Emmanuelle Charpentier, genetista, y Jennifer Doudna, bioquímica, son las dos ganadoras del Premio Nobel de Química; quienes pasan a integrar la lista de 7 mujeres que recibieron este premio en sus 112 años de existencia.
Las dos científicas y sus equipos, publciaron en la revista Science en junio de 2012 sobre una nueva herramienta con la que se podía simplificar el genoma, se llama CRISPR-Cas9 y es conocido como “tijeras moleculares”.
En el 2015 integraron la lista de las 100 personas más influyentes del mundo que elabora la revista estadunidense Time. Y desde que Charpentier y Doudna descubrieran las tijeras genéticas CRISPR-Cas9 en 2012, su uso se ha disparado.
Esta herramienta contribuyó a muchos descubrimientos importantes en distintos campos de investigación. Por ejemplo, las mutaciones causantes de la distrofia muscular y de la fibrosis quística, para eliminar el virus de la hepatitis B.
Incluso, los edafólogos han empleado esta técnica para desarrollar cultivos resistentes a las plagas, el moho o la sequía, mientras que en medicina se están realizando ensayