán resolverlo?
19 de noviembre: Tick Tick Boom!
Lin-Manuel Miranda hace su debut como director en esta película que adapta el musical autobiográfico del director de teatro Jonathan Larson. Andrew Garfield da vida al protagónico en una historia que explora la premisa: ¿Qué se supone que haga con el poco tiempo que me queda?
19 de noviembre: Cowboy Beebop
Una serie western espacial que reúne a tres cazarecompensas que intentan huir de su pasado. Este equipo rudo y sarcástico irá detrás de los más peligrosos criminales del sistema solar. Basada en la popular serie de anime del mismo nombre. Shinichiro Wattanabe, director del anime original, es el asesor de la serie y Yoko Kanno, la compositora original, también regresa.
24 de noviembre: Herida
La actriz ganadora del Óscar, Halle Berry, regresa con este drama deportivo que dirige y protagoniza, sobre una luchadora de la UFC que tiene su última oportunidad para reinvindicar su honor y su vida personal.
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¿Te animás con la salsa agridulce? Aquí va una receta con pollo
Pese a estar en otoño y a punto de entrar en invierno, en estos días se dieron jornadas calurosas. Un plato ideal para días como estos, en donde perdemos el apetito y estamos sin muchas ganas, es preparar algo rápido, sencillo y sobre todo liviano.
En esta receta se destaca, por ejemplo, los beneficios del vinagre, que se incluye entre los ingredientes, entre los cuales están: ser un excelente antioxidante, un fantástico limpiador de bacterias y hongos, además de estar recomendado para diabéticos.
Para esta receta te dejamos los ingredientes sencillos y que casi siempre los tenemos en casa, porque forma parte de platos que a diario se preparan.
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Ingredientes
1 muslo de pollo
3 cucharadas de salsa de soja
1 cucharada de azúcar
3 cucharadas de vinagre
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Cocinar no te llevará mucho tiempo, quizás, lo que más demore sea deshuesar. Abajo te contamos los pasos que debes seguir para deleitarte con este delicioso plato con sabor oriental.
Preparación
- Preparar el muslo de pollo sin hueso.
- En una sartén, añadir aceite y cocinar ambos lados del pollo.
- Una vez dorado, agregar: salsa de soja, azúcar y vinagre.
- Dejar reducir y ¡listo el plato!
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“Extraña forma de vida”, el western gay de Pedro Almodóvar
Pedro Almodóvar es un creador al que se asocia con la idea y la práctica de la libertad de expresión. Lo asumo así y lo creo así. Sé que no estoy en soledad en esta concepción de ese intelectual de la cultura española posfranquista que con sus creaciones supera los límites geográficos de aquel reino. Sigo sus producciones que luego de verlas dejan –siempre– tela para cortar.
- Por Ricardo Rivas
- Periodista
- x: @RtrivasRivas
“Fue por voluntad de Dios / Que vivo en esta ansiedad / que todos los males son míos / Ese es todo mi anhelo / Fue por voluntad de Dios / Qué extraña forma de vida / Ten este corazón mío / Vives de una manera perdida / ¿Quién le daría la magia? / Qué extraña forma de vida / corazón independiente / Corazón que no manda / Vives perdido entre nosotros / Sangrado persistente / corazón independiente / y ya no te sigo / para dejar de golpear / Si no sabes a dónde vas / ¿Por qué insistes en correr? / ya no te sigo / Si no sabes a dónde vas / para dejar de golpear / ya no te sigo”. Recuerdo aquellos versos en cada minuto. Con ellos recupero la voz de Amalia Rodrigues, una mezzosoprano, portuguesa gigante. Nadie como ella para sentir y hacer sentir el fado que siempre significo y asocio con tristeza, dolor, añoranza, anhelo o más precisamente con ese sentimiento atrapante que encierra la palabra saudade.
