Probar cosas nuevas, pensar críticamente sobre las experiencias y expresar curiosidad pueden ser ejercicios poderosos para el cerebro y que además pueden ayudar a mejorar tu memoria.

Aquí te compartimos los ejercicios que te ayudarán a estimular la memoria del cerebro, con opciones para todas las edades.

1. Activa el crítico de películas (o libros) que llevas dentro

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A veces, no hay nada mejor que un relajante atracón de Netflix. Pero si quieres poner en funcionamiento esas sinapsis, baja el control remoto y reflexiona realmente sobre lo que estás observando. “Después de una película, deténgase y piense en todos los mensajes o temas más importantes que se transmitieron”, dice Christine Gall, neurocientífica . “Cuando piense en conceptos abstractos, involucrará su red frontal”.

Ya sea una película, un libro o una serie, active su crítico interno y tómese unos minutos para analizar las lecciones y los conceptos más amplios que acaba de consumir. Mejor aún, mire con un amigo y discuta lo que disfrutó, cómo lo hizo sentir y lo que aprendió. Esto te ayudará a mantenerte alerta a largo plazo, en lugar de estar siempre pasivo.

2. ¿Tienes hijos? Involucrarlos con ejercicios para el cerebro

Nunca es demasiado pronto para comenzar a fortalecer la neuroplasticidad. Para los padres con niños, Zientz recomienda entablar una conversación significativa después de la escuela o alrededor de la mesa. “Me gusta pedirles a mis propios hijos que describan su día usando tres palabras diferentes”, dice. “Incluso si no son los conceptos más complejos, los hace detenerse y pensar. Y es una forma de que los padres se relacionen con sus hijos, lo que les ayuda a desarrollar la confianza para interactuar con los adultos “.

Consejo profesional: anime a sus hijos a usar palabras diferentes cada día. Si vuelven con frecuencia a adjetivos como “aburrido” o “largo”, dígales que describan sus días con otras palabras. Hacer que piensen fuera de la caja involucrará mejor a sus cerebros y flexibilizará esos músculos que construyen la memoria.

3. Piense como un reportero

Esta es la versión para adultos del consejo anterior: en lugar de describir su día en tres palabras, intente condensar su día en un titular.

“Piense en cómo condensaría una idea compleja en una declaración provocativa o pegadiza”, añade Zientz. Nuestras redes frontales, que son responsables de las funciones sensoriales, motoras y cognitivas, se activan cuando nos vemos obligados a pensar de manera concisa. Esto debe ir más allá de simplemente decir cómo le fue en el día: sea creativo con la forma en que resume sus experiencias para aprovechar mejor esa capacidad intelectual.

4. Obtenga una perspectiva diferente

Es natural rodearnos de amigos que tienen las mismas opiniones o desplazarse por noticias que están alineadas con nuestra política. La mayoría de nosotros busca información que respalde nuestro propio pensamiento, pero esa cámara de eco puede poner nuestro cerebro en funcionamiento.

En cambio, participe deliberadamente en conversaciones con otras personas cuyas opiniones se opongan a las suyas. (Digamos, un miembro de la familia que no comparte su entusiasmo por la vacuna COVID-19, o viceversa). El objetivo no es iniciar una pelea, sino profundizar y enriquecer su propia comprensión.

“No se trata de cambiar de opinión o de otra persona, se trata simplemente de tratar de entender”, dice Zientz en un reporte a Well and Good. “Ejercer esa flexibilidad requiere un esfuerzo cognitivo”. Así que los debates de reuniones familiares son en realidad buenos ejercicios para el cerebro, ¿quién iba a saberlo?


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