El sábado 31 de octubre, a los 90 años, y en su casa en Las Bahamas partió mientras dormía. Se lo recordará en el cine como el mejor de los James Bond, y este año ya se nos fueron muchas leyendas.

Rechazar al Manchester por la actuación

De orígenes humildes, de padre obrero y madre trabajadora del servicio doméstico, abandonó la escuela a los 13 años. Más adelante ingresó a la Royal Navy y tres años después fue dado de baja por padecer de úlcera péptica. Como Connery no tenía problemas con el trabajo y hacer lo que fuera, trabajando en el teatro local le fascinó el mundo de la actuación por lo cual rechazó una oferta en el Manchester United.

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El icónico -y mejor- James Bond

El primero en dar vida al personaje de Ian Fleming y en sentar el tono que tendría el mítico espía. Aunque la crítica repartió duros comentarios, es el más amado por el público y el que tiene 7 películas Bond en su historial.

Ganador del Oscar por Los Intocables (1987)

No quería encasillarse sólo como James Bond, por lo que buscó otros proyectos cinematográficos como El nombre de la Rosa (1986) que le valió un premio Bafta y después de lo cual vendría su Oscar.

Nombrado caballero por la Reina Isabel II

En el año 2000 fue nombrado caballero por la reina Isabel II en el Palacio de Holyrood, en Escocia. Amaba su país natal, aunque había hecho su fortuna en Hollywood, no olvidaba sus raíces y fue el fundador del Scottish International Education Trust, para apoyar a artistas emergentes en Escocia gracias a su salario ganado en 1971 como James Bond en Diamonds Are Forever.

El obituario escrito por Michael Bay

El director y productor en su despedida a Sean Connery contó una anécdota destacando que Connery representaba un maestro para él. Durante la filmación de The Rock (1996), en un momento dado salió a relucir el tema de que los ejecutivos ejercían presión sobre él, que era el director y novato aún, debido a que la película había sobrepasado el calendario de filmación. “En clásico estilo de Sean Connery, el sacó su fuerte acento escoces: ‘Este muchacho está haciendo un buen trabajo, y ustedes viven en sus malditas torres de marfil y necesitamos más maldito dinero’. Sin perder tiempo ellos preguntan cuánto. Él lo hizo porque amaba las películas. Amaba la excelencia y hacer lo mejor que podía. Su ética de trabajo era impecable, la mejor que he visto”.

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