La cantante, pianista, diseñadora y compositora estadounidense charló en exclusiva con VOS sobre el nuevo disco de su banda, su maternidad, y cómo ve al mundo luego de una pandemia que tiene en vilo al mundo desde hace 18 meses. Una artista que continúa desarrollando “un reino” de seguidores desde hace más de 20 años de carrera.
Por: Luis Ríos
Esta historia arranca a finales del 2019 cuando la banda de Amy Lee se alistaba a preparar su nuevo disco de estudio, a la par de los planes de difusión y las giras. En Wuhan, China, estaba ocurriendo otro acontecimiento que iba a terminar cambiando sus planes para el 2020….y los planes de todo el planeta.
En el documental “Embracing The Bitter Truth” (Abrazando la amarga verdad), la banda aborda este proceso. Esa sensación de incertidumbre que se genera a partir de no entender que está pasando en el mundo, que también les afecta y que –contra su voluntad- detuvo todos sus planes laborales y personales.
Además, la manera en que se las ingeniaron para seguir trabajando a distancia, completar el disco y protegerse al máximo para no contagiarse. “Cuando llegó la pandemia y estábamos a mitad de camino, no íbamos a dejar que eso nos detuviera, así que casi se convirtió en combustible para el fuego. Más desafiante pero más urgente también”, cuenta Amy Lee en una distendida llamada por Zoom.
La banda venía de 3 años sin un nuevo material desde Synthesis. Un trabajo que, es al mismo tiempo de estudio y de compilación, ya que incluye versiones de canciones clásicas con arreglo orquestal y elementos de música electrónica. Además, dos nuevas canciones. Para Amy se sentía sumamente necesario terminar y lanzar el nuevo disco.
Los integrantes se refieren a los períodos de languidez que tuvieron que atravesar en la etapa más estricta de la cuarentena también en el documental, es por eso que volver al estudio, volver a tocar, volver a ser quienes eran, se convertía en algo terapéutico.
“Era como un mecanismo para tener algo que esperar y hacer que mi tiempo importara. De lo contrario, estaríamos sentados esperando quién sabe cuánto tiempo para que las cosas vuelvan a la normalidad”, analiza la cantante desde su estudio.
El quinto álbum de estudio
Finalmente, el 26 de marzo del 2021, vio la luz The Bitter Truth. “Se sintió realmente muy bien hacer este álbum, tener algo con lo que soñar y algo maravilloso en lo que poner tanta energía. En todo caso, estar aislada en casa me hizo pasar el tiempo dando lo mejor de mí”, admite Amy sobre estas nuevas 12 canciones.
Cada disco nuevo de Evanescence representa un momento particular de su vida que se convertió en música. Este nuevo trabajo no es la excepción. La banda estuvo haciendo muchos shows en vivo durante los últimos seis años antes de que llegara la pandemia; entonces era hora de hacer nueva música.
Amy destaca que -en conjunto- llegaron a un punto en el que se sienten realmente unidos. Ya con Jen Majura(la más “nueva”) que ha estado en la banda desde 2015, muy compenetrada con el resto del equipo, era el momento de iniciar una nueva era.
“La última vez que sacamos un disco nuevo fue hace una década (Evanescence – 2011), así que estábamos realmente listos para hacer un nuevo álbum. No solo porque pasó tanto tiempo, sino porque personalmente y como banda, pasamos por mucho desde entonces. Solo queríamos hacer música juntos”, explica.
Si hay un sello en cada disco de esta agrupación es una balada poderosa, conmovedora e íntima. Así tenemos a “My Inmortal” en Fallen, “Good Enough” en The Open Door o “Lost In Paradise” en Evanescence. Según la propia Amy Lee, la balada ideal para The Bitter Truth es “Far From Heaven”, sin embargo, recalca que no compone las canciones pensando en encasillarlas de cierta forma.
