Los artistas ya no necesitan de una megaestructura para darse a conocer al mundo, con la globalización todo está más cerca. Es así como descubrimos a la artista pop sueca, Anna Arco, quien acaba de sacar su segundo disco y quedó sorprendida al ser contactada desde Paraguay por primera vez.
Por: Luis Ríos
¿Deberíamos agradecerle al “descubrimiento semanal” de Spotify o a la cuarentena? Porque las distancias ya no son tan distantes y así pudimos llegar hasta Upsala, la ciudad sueca que alberga -por ejemplo- el Festival Internacional de Guitarra en donde la memoria de Agustín Pio Barrios recibe reconocimiento cada edición, y en donde la artista, multi-instrumentista y produtora Anna Arco reside.
Ferviente seguidora del “hazlo tú mismo” y que su propia disquera puede dar fe de ello. Anna fue influenciada en sus inicios musicales por el jazz además de su fascinación por el hip hop, y actualmente escribe canciones pop con letras poéticas que destacan su aura escandinava.
“¿Estás en Asunción ahora mismo?”, pregunta como incrédula del contacto desde un pequeño país en el centro de Sudamérica hasta su natal Suecia. Su primer disco, Songs Within The Spectrum fue definido por la popular revista australiana Women In Pop Magazine como “una excepcional colección de canciones emocionantes llenas de luz y oscuridad a partes iguales”. El pasado 27 de agosto con su segundo disco Sad Secret Songs transformó la pena de perder a su mejor amiga.
“Antes de empezar mi proyecto actual, estudié jazz por casi ocho años en el Royal College of Music de Estocolmo y también en otras escuelas. Estuve en un cuarteto de Jazz. Lancé mi primer álbum en 2016 en donde compuse y produje la música, y antes de eso, estuve en un trío donde hacíamos jazz, pop y algunas canciones originales”, comienza explicando vía zoom para la VOS.
Lo que vivió en el 2021
Anna se embarcó en el proceso de grabar las canciones de su nuevo álbum, cuando una de sus amigas más cercanas y quien debía encargarse de la sección de cuerdas de este nuevo trabajo, falleció repentinamente. Anna había iniciado a componerlas en 2018 y las empezó a grabar a finales del 2019, en noviembre y a 18 meses de darles vida.
“Fue difícil porque se sintió como un segundo adiós, ya que al trabajar con esas canciones durante tanto tiempo me sentía muy cercana a ella. Y después empecé a escribir nuevas canciones para este álbum, y fue casi como una terapia para mí porque al componer también lidié con las dificultades emocionales de perder a alguien, como lo son la rabia o la confusión”, reflexiona Anna.
Lanzar un proyecto en el que estás trabajando hace tanto tiempo siempre genera un sentimiento especial. En este caso, Anna estuvo trabajando en las canciones alrededor de tres años -en algunas más- y su vida estuvo tan entrelazada a ello, que de repente se vio obligada a despegarse de ellas para que estuvieran disponibles para todo el mundo.
“Es un sentimiento muy especial porque siento que no estaba del todo contenta con mi anterior álbum, tenía mayores expectativas, pero en esa etapa estaba muy nerviosa, y ahora que salió estoy nostálgica”, asegura.
Otra sensación que la consume es el cansancio. “Estoy muy cansada. La primera cosa que me viene a la mente es que estoy cansada de escribir, producir y grabar. Tengo mi propia disquera entonces también hago mucho trabajo por mi cuenta. No tengo a nadie que me ayude con el arte o con la prensa entonces lo hago yo, así como también el agendamiento y consume muchas energías”, describe la autogestionada artista.
Siguiendo esa línea de trabajo, Anna sostiene que la difusión y la promoción de su nuevo material se dificulta al ser una artista independiente. “Si formaba parte de un gran sello creo que sería posible llegar a una mayor audiencia. Hay muchos artistas famosos de Suecia y todos tienen grandes discográficas. Han estado en el negocio por bastante tiempo, pero si eres como yo; alguien nueva que no escribe pop comercial y además es independiente, es difícil, pero no imposible”, rescata.
Las muchas posibilidades de la inspiración
Anna Arco profundiza también en su madurez compositiva y en los mensajes de sus dos trabajos, resaltando que Songs Within The Spectrum se centró más en sentir emociones -todas las que existen en el espectro- desde la felicidad a la tristeza, de la ira a la confusión y como uno debe permitirse sentir esas emociones.
“Hay un poema que habla sobre que cada humado es una casa de huéspedes y cada mañana hay una nueva llegada. Puede haber felicidad o depresión y hasta un visitante inesperado, pero deberíamos recibirlos a todos y estar agradecidos por lo que venga. Esa es más o menos mi inspiración para Sad Secret Songs; dar la bienvenida a todos los sentimientos porque los necesitamos. Incluso necesitamos a los malos también”, describe. Ese poema es La casa de los huéspedes de Rumi.
Ese concepto en particular es algo que hablaba mucho con su amiga, y cuando ella falleció, Anna sintió que quería continuar desarrollando ese tema. Como estaba de duelo, necesitaba digerir todas esas difíciles emociones: “Entonces pude ver a Songs Within The Spectrum como el comienzo y evolucionó en Sad Secret Songs. Ojalá que el siguiente álbum sea un poco más feliz”, anhela.
Lo mejor de dos mundos
Anna toma la complejidad del jazz y los elementos de Hip Hop -de hecho vale aclarar que este último está fuertemente influenciado por el jazz en su concepción- para construir su música. Creció escuchando hip hop porque justamente creció cerca de una región en donde se centra toda la cultura sueca de estilo musical. “Hay muchos buenos raperos en Suecia, deberías chequearlos”, dice entre risas.
Al comienzo no escuchaba jazz en absoluto. “Cuando era niña solamente escuchábamos a The Beatles, Leonard Cohen y de adolescente escuchaba a Regina Spektor y Joni Mitchell”, recuerda. Pero cuando empezó a estudiar música descubrió a la vocalista de jazz Gretchen Parlato y también al productor y pianista americano Robert Glasper.
Allí entendió que podía mezclar jazz con hip hop y esa gran revelación derivó en su primer álbum del 2016. “Llevé eso conmigo: que podía mezclar hip hop y jazz. Entonces me sentí lista con el mundo del jazz y pensé que también podía mezclarlo con pop”, afirma.
“Cuando empecé a tocar, sentí que quería volver a mis raíces y hacer pop, pero después me sentí libre de mezclar al hip hop con el jazz y metal porque también escucho mucho metal. Upsala es una ciudad con buen metal y muchas buenas bandas salieron de allí”, reconoce.
Sobre la música latina nos cuenta que regularmente escuchs a los creadores del bossa nova: Joao Gilberto y Tom Jobim. “Googleé Paraguay hoy, antes de la entrevista. No conozco ningún artista de Paraguay, ¿Tienen alguna recomendación de lo qué debería escuchar de allí? ¡Mándenmelas!”, pide.
Anna Arco se despide resaltando que le encantaría realizar una gira por nuestro país luego de que se reactiven los conciertos internacionales e invita a todos a ir a Spotify escuchar su música y qué le cuenten si les gustó.