Cuando el cuerpo no recibe suficiente agua, o si pierde más agua de la que ingiere, es probable que se deshidrate, y esos resultados pueden causar complicaciones tanto inmediatas como a largo plazo, explica el médico Adam Brittain.
El cuerpo humano está compuesto por casi un 60 por ciento de agua. Se basa en el agua para respirar, hacer la digestión, lubricar las articulaciones, eliminar los desechos y mantener la homeostasis, esencialmente, todas las funciones corporales.
Ya sea que te des cuenta o no, estás perdiendo agua durante todo el día, algo cuando sudas o lloras, más cuando haces pipí e incluso un poco con cada respiración que tomas. Como tal, se recomienda beber agua todo el día para prevenir los primeros síntomas de deshidratación como fatiga, dolores de cabeza, cambios de humor y dificultad para concentrarse.
Según el Dr. Brittain y Erika Schwartz, tu cuerpo hace un buen trabajo para advertirte que no está bebiendo suficiente agua o que se pone en riesgo de deshidratación leve. La deshidratación reduce el flujo sanguíneo y el oxígeno al cerebro, lo que a su vez provoca inflamación. Por lo tanto, no beber suficiente agua puede causar dolores de cabeza, confusión mental o confusión, fatiga y mareos.
Además, dado que el agua juega un papel importante en la lubricación de las articulaciones y los músculos, la falta de agua puede significar que experimente dolores y rigidez en las articulaciones o calambres en los músculos y ligamentos. Algunos otros signos son: sequedad de boca y piel, aumento de la sed, orina más oscura, más concentrada y disminución de la orina.