“Mucho de lo que impulsa el sentimiento de la canción -para mí- es el significado. El corazón, el lugar de donde vienen las palabras y ese lugar de donde vienen para mí (en cada álbum). La canción lenta es generalmente cuando estoy derramando mi dolor. Para mí en este álbum, eso es Far From Heaven, pero con todas las canciones que mencionaste de los discos anteriores, las letras, las experiencias y la angustia por las que pasé, son la clave de lo que la convierte en una canción especial, separada del resto”, reflexiona.
La maternidad
El 28 de julio de 2014, Amy Lee le contaba al mundo a través de las redes sociales, que su primer hijo, Jack Lion Hartzler, había nacido. Su vida dio un giro completo desde entonces. “Cambió mi tiempo. Por lo general, estoy despierta por la mañana, por lo que no me quedo hasta las 3 de la mañana para terminar una idea. Aprendí a ser más multitarea. Antes de tener a Jack, literalmente no podía hacer nada más que una cosa hasta que estuviera terminada, sin prestar atención a mis propias necesidades”, comenta sobre sus procesos.
Cuando recién fue madre, reveló en varias entrevistas que había pensado que no tendría suficiente tiempo para trabajar en la música, pero notó que la maternidad le dio una lluvia de inspiración y combustible. Es así que en el 2016 sale Dream Too Much, un álbum dirigido a niños. Cada canción de ese disco es -según sus palabras- una historia relacionada a su hijo.
Y en perspectiva, convertirse en madre y tener a Jack le abrió la mente a un amor más grande. “Me permite recordar la primera vez que experimenté cosas increíbles, como el momento en que probaste el sándwich de queso a la parrilla perfecto, o la primera vez que subiste a una montaña rusa, todas esas primeras veces de las que tienes tantos recuerdos. Poder compartir eso con él me hace muy feliz. Lo ves en su rostro y recuerdas que a ti también te encantó en su momento. Ha sido una inyección muy dulce en nuestras vidas”.
Su pequeño también tiene un par de apariciones en el documental que acompaña el nuevo lanzamiento y Amy confiesa: “No me importa ponerme en espera para hacer música, como cuando tengo hambre, estoy cansada o cualquiera que sea mi necesidad, pero cuando se trata de mi dulce hijo de seis años, lo voy a poner a él primero. Así que tengo que romper con lo que estoy haciendo, cuidar de él y volver a hacerlo cuando pueda”.
Salvavidas
Desde que estalló el sencillo “Bring Me To Life” en 2003 y el consecuente lanzamiento de discos, muchas personas, principalmente adolescentes que no encontraban su lugar en el mundo, hallaron en Amy Lee y Evanescence un refugio. Canciones con las que se identificaron al instante y a partir de ellas empezaron a generar sus propios procesos. Es sabido que los fans de esta agrupación son muy apasionados.
Más de uno de esos fans ha dicho que tanto Amy Lee como Evanescence le salvaron la vida. Eso a ella le resulta impresionante. “Es algo que no sabía y no pensé en eso cuando era niña y escribía música, pero lo hace real y creo que es porque la gente se conecta con nuestra música”.
Incluso para ella la música siempre ha sido un lugar seguro, para sentirse comprendida por el arte. “Especialmente cuando estás en la escuela secundaria, cuando nos sentimos tan diferentes. Al crecer nos enfrentamos a encontrar nuestra identidad y sentir nuestras diferencias y sentimientos sobre nosotros y qué es lo que queremos aferrarnos y lo que queremos rechazar”, relata.
La cantante puntualiza en que se trata de momento de descubrimiento, pero que puede ser realmente difícil de enfrenta. En este sentido, el hecho de que su música se haya convertido en un lugar donde la gente puede encontrar refugio, es algo con lo que se siente muy agradecida.
“Tenemos una gran base de fans tan genial, que ahora está en todo el mundo. Algunos de ellos han estado con nosotros desde el inicio y, por supuesto, también hemos recogido algunos nuevos por el camino”, subraya.
