Celebramos el día internacional de la mujer compartiendo a nuestras protagonistas de series y películas favoritas. ¿Cuáles son las tuyas?
“Son las cosas sombrías las que necesitan nuestra ayuda. Si todo en el jardín está soleado, ¿por qué entrometerse?”, Lady Sibyl, Downton Abbey.
Lady Sybil no es una heroína que pasó a la historia por su lucha incansable por los derechos civiles de las mujeres o por escribir un libro feminista, sino una mujer que, desde su rol de hija menor en una familia aristocrática inglesa, nunca dejó de cuestionar(se) las reglas que se normalizaban a su alrededor.
Aunque era consciente de sus privilegios y empatizaba con las causas sociales (sumaba su voz a las protestas y sirvió como enfermera durante la guerra), no cambió las realidades de una mayoría desfavorecida, sin embargo, su mayor revolución fue poder cambiar la suya.
Lady Sybil era la mirada más humana y noble de la familia Crawley, la cual estaba al mando del condado Yorkshire, y así también la más rebelde ante los ojos del resto. Pero esa rebeldía nunca fue un capricho de su corta edad, y el paso del tiempo lo demostró, ya que siempre se mantuvo fiel a sus ideales.
En una época muy conservadora (1900 en adelante), no dejó de cuestionar la herencia de la que no se sentía parte, y lo hizo sin perder la ternura, cualidad que la llevó a encontrar su lugar en el mundo. Si así como dice la poeta Giaconda Belli “la solidaridad es la ternura de los pueblos”, Lady Sybil fue el personaje que mejor representó eso en Downton Abbey. Por: Micaela Cattáneo.
“Mi vida es mía”, Enola, Enola Holmes
Cuando Enola se queda sola y sus hermanos al fin aparecen en su vida, decide no acatar sus órdenes sobre lo que ella debía hacer con su futuro sin ni siquiera hacerla parte. Se negó a asistir a una escuela para señoritas y siguió el consejo de su madre: “Pinta tu propio cuadro. No te dejes llevar por otras personas. En especial por los hombres”.
Enola tampoco se conformó con el rol que la sociedad le otorgaba. Su principal objetivo no era atrapar marido en la época que vivía -finales del siglo XIX- sino valerse por sí misma: leer, pensar, hablar, pelear y actuar con toda la rudeza, si era necesaria. Además, no temía cambiar el código de vestimenta y ponerse un par de pantalones y una camisa, si la situación lo ameritaba.
Y decidió seguir las habilidades que descubrió de ella misma en medio de su “aventura”. Claramente, demostró que ser una joven mujer no es impedimento para incursionar en un campo laboral dominado por hombres, incluso, logrando sacar ventaja a su hermano Sherlock Holmes. Por: Paz Vaesken.
“No se trata de lo que el mundo pueda darte, se trata de lo que podés traer a él” Anne with an E
Anne Shirley-Cuthbert nos enseñó e inspiró en tantas áreas a lo largo de tres temporadas, incluso a pesar de que era sólo una niña cuando la conocimos por primera vez. Desde valorar nuestra propia voz, reconocer la inmensurable y hambrienta curiosidad que tenemos por aprender, así como todo el potencial para desarollar nuestra mejor versión.
A que la esperanza se alimenta en los lugares más oscuros y que la imaginación -y fuerza de voluntad- se nutre en las páginas de los libros. A buscar perspectiva en los desafíos y a tener presente que todos los días puede ser una aventura porque “No sería ni la mitad de interesante si supiéramos todo sobre todo, entonces no habría espacio para la imaginación”.
Anne no era perfecta, sino íntegra y coherente a sus convicciones. Afrontó sus equivocaciones, cuando las tuvo y pidió disculpas cuando fueron necesarias. Libró sus propias luchas sobre aceptarse y amarse a sí misma tal cual era. Y siempre optó por ver lo que unía a las personas en vez de destacar las diferencias. Anne es una de las mejores protagonistas que nos brindaron las series en mucho tiempo. Y una que ya es parte de nuestra galería de mujeres que inspiran. Por: Jazmín Gómez Fleitas.