En esta nueva instalación que es parte de A Forest Where Gods Live, consiste en unas rocas megalíticas que emergen de la tierra y cambian continuamente gracias al movimiento de las personas. “Cada momento es único y nunca más se podrá volver a ver”, dicen los artistas.
Este colectivo de arte interdisciplinario e internacional de teamLab ya nos tiene acostumbrados a esto, por ejemplo, con el Mori Building Digital Art Museum en Tokio como muestra permanente, le mostraron al mundo como realizar instalaciones artísticas que pudieran ser una experiencia única para cada persona que la vea, sienta y toque. Completamente inmersiva.
Ahora con esta muestra abierta denominada A Forest Where Gods Live en el parque Mifuneyama Rakuen, exploran cómo las formas del bosque y el jardín se pueden utilizar tal cual para crear obras de arte que permitan crear un lugar donde podamos trascender la frontera en nuestra comprensión de la continuidad del tiempo, sentir la larga, larga continuidad de vida.
Una de las exposiciones que componen la muestra general se llama Megaliths in the Baths House Ruins y consiste en esta simulación de rocas megalíticas que emergen del suelo e invanden el lugar, como si estuvieran allí hace mucho tiempo para mostrar en ellas, por ejemplo, las flores que crecen y luego envejecen en distintas velocidades, así como también un universo de partículas de agua que muestra una cascada que constantemente cambia su fluyo.
Una belleza dea admirar aquí: