Es el primer elemento que llama la atención al ingresar al dormitorio y gracias al color, forma y estilo podemos destacar el tono de la estancia. Aquí te compartimos algunas claves para aprovecharlo mejor.
¿De qué material? Los de madera nos ayudan a elegir los colores que queramos, cambiarlos cuántas veces quieras para pintarlos y lo mejor, que haga juego con tus almohadones, sábanas, ropa de cama, etc. Pero además ayuda pensarlo en cuanto a su funcionalidad, por ejemplo, si lees en la cama, sería ideal uno forrado o mullido para que te aporte mayor comodidad.
¿Qué tamaño es el ideal? Una cabecera de grandes dimensiones en un dormitorio pequeño no nos va ayudar porque solamente va a empequeñecerlo aún más. Si la habitación no es muy amplia, uno que sea discreto nos va a dar un espacio mucho más armonioso.
¿Cómo añadir el toque de color a la pared? Pintar en otro color esta pared es, sin duda, una de las opciones más creativas y originales. Si se elige un color diferente al del resto del dormitorio es importante tener en cuenta que el contraste sea armonioso. Por ejemplo, si la cabecera es tapizada es recomendable usar un color bien llamativo y si la cabecera es clara, pintar la pared con un tono más intenso para que haga contraste.
¿Y cómo decorar la cabecera? Aquí nos referimos por ejemplo a unas pequeñas guirnaldas de luz pueden que dar un toque cálido únido. O bien, si el cabecero tiene repisa, por supuesto que decorar con los libros favortios es una gran idea. También puede ir un cuadro grande que imponga su presencia o varios pequeños armando un mosaico, todo esto dependiendo de la altura, tamaño y funcionalidad de la cabecera.
¿Viste? Hay varias opciones para personalizarla, darle un nuevo aire o animarnos a algo completamente distinto de lo que teníamos anterioremente.