El taichí, bajo su nombre chino Taijiquan, fue inscrito por la Unesco en su lista del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, un nuevo reconocimiento internacional de la civilización china después de la caligrafía (2009), la ópera de Pekín (2010) y la acupuntura (2010).
El arte marcial que existe desde hace siglos, el taichí fue originalmente diseñado para el campo de batalla pero, en la actualidad, se considera principalmente como una forma de ejercicio físico o gimnasia suave.
Es practicado por innumerables personas de todas las edades en China, sobre todo en las calles o en los parques, donde se les puede ver encadenar movimientos lentos y rápidos para mantener en forma el cuerpo y la mente.
Un profesor de taichí agarra delicadamente a su alumno, antes de enviarlo bruscamente al suelo. Al igual que ellos dos, los chinos están “orgullosos” de la inscripción de este arte marcial en el Patrimonio Mundial.
“Es muy gratificante que nuestra cultura pueda ayudar a que la gente de todo el mundo esté en mejor forma”, dijo a la AFP Wang Zhanjun, de 47 años, en su sala de entrenamiento en las afueras de la plaza de Tiananmen en Pekín.
“Estoy muy contento”, subrayó, junto a sus cuatro alumnos, este imponente hombre con la cabeza rapada, multimedallista del taichí, que enseñó sus técnicas al actor Jet Li, estrella de las películas de acción.
El taichí consiste en la realización de una serie de movimientos en solitario o de gestos de combate contra un adversario. Se considera que mejora la postura, fortalece el cuerpo y aumenta la flexibilidad de las articulaciones.
El taichí “hace a sus practicantes más guapos y a sus practicantes más bellas”, asegura sonriendo Wang Zhanjun. Un beneficio, según él, debido a la práctica deportiva, pero también al hecho de poder gestionar mejor su respiración y así aumentar el contenido de oxígeno de la sangre.
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Unas partituras originales de Flores marcan el centenario de la guarania
Alguna vez, Chapadmalal deberá alcanzar la resonancia mágica de Comala, de Juan Rulfo; o Macondo, de Gabriel García Márquez. Porque en los misteriosos pasillos de esa localidad perteneciente al partido de General Pueyrredón, provincia de Buenos Aires, vagaba el espíritu errabundo de Augusto Roa Bastos tratando de reencontrarse con una de sus tres bibliotecas desaparecidas, allá por 1980, en igual cantidad de exilios. Y fue nuestro Premio Cervantes el que le mostró al novio de la socióloga Celina Brítez varias bolsas de libros que tenían destino de destrucción.
Y el extraño paquete viajó hasta Comandante Nicanor Otamendi, la casa de la familia Brítez, donde sus integrantes empezaron a descubrir ese incalculable tesoro de nuestro eximio novelista. Y decidieron hacer lo correcto: devolver cada texto a sus legítimos dueños, los herederos de Roa, quienes, a su vez, consideraron que ese legado forma parte del patrimonio cultural del Paraguay. Porque, como diría nuestro escritor mayor, sería una enorme contribución para escribir el libro que escriben los pueblos.
Nada fue por casualidad. Entre aquella biblioteca de Roa ubicaron obras que fueron su fuente de consulta para escribir “Yo el Supremo”, de cuya primera publicación se cumplen cincuenta años en este 2024 que está concluyendo. Esa misma coincidencia de extraordinarios descubrimientos, en consonancia con fechas conmemorativas igualmente extraordinarias, volvió a repetirse en estos días. En un gesto que honra la memoria del gran músico compatriota, Carlos Lara Bareiro, su hijo Alejandro había decidido que las pertenencias de su padre, especialmente libros y partituras, pasaran a formar parte del acervo de la Casa Bicentenario de la Música Agustín Pío Barrios, dirigida por el maestro Diego Sánchez Haase.
Dicho museo y sede de eventos relacionados con su área de competencia forma parte del Centro Cultural de la República El Cabildo, dependiente del Congreso de la Nación. Y en la última entrega de los archivos de Lara Bareiro se encontraron partituras originales de José Asunción Flores, a saber: partitura autógrafa de “Choli”, orquestada por el autor; partitura de “Ahendu nde sapukái”, del mismo Flores; partitura autógrafa de “Choli”, orquestada por Carlos Lara Bareiro, y partituras autógrafas de obras de Luis Cañete y Severo Rodas. Dichos documentos fueron cedidos para su estudio, digitalización y resguardo.
