En el 2018, el dúo alemán sorprendió gratamente con su presentación en la edición del Asuncionico. “Stolen Dance” sonó y lideró los rankings de las radios paraguayas, así como de otros países. El vocalista y guitarrista Clemens Rehbein ahora nos cuenta en exclusiva sobre los nuevos proyectos y repasó los 10 años de trayectoria de la banda.
Por: Luis Ríos
En los años transcurridos desde que publicaron sus primeras canciones en YouTube, Milky Chance acumuló millones de reproducciones. Desde Coachella y Lollapalooza hasta Bonnaroo y ACL, participaron de conciertos masivos con entradas agotadas en todo el mundo. Se pasearon por casi todos los programas nocturnos de la televisión estadounidense, por donde ahora mismo los artistas latinos también están desfilando.
Sin embargo, cuando la pandemia del covid-19 se esparció, obligó al dúo alemán a cancelar las fechas de su gira de todo un año; Rehbein y el bajista y percusionista Phillipp Dausch se encontraron de nuevo donde empezaron hace casi una década: siendo sólo dos amigos, amantes de la música, con nada más que tiempo y ambición en sus manos.
Es esa sensación de ilimitada libertad y posibilidad la que compone el adictivo “Colorado”, el último single del dúo que vio la luz hace casi un mes. Escrita y grabada en un instante de inspiración, la canción mezcla la esencia del indie rock con el brillo del electro-pop intercalando la guitarra con el sintetizador, mientras transforma el doloroso desamor en algo totalmente trascendente e hímnico.
“Colorado” se inspira más en el mundo del punk, con unos arreglos dinámicos y vigorosos y una letra cruda y desgarradora. Además, es el primer lanzamiento totalmente independiente realizado a través de su propio sello; Muggelig Records.
Sobre ese proceso de ser ‘sus propios jefes’ a partir de esta producción, Clemens Rehbein le cuenta a la VOS que es emocionante y más aún, por ser la primera vez que lanzan música producida y gestionada en un 100% por ellos mismos.
“Somos independientes ahora y tenemos nuestro propio sello. Creo que esa es una gran diferencia y también tenemos mucho más trabajo. Estamos mucho más involucrados en todo el proceso, lo cual es emocionante, pero al mismo tiempo consume mucho tiempo”, explica el vocalista al comenzar la videollamada.
En efecto, Milky Chance ha estado en constante movimiento desde el lanzamiento de su single de debut (y hasta ahora su gran hit) “Stolen Dance”. Grabado en la casa de la infancia de Rehbein, en Kassel (Alemania). El tema se convirtió en un hit internacional después de que la banda lo publicara en internet en 2013, encabezando las listas de éxitos en más de una docena de países antes de cruzar el atlántico y alcanzar el número 1 en la lista Billboard Alternative Chart.
Demostrando que eran más que un single exitoso, el dúo regresó ese mismo año con su álbum debut, Sadnecessary. En los años siguientes, pasarían casi todo su tiempo de gira, haciendo breves pausas para grabar nuevos discos. Esos trabajos igualmente fueron bien recibidos por el público. Blossom que vio la luz en 2017 y Mind The Moon en 2019, antes de volver a salir de gira. Una de las que los depositó en Asunción para la edición 2018 del festival Asuncionico.
De vuelta al estudio
Aunque los dos siempre estaban trabajando, incluso cuando estaban separados, las cosas realmente empezaron a funcionar a toda máquina en agosto de 2020. Fue allí cuando Rehbein se mudó a Berlín, donde su compañero había estado viviendo durante los últimos años. De nuevo en la misma ciudad -como en los viejos tiempos- comenzaron a ir juntos al estudio a diario, trabajando tanto por su cuenta como a distancia con varios diferentes coautores y productores.
“Estar en el estudio fue realmente muy fácil porque teníamos mucho tiempo para estar allí. A veces puede ser muy estresante, llegas a casa de hacer una gira y tienes que trabajar en cosas nuevas. Así que vas al estudio y a la semana siguiente ya tienes que volver a la carretera o hacer entrevistas con la prensa. Esta vez realmente pudimos tener el tiempo para concentrarnos en ser creativos y crear música en lugar de tocarla en el escenario. En resumen, hacer solo eso. Fue muy útil”, detalla el músico alemán.
Fue esa sed de algo fresco y nuevo lo que llevó a los Milky Chance a estirar su sonido en direcciones audaces, abriendo su proceso creativo de manera importante a colaboradores externos por primera vez. Prueba de ello, es la colaboración con la cantante y compositora australiana; Tash Saltana con quien lanzaron “Daydreaming”, en su último disco de estudio.