Recién promediaban los años 90 en el siglo pasado cuando en un anochecer la disfruté acompañado de una copa cargada con vino verde. Casi con seguridad creo recordar que fue en Lisboa cuando esa ciudad increíble postulaba para ser la “Capital europea de la cultura” o en Coimbra o quizá en alguna callejuela de Oporto. Poco importa porque aquella –su voz– me acompaña desde entonces. Partí con los oídos endulzados. Pasaron muchos años desde aquel momento y en no pocas ocasiones Amalia regresó una y otra vez para estrujarme el corazón. Saravá, Amalia. Desde mayo pasado la “Extraña forma de vida” vuelve a sonar. También con cálida tristeza y una voz excepcional. Caetano Veloso con su guitarra la recrea y aporta para contextualizar el amor entre el sheriff Jake y el cowboy Silva.
Pedro Almodóvar (74) es un creador al que se asocia con la idea y la práctica de la libertad de expresión. Lo asumo así y lo creo así. Sé que no estoy en soledad en esta concepción de ese intelectual de la cultura española posfranquista que con sus creaciones supera los límites geográficos de aquel reino. Sigo sus producciones que luego de verlas dejan –siempre– tela para cortar. He procurado no dejar nada atrás de su filmografía. “Átame”, en 1989, con Victoria Abril y Antonio Banderas, me atrapó. Pero no por ello dejo de reconocer la excelencia de títulos como “Hable con ella” (2002); “Mujeres al borde de un ataque de nervios” (1988); o, “Todo sobre mi madre”. Cada una de sus obras continúan en mi memoria y reflexiones. Su humor es muy particular. Ácido. Irreverente. De hecho, en uno de sus viajes a Estados Unidos dado que sus creaciones son muy apreciadas por la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas en ese país, recuerdan y relatan que cuando le presentaron a Al Pacino, al tiempo que le estrechó la mano, simplemente le dijo: “Almodóvar, nice to meet you”. Las risas para celebrar ese repentismo abrieron paso a una noche de copas, según me comentó un querido colega.
WESTERN GAY
Pedro, no para. En sentido opuesto a Descartes, existe luego piensa, reflexiona y después crea en procura de un más allá comprensivo y comprehensivo para producir sentido con su cine que, como explicaba el profe Carlos Vallina en la Facultad de Periodismo de la Universidad Nacional de La Plata, Argentina, “tiene cosas visibles, cosas invisibles y cosas que solo cada uno ve”. Almodóvar lo hizo de nuevo. Cuando promediaba mayo llegó hasta la 76.ª edición del Festival de Cannes con un western que imaginó, escribió, produjo y filmó hasta lograr un corto metraje de apenas 31 minutos –”Extraña forma de vida”– que cosechó aplausos y ovación. “No hay forma de vida más extraña que vivir de espaldas a tus propios deseos”, explicó el artista a la Cadena SER para luego categorizar a su obra como un “western gay”.
La inmanencia de Amalia y Caetano emergen en las reflexiones artísticas de Pedro. Rodada en el desierto de Tabernas, en Almería –cuna del western spaghetti entre los años 60 y 70 del siglo pasado– al filme no le falta ninguno de los ingredientes del género. Vaqueros, pistoleros, duelos, muertos, caballos, malos, muy malos, algunas violencias resueltas a tiros y una historia de amor compuesta y protagonizada por Ethan Hawke (52), el sheriff y Pedro Pascal (48), el cowboy que se reencuentran después de 25 años. “¡No me quisiste a mí ni a nadie!”, reprocha Silva al sheriff que enardecido, lo apunta con su Colt 44 y en tono de amenaza impetra: “No vuelvas a repetir eso”. Se miran a los ojos que no chispean odio. Se encienden de amor y deseo. La tensión ocupa en toda su dimensión el pequeño cuarto mugroso y saturado de polvo donde se ambienta la escena. “Hace años me preguntaste qué podían hacer dos hombres viviendo juntos en un rancho – dice Silva, en otra escena al sheriff que acostado en una cama y enfermo permanece en silencio– te responderé ahora”.