Igual que Roa por Chapadmalal, el espíritu de José Asunción Flores estuvo deambulando entre nosotros en las últimas semanas. La guarania fue declarada Patrimonio Cultural Intangible de la Humanidad por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco). Y el año próximo se celebrará el centenario de la creación de este género musical que identifica el alma de nuestro pueblo, hecho que debe movilizar a toda la sociedad paraguaya, más allá de los intereses sectoriales y partidarios, para que sea una fiesta popular que trascienda los espacios cerrados para ganar la multitudinaria alegría de las calles. Que sea una fiesta de y para la gente, con José Asunción Flores como abanderado.
Nadie tiene derecho a permanecer indiferente a este acontecimiento. Será de obligación moral que todos pongamos nuestro aporte para que podamos reencontrarnos con una de nuestras raíces culturales más emblemática, revalorizando la memoria de aquellas figuras que dieron todo por el país, desde el doloroso exilio, como el caso de Flores, sin pedir nada a cambio. Solo soñaban con días de libertad, democracia y prosperidad para los desterrados en su propia tierra.
Las partituras de José Asunción Flores que ahora fueron encontradas es el mejor augurio de que el año 2025 estará marcado por festejos de gran trascendencia, que deberán unir a todas las familias paraguayas en la conmemoración del centenario de la guarania y de impostergable homenaje a su creador y a todos aquellos que transitaron con igual dignidad y categoría por el mismo derrotero. Definitivamente, tenemos mucho para celebrar.
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Concultura celebrará en Pirayú su última reunión del 2024
El Consejo Nacional de Cultura (Concultura) realizará este martes 17 de diciembre su última sesión del año en la histórica Antigua Estación de Ferrocarril de Pirayú (Paraguarí), en horario de 9:00 a 12:00, con la presencia de autoridades nacionales, locales y representantes de diversos sectores culturales.
La ministra de Cultura, Adriana Ortiz Semidei, encabezará la jornada, dando inicio con palabras de bienvenida y destacando el compromiso del Consejo por promover políticas culturales inclusivas y descentralizadas a lo largo del año. Este año, por primera vez en casi 20 años, el Consejo Nacional de Cultura sale de Asunción para sesionar fuera de Asunción, con el objetivo de descentralizar las políticas culturales y acercar la toma de decisiones a las comunidades del interior del país. La anterior sesión se realizó en Villarrica (Guairá).
El orden del día incluirá temas de relevancia como la presentación de los resultados de la 19º Sesión del Comité Intergubernamental para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Unesco y el informe anual de gestión de la Secretaría Nacional de Cultura (SNC). Además, se procederá a la lectura del acta de la última sesión, reafirmando la transparencia en la gestión de este órgano consultivo.
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Con esta sesión, Concultura cierra un ciclo de trabajo orientado a fortalecer la participación ciudadana y a consolidar la cultura como eje clave del desarrollo nacional, reafirmando su compromiso con el sector cultural y sus desafíos para el próximo año. Concultura es el órgano de representación de instituciones públicas y de la sociedad civil organizada, previsto en la Ley 3051/2006 “Nacional de Cultura”, con carácter consultivo y de asesoramiento a la Secretaría Nacional de Cultura (SNC).
Sus funciones incluyen brindar asesoramiento y sugerencias a la SNC, recomendar medidas para la implementación de políticas culturales, proponer acciones para la descentralización y mayor participación ciudadana, evaluar y recomendar el gasto público en cultura, y acercar inquietudes y demandas de diversos sectores y localidades del país.
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Celebrarán a la guarania en un concierto en AMP
“Guaranias, Flores y sentimiento popular” se denomina el concierto que se realizará el miércoles 11 de diciembre, a las 20:30, en el local de la Asociación de Músicos del Paraguay, sito en 15 de Agosto entre Primera y Segunda proyectadas, en Asunción, para celebrar la declaración del género musical como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Unesco.