Así también, están quienes sostienen que ser fan de una banda como Evanescence o vestirse con la estética de ella es solo “una fase” en la vida de las personas. Amy Lee no le da mucha importancia a esto. “Realmente no me importa demasiado lo que se diga desde afuera. Tenemos un reino tan grande así que todo lo demás nos ‘resbala’”, afirma tajante.
El regreso a los shows en vivo
Luego de más de un año y medio de pandemia en el mundo, con casi 3.000 millones de vacunas aplicadas en todo el mundo y 800 millones de personas que recibieron las dos dosis (según datos de la Organización Mundial de la Salud), la cantante siente como una luz al final del túnel.
“Ojalá pudiera ser más fácil. Es horrible que tenga que volverse político y complicado. Estoy emocionada porque estoy vacunada y mis amigos también. Ya comenzamos a pasar el rato, comer juntos y ha pasado tanto tiempo. Estoy feliz por eso y estoy haciendo planes para ver gente que no he visto”.
Para ella, seguirá siendo un tiempo de transición, un período intermedio en el que pensaremos en protegernos, especialmente porque los niños todavía pueden ser focos de contagio. “Así que queremos tener cuidado con nuestros hijos, para que no se contagien ellos, pero también que no contagien a los demás”, resguarda.
Los del equipo continúan teniendo mucho cuidado. De todas formas, ella se siente emocionada. Ya volvierona agendar conciertos para el final del año y no puede esperar para hacer shows nuevamente.
“Ha pasado demasiado tiempo y estoy lista para volver. No podemos esperar y una vez que empecemos a hacer giras a finales de año, agendaremos tantos espectáculos como podamos. Sudamérica siempre es un lugar importante en nuestra lista, estamos muy emocionados de volver a verlos”, asegura al recordar el show que dio la banda en el marco del Asunción Rock Festival, aquel 19 de octubre de 2021 en el Jockey Club Paraguayo.
Un camino de más de dos décadas
Evanescence se formó en 1995 por la propia cantante, pianista y compositora más, el entonces guitarrista, Ben Moody. Desde allí pasaron muchos discos, shows, tensiones y cambios de integrantes. Hoy en día, Amy al parecer encontró el line up ideal para llevar adelante un proyecto que empezó hace 26 años, siendo apenas una niña de casi 15 años.
“Luché mucho en el camino por nuestra música para seguir haciéndola. A veces era tan difícil que pensé que no la haríamos más y aquí, al otro lado de tantas cosas, que las cosas fueran tan saludables detrás de escena y que todos seamos mayores, hace que todo esté en un punto ideal”, manifiesta satisfecha.
Siguiendo con lo planteado en su documental, disponible en Amazon Prime Video, el productor Nick Raskulinecz (quien produjo los últimos dos discos de la banda) remarca que desde afuera se ve a una banda que respalda y acompaña muy bien a la líder. Y eso se hace más sólido en la cantidad de tiempo que lleva esta formación.
“Hemos estado juntos durante mucho tiempo. Jen (Majura) es la más joven, ha estado con nosotros durante seis años, pero con el resto de los chicos ya son 13 años. Hemos estado juntos, tocamos juntos, vivimos la vida juntos, luchamos juntos, lloramos y reímos juntos. Somos como hermanos. Eso es algo que no podía tener en los inicios”.
De esos comienzos, recuerda: “Éramos un grupo de niños nuevos que intentábamos descubrir quiénes éramos y armarlo. Estoy muy agradecida por cómo resultó”, se despide muy amablemente antes de cerrar la sala de reunión en Zoom.
Evanescence continúa en su camino musical acompañado de una legión de fans que no los abandonó y con miembros que están entregados a su pasión y comprometidos en dar lo mejor a sus seguidores. Todos capitaneados por una Amy Lee que fue de inspiración para muchas vocalistas femeninas y con quien, miles de personas alrededor del mundo se identifican.