“No tuvimos la oportunidad de promocionar más este álbum (debido a la pandemia). Ahora nos concentramos en el estudio. Tenemos muchas ideas nuevas en las que estamos trabajando en este momento, nos estamos enfocando en terminar todas estas nuevas canciones y lanzar algunas de ellas este año y también el próximo”, indica el frontman. Además, la banda cuenta con la participación de su amigo Antonio Greger para sus actuaciones en vivo desde 2015.
La pandemia
Milky Chance tenía todo para llevarse al mundo por delante. Un disco nuevo y una gira que los llevaría a una enorme cantidad de países a donde no habían podido llegar hasta ese entonces. Pero todo se detuvo gracias a una extraña gripe que venía desde China e iba tomando lentamente al planeta hasta que se cerraron las fronteras y la vida como la conocíamos hasta ese momento.
Al dúo alemán también le dejó secuelas. “Siento que para el último disco no fue tan fácil porque lo lanzamos a fines de 2019 y acabamos de tener nuestra primera gira con él durante febrero y marzo del 2020. Teníamos una gira completa por delante: América Latina, Estados Unidos, un montón de festivales confirmados. Todo eso fue cancelado”, lamenta el músico.
Así fue como comenzaron todos esos procesos que culminaron en “Colorado” y que, a su vez, generan un abanico de opciones para lo que será su siguiente disco (bajo su propio sello) y volver a conquistar esas fronteras que tienen pendiente.
Conquistar el mundo sin la bandera estadounidense
En sus inicios Clemens y Philipps cantaban en alemán y podrían haber firmado contratos lucrativos con grandes marcas y sellos discográficos de su país. Rechazaron toda propuesta para hacerlo a su manera porque para ellos la originalidad y producción ‘casera’ son muy importantes.
En poco tiempo, cambiaron el idioma de sus canciones. Llegó “Stolen Dance” y el estallido se extendió más allá de la Unión Europea. ¿Cuál es el secreto para lograr ‘pegarla’ en el mundo sin ser una banda estadounidense? “Siento que eso es algo para lo que nadie realmente ha tenido la receta. Lo principal es centrarse en la música es hacer lo que te gusta”, responde Clemens.
Para él hay tantos artistas diferentes y de diversas nacionalidades –e idiomas- que han influido en lo impactante que puede llegar a ser una canción o en la cantidad de público a la que puede llegar. “Si supiera la receta ya la hubiera aplicado y llegar a más gente de la que llegamos, pero nadie hace eso”, comenta entre risas.
“Siento que, si cantas en inglés, la probabilidad de que más personas en todo el mundo se relacionen con la canción es mayor que si canto en ruso o en alemán solamente. Pero además de eso, si pienso en 10 o 15 años atrás, en el top ten de las listas alemanas había una canción en español. Y eso sucedió cada tres años más o menos”, recuerda.
También estaba tan claro que al menos el 80% de las personas que vivían en Alemania no tenían idea de qué se trataba la canción (según Clemens Rehbein) y de todos modos era la canción número uno. Debido a esto es que el idioma realmente no importa cuando se trata de una canción realmente buena. “La música está ahí, la melodía y la vibra. Puedes identificarte y sentirlo, el idioma realmente no importa”, subraya el músico.
Una amistad que perdura en el tiempo
Los dos componentes del grupo finalizaron sus estudios secundarios en el Jacob-Grimm-Schule de Kassel en 2012. Aunque poseen diferentes gustos musicales desde que se conocieron ambos comenzaron a crear música juntos. El éxito les llegó muy rápido porque “Stolen Dance” debutó en 2013, alcanzando el número 1 en múltiples países.
Aun así, la música era un hobbie para estos dos chicos, pero paso a paso, se fueron dando cuenta de que ese pasatiempo sería la profesión a la que se dedicarían. “Inmediatamente después de terminar la escuela secundaria, grabamos nuestro primer álbum y comencé a subir canciones a YouTube y todo explotó”, recuerda el vocalista.
Medio año después, empezaron a salir de gira por Alemania, se presentaban en clubes pequeños y venues similares. “Y explotó. Empezamos a pasar más tiempo en la carretera. Estoy pensando en los dos primeros shows que hicimos y luego medio año después de ellos, ya era un trabajo a tiempo completo, porque consumía mucho tiempo”, destaca. De eso ya pasaron nueve años y estos amigos continúan juntos haciendo lo que más les gusta.
El esfuerzo que Dausch y Rehbein ponían en el estudio, los llevó naturalmente a esforzarse también en otros aspectos de sus carreras. Ya son líderes de la industria con su iniciativa Milky “Change”, que promueve la conciencia ecológica y la sustentabilidad en la industria musical mediante la plantación de árboles para compensar la huella de carbono de sus giras.
Y así, todo vuelve a la libertad del dúo: libertad para crear, para explorar y para ser dueños de su propio destino. Milky Chance ha recorrido un largo camino en la última década, pero hoy en día se sienten felices de haber vuelto al punto de partida.