De plato principal o como entrada, combina la capa crujiente del empanado frito con una capa de deliciosa salsa bechamel que explota en la boca. ¿Ya no se les hace agua la boca?
Para que no sea solamente una croqueta y sea al estilo villaroy, la clave está en la salsa bechamel. Esta receta puede usar un huevo entero para cada empanado individual o podes partir al huevo duro por la mitad, y usar cada mitad para empanarla. Ya dependerá del tamaño que prefieras.
Ingredientes
Dos huevos cocidos
Vinagre blanco
Sal
500 ml de leche
40 gr harina
40 gr manteca
Nuez moscada
Pimienta negra molida
Harina de trigo
Galleta molida o pan rallado
Un huevo
Preparación
Para cocinar los huevos. En el agua hirviendo echar un chorrido de vinagre blanco y sal. Agregar los huevos con ayuda de una cuchara. Ojo que los huveos deben estar a temperatura ambeinte. Los dejas cocinar al punto que prefieras, si elegiste partirlos por la mitad, es decir hacerlos huevo duros, deberías dejarlos hervir de 10 a 11 minutos.
Una vez cumplido el tiempo, los sacas de allí con ayuda de una cuchara y los pones en un recipiente con agua fría para cortar la cocción. Los reservas.
Para la salsa bechamel. Tomas la manteca y la harina y la mezclas en una olla a fuego bajo. Revolves hasta que comience a burbujear, eso significa que ya está cocida, u le agregas la leche a temperatura ambiente o fría. Nunca leche caliente. Seguís revolviendo y cuidándola a buejo lento. Cuando ves que está espesando, ya está. La reservas también.
Preparas una bandeja o fuente, en donde pones con ayuda de la cuchara 4 cucharadas de bechamel separadas. Recordá que esto lo haces en base a la cantidad de huevos que tenés. Aquí tenemos dos huevos que partimos.
En cada una de las bases de bechamel agregas la porción de huevo cortado. Luego, cubrís a cada porción con otro chorrito más de bechamel encima. Tratá de que no te queden espacios. Esto llevas a la heladera para que se enfríe.
Cuando ya están fríos, preparas tres recipientes. En uno vas a colocar la harina, en el segundo el huevo batido, y en el tercero, el pan rallado o la galleta molida. Tomas cada porción de huevo y la vas pasando por cada recipiente, y en el orden arriba mencionado. Primero harina, luego el huevo y finalmente, la galleta molida o pan rallado.
Calentas muy bien el aceite en una olla y freís cada porción hasta que esté bien dorada por todos lados. Retiras del aceite, dejas escurrir sobre papel de cocina antes de servir y ¡listo! Los acompañas con la mayonesa casera o salsa que más te guste. Una recomendación final: que los cocines cuando los vayas a comer, porque están en su mejor momento recién hechos.