Quizás solo comías aceitunas en una ensalada o encima de la pizza, sin embargo, las aceitunas enteras son una forma sencilla de agregar un toque de nutrientes para hacer que las comidas sean más saludables y además, darles un toque de sabor.
1. Las aceitunas están llenas de grasas saludables para el corazón
La nutricionista Brynn McDowell señala que, al igual que el aceite de oliva, las aceitunas son ricas en grasas monoinsaturadas que se incluyen en la categoría de grasas saludables. “Los ácidos grasos monoinsaturados se han relacionado con una menor inflamación y un menor riesgo de enfermedad cardíaca “, explica.
Pero hay una advertencia: obtendremos considerablemente menos grasa si optamos por aceitunas enteras en lugar de aceite de oliva. “El aceite de oliva está compuesto en un 100 por ciento de grasa, mientras que las aceitunas contienen aproximadamente un 20 por ciento de grasa”, dice McDowell.
Dicho esto, agrega que las aceitunas enteras también contienen un poco de fibra (0,1 g por una aceituna grande), mientras que el aceite de oliva no tiene ninguna. Por lo tanto, considere sus objetivos de salud y las recomendaciones de su médico, y tenga en cuenta esos hechos al dividir las porciones de aceitunas y aceite.
2. También son una buena fuente de minerales esenciales
Si no obtienes los 18 mg de hierro recomendados al día, o 32 mg, si es vegano, podés considerar agregar aceitunas a tu rotación de refrigerios. “Las aceitunas negras son una buena fuente de hierro, que es importante para transportar oxígeno a nuestros glóbulos rojos “, indica McDowell.
Una cucharada de aceitunas tiene 0.53 mg de hierro, aproximadamente el 3 por ciento de la dosis diaria recomendada. Agrega que también se obtendrá una dosis adicional de cobre cada vez que se coma una aceituna, un mineral que puede reducir el riesgo de enfermedad cardíaca.
3. Están llenos de antioxidantes
Las aceitunas contienen vitamina E, polifenoles y otros poderosos antioxidantes que pueden ayudar a proteger el cuerpo contra el estrés de la vida moderna. “Los antioxidantes ayudan a combatir los radicales libres dañinos en el cuerpo”, explica McDowell.
“Los radicales libres pueden provocar estrés oxidativo, que se ha relacionado con enfermedades cardíacas y ciertos tipos de cáncer”. Es muy difícil evitar los radicales libres, nuestro cuerpo los produce de forma natural y en respuesta a nuestro medio ambiente, por lo que cuantos más antioxidantes podamos comer, mejor.