El recital es presentado por la cantante Vivi Talavera, que estará acompañada por los artistas nacionales Diana Barboza, Mirta Noemi Talavera, Devorah Rolón, Vicky Díaz, Víctor Riveros y Ángel Molinas. Además de una orquesta dirigida por el maestro Óscar Fadlala Safuán, con Juan Pablo Giménez en el bajo, Daniel Pavetti en la batería y Gabriel Colmán en la guitarra.
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La Unesco reconoció el martes 3 de diciembre a la guarania, un género musical muy popular en Paraguay, como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, en el marco de la primera reunión celebrada en Asunción por el Comité Intergubernamental para la Salvaguarda del Patrimonio Cultural Inmaterial.
Se trata de un ritmo creado en 1925 por el músico José Asunción Flores (1904-1972), que se toca en dúo o trío de guitarras y arpa paraguaya -instrumento importado por los jesuitas del siglo XVII, adaptado localmente- y puede incluir voz. Flores, que murió exiliado en Argentina durante la dictadura de Paraguay (1954-1989), soñó en su creación musical con un país imaginario llamado “Guarania”.
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Paraguay seguirá promoviendo más expresiones culturales ante la UNESCO
La ministra de Cultura, Adriana Ortiz, destacó el gran logro alcanzado por el Paraguay el pasado 3 de diciembre, cuando la guarania fue reconocida por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, durante la 19° sesión del Comité Intergubernamental de la organización que se llevó a cabo en Asunción.
En una charla en el espacio de la Vocería de Gobierno, encabezada por la vocera Paula Carro, la ministra de Cultura destacó que la guarania, genero musical creado por el artista compositor paraguayo José Asunción Flores, se convierte en la tercera expresión paraguaya que ingresa en la lista de patrimonio de la humanidad.
Recordó que en el 2020 fueron incluidos el “Tereré y el Poha Ñana”; mientras que hace un año se logró la misma distinción para el “Poncho Para’i de 60 Listas”. Explicó que Paraguay ha postulado sistemáticamente ante este comité aquellas expresiones culturales que identifican a cada paraguayo.
“Haber logrado el tercer reconocimiento es el resultado de un minucioso trabajo que se viene realizando y que se seguirá haciendo, buscando el reconocimiento de otras expresiones que forman parte de nuestra esencia”, enfatizó.
Destacó que los esfuerzos por el reconocimiento de la guarania y de su creador, José Asunción Flores, se enmarcan en la política de promoción cultural del Paraguay que emprende y lidera el presidente Santiago Peña
Próximas expresiones a ser presentadas
En ese sentido, informó que en el Comité de Patrimonio Cultural Inmaterial del Paraguay, que lidera la Secretaría Nacional de Cultura, han elegido dos expresiones que serán deliberadas en el año 2025 ante la Unesco. Por un lado, señaló el ñandutí y, que es de práctica tradicional en las ciudades de Itaguá, de Pirayú, específicamente la compañía Tuyucuá, y de Guarambaré.
Además, en carácter de salvaguarda urgente, la técnica de alfarería de las mujeres artesanas de las ciudades de Tobatí e Itá, cuyo principal elemento es el kambuchi (cántaro paraguayo).
“Son reminiscencias que forman parte de nuestra identidad más profunda y que hoy ya están en la lista indicativa de la Unesco y se va tratar el año que viene. Por otra parte, el Comité de Patrimonio Inmaterial del Paraguay tiene la inmensa tarea, que no sé aún cómo vamos a hacer, para elegir algo de la gastronomía paraguaya. Entre la chipa y el vorivorí, la verdad está muy difícil y no sé cómo vamos a resolver aún, porque cada país debe elegir una expresión por año”, explicó.
Mapa cultural universal
En otro momento, la ministra de Cultura calificó el reconocimiento por parte de la UNESCO como un acto de justicia para el Paraguay, ya que lo ubica en el mapa de la cultura universal.
“La guarania es algo que nos identifica, que nos une y nos compromete a tener una mirada país a futuro de promover en las nuevas generaciones el amor por la cultura y prepararlas para que puedan velar por lo que es patrimonio de nuestra nación”, enfatizó.
Asimismo, Ortiz señaló que la guarania es un género que actualmente se estudia en importantes universidades del mundo, y en ese sentido declaró que junto a la Cancillería emprenderán una diplomacia cultural que permita la difusión de estas expresiones.
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