Tal vez, la audacia del creador es la de atreverse a mostrar que la humanidad –sin que sean relevantes las épocas– se repite y siempre se enfrenta a los mismos desafíos. Como si hubiera muy poca cosa nueva.
“El western es como el fútbol y el toreo”, sostiene Almodóvar. “Ha sido un viaje llegar a este punto en mi vida, pero no podría estar más feliz con mi decisión de salir del armario. He estado luchando con mi sexualidad durante más de seis años y estoy contento de poder aparcarlo”, dijo el centro campista del Adelaide United, Josh Cavallo (23), después de informar que es gay en octubre de 2021. Por allí andan mis pensamientos en esta noche de viernes cuando el inicio del sábado es inevitable. Debo decirlo y asumirlo. Crecí con el western.
Forma parte de mi cultura. John Wayne, Henry Fonda, Burt Lancaster, en blanco y negro primero y en color después acompañan a mi generación desde varias décadas. Y, con ellos Lucy (y todas las Lucys) que en la cantina de pueblos perdidos y polvorientos se enamoraban de aquellos protagonistas que épicamente se marchaban sin decir adiós después de matar a varios forajidos imperdonables. Eran producciones sencillas para seguir y decodificar. Los presuntos buenos eran buenos y los presuntos malos eran malos. Nada para pensar. El cine de Hollywood era así. Sin lugar para nuevas miradas quizás más cercanas a lo que en aquellos años eran las prácticas sociales.
CAMBIOS
Pero algo comenzó a cambiar cuando promediaban los años 60 en el siglo pasado. En los llamados western spaghetti –coproducciones italianas, españolas y hasta alemanas del oeste– que se rodaban en Italia y España, no todo era tan lineal. Clint Eastwood (El Bueno), Lee Van Cleef (El Malo), Aldo Giuffré (El Feo) componían personajes por momentos ruines, avaros, desalmados y con historias personales muy alejadas de la épica, del patriotismo, de la idea de imponer la ley y el orden. Los alguaciles que los perseguían tampoco eran portadores de virtudes y, las Lucy, también eran diferentes. No evidenciaban tener puntos de contacto con aquellas que engañadas y abandonadas en el medio de la nada –casi como en los tangos– solo tenían como recurso venderse y llorar de a ratos cuando recordaban a aquel vaquero que partió a trotecito lento. Los héroes nunca se despiden y siempre andan en soledad.
Diversidad desde siempre y en todas partes. Pedro Almodóvar no es el primero que lo cuenta. No. Algunos años atrás –el 9 de diciembre de 2005– el cineasta Ang Lee también relata una historia queer entre vaqueros. “Secreto en la montaña”, apoyada en Brokeback Mountain, un cuento de Annie Proulx que ganó tres Óscar sobre ocho nominaciones. Protagonizada por Heath Ledger y Jake Gyllenhaal, dos vaqueros enamorados amándose en la privacidad de las R
rocallosas, fue un éxito de alcance mundial que Brad Pitt y Leonardo Di Caprio no quisieron protagonizar. Crece el silencio. Las reflexiones ganan espacio. Pensar en aquellas personas que como tantas otras se debaten entre sus opciones y preferencias sexuales en sociedades hostiles hasta nuestros días cala profundo.
“La vida como viene”, canta un cura en la Argentina con una banda de música popular que creó. La biblioteca –que casi todo lo contiene, aunque siempre falta algo– también aporta. Cowboys gays, vaqueros enamorados. El cine abre las puertas para entender la vida como viene y desarrollar la inclusión sin cortapisas. ¿LGBTTTIQ+, desde siempre? ¿Por qué no? La construcción de lo identitario no es una novedad. Por fuera de la academia se sabe poco y casi nada de lejanas prácticas sociales identitarias que, a la luz de textos y estudios antropológicos notables, aunque poco difundidos, aparecen como ancestrales. Complejo para muchos y muchas.
En Oaxaca, México, aún se practica la Danza de las Mascaritas con los hombres vestidos y comportándose como mujeres. Eveline Sigl, antropóloga, explica en “Erotismo, sexualidad y humor en las danzas del altiplano boliviano” –un detallado estudio que publicó en 2012– que en esa región “los varones que realizan personajes con vestimentas femeninas como Awicha, Awila o Tayka (la ‘abuela’) pueden ser considerados como transformistas rituales, pues no pretenden representar a una mujer, sino a un estado intermedio que reúne las polaridades masculino-femenino, varón-mujer”. Óscar González Gómez, doctorado en Estudios Latinoamericanos por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) –estudioso de las identidades en América Latina y sobre género, masculinidades y salud– sostiene que “en algunas culturas no occidentales, las identidades y sus expresiones sexogénericas son infinitas y tienen múltiples combinaciones”. En el comienzo de los años 90, en Estados Unidos, en el transcurso de una charla informal con académicos y universitarios, escuché que en los pueblos originarios del norte de América socialmente reconocían hasta cinco géneros y que algunas comunidades, entre las que mencionaron a los Cherokee y los Navajos, hablaban de “gente de dos espíritus”.
Los primeros rayos del sol sabatino golpean fuerte. La vieja mecedora, una vez más, fue el mejor refugio para el silencio reflexivo. Queda mucho por saber, por conocer, por aprender. Dudar es parte de la vida. Claramente, el desierto de Tabernas, en Almería, es el escenario ideal para recrear el lejano oeste norteamericano tanto como para que Sergio Leone dirigiera “Lo bueno, lo malo y lo feo”, como para que Pedro Almodóvar hiciera “Extraña forma de vida”. Dos westerns con todo lo que tiene y debe tener un western, pero con perspectivas bien diferentes. Incluir o excluir, esa es la cuestión. Solo se trata de vivir.
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Scorsese reúne a Robert De Niro y Leonardo DiCaprio en su primer western
Martin Scorsese desveló en la CinemaCon de Las Vegas las primeras imágenes de su nuevo western, “Asesinos de la luna de flores”, en el que Leonardo DiCaprio interpreta a un asesino en serie que ataca a los nativos americanos de Oklahoma para hacerse con su petróleo. Ambientada en los años 20, la película sigue la situación de la tribu osage, propietaria de una tierra rica en oro negro, que de repente se ve acosada por misteriosos asesinatos y desapariciones.
El tráiler, estrenado en la convención de propietarios de salas de cine de Las Vegas, muestra a Leonardo DiCaprio como Ernest Burkhart, un hombre enamorado de una nativa americana (Lily Gladstone) que se ve envuelto en una conspiración urdida por el magnate ganadero William Hale, interpretado por un Robert De Niro sediento de petróleo.
La película permite a Martin Scorsese, de 80 años, juntar por primera vez en una producción a dos de sus actores favoritos. Un dúo investigado por un agente del FBI, interpretado por Jesse Plemons, encargado de resolver los asesinatos. Con esta historia de amor empañada por la codicia, el gigante estadounidense del cine ha querido explorar las motivaciones del asesinato de los miembros de esta tribu indígena.
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Un pasado olvidado
El director quería mostrar cómo algunos estadounidenses “eran capaces de racionalizar la violencia -incluso contra aquellos a los que amaban- diciendo simplemente: ‘Esto es la civilización. Un grupo entra y otro sale”, explicó. La película aborda “una parte olvidada de nuestro pasado”, dijo Leonardo DiCaprio, que en un principio iba a interpretar al detective del FBI, pero optó por encarnar al asesino tras pasar un tiempo con los indios Osage.
La película se rodó en el lugar real de los sucesos. El guion se revisó hasta el último día de rodaje, según Scorsese, que quería “hacer lo correcto para ellos”. “Se trataba de sumergirse en ese mundo”, insistió el director neoyorquino, a pesar del calor y de los coyotes de estas praderas de Oklahoma. “Asesinos de la luna de flores” se estrenará en el Festival de Cannes en mayo, antes de llegar a los cines en octubre.
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Apoyo al cine de autor
Producida inicialmente por los estudios Paramount, la película -de tres horas y media de duración y 200 millones de dólares de presupuesto- fue adquirida por Apple, que accedió a estrenarla en cines antes de ofrecerla en su plataforma de streaming, Apple TV+. “Estoy muy contento de tener un estreno en cines antes de que la película esté disponible en casa, lo cual está bien...”, insistió Scorsese.
Producida por Netflix, su anterior película, “The Irishman”, solo había disfrutado de un estreno muy limitado en salas antes de aterrizar en el streaming. El director de “Taxi Driver”, “Toro salvaje” y “Buenos muchachos” aprovechó su visita a Las Vegas para pedir a los propietarios de salas de cine que incluyan en su programación “cine de autor de verdad”, junto a las superproducciones que inundan el mercado estadounidense.
La organización de la CinemaCon le entregó el Lifetime Achievement Award. Su obra “será venerada durante siglos y generaciones”, elogió Leonardo DiCaprio. La última jornada de la CinemaCon también contó con la aparición sorpresa de Rihanna. La superestrella del pop estaba allí para promocionar una nueva película animada de Los Pitufos, en la que doblará a la famosa Pitufina. El estreno está previsto para 2025.
Fuente: AFP.
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Tres ingredientes naturales que sirven como after sun
Puede suceder que, aún usando fotoprotector, la piel se sienta caliente y sensible luego de estar expuestas al sol. Existen diferentes plantas con acción antiinflamatoria, hidratante y antiséptica para tratar el malestar y cuidar de la dermis.
La exposición solar sin moderación y sin protección puede tener muchas consecuencias. Desde quemaduras muy dolorosas, manchas, hasta afecciones más graves. La idea no es aislarse, pero sí seguir las indicaciones de los especialistas -evitar la exposición de 10:00 a 16:00 y usar protector FPS 50-, si aún aplicando esta guía la piel se siente sensible, caliente, y está enrojecida, podés usar estas plantas:
Gel de aloe vera
Esta planta es idónea para tratar diferentes problemas en la piel. Tiene propiedades antiinflamatorias y antioxidantes que ayudan a aliviar, refrescar y calmar la dermis; incluso también favorece la regeneración celular, según afirman estudios científicos.
Para emplearlo, podes extraer el gel de la planta y hacer cubitos de hielo. Además de aliviar los malestares, estarás aprovechando todos los beneficios del aloé vera y la hieloterapia.
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Loción de lavanda
Muy usada en cosmética, cuenta con propiedades antiinflamatorias, antisépticas y puede prevenir la aparición de ampollas en la piel. Esta loción o tónico ayuda a regenerar e hidratar la piel luego de una exposición fuerte al sol.
¿Cómo se prepara? Prepará la infusión de lavanda: vas a necesitar 5 cucharadas de flores secas y dos tazas de agua, dejá que hierva durante 20 minutos y luego apagá el fuego. Una vez frío, servilo en en un vaporizador y reservá en la heladera para un toque extra de frescura.
Un detalle importante es que el tónico, guardado en la heladera, dura solo tres días, luego hay que preparar uno nuevo. Se puede usar tantas veces como se desee y en diferentes zonas del cuerpo. Recordá siempre finalizar con una crema hidratante.
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Agua de avena
Este cereal forma parte de muchos cosméticos para la piel. Gracias a sus propiedades tiene acción antioxidante, exfoliante suave, hidratante, regenerante y calmante. Al poseer lípidos y sustancias absorbentes de agua funciona bien como after sun, también remueve las células muertas y elimina las impurezas que causan acné.
Vas a necesitar: una cucharada de avena instantánea y una taza de agua mineral. Mezcla la pasta y deja que repose durante 15 a 20 minutos. Luego hay que colar con un paño limpio y reservar su agua. Se puede aplicar por las zonas deseadas con ayuda de un algodón o directamente con un pulverizador. Usalo las veces que creas necesario y reservá en la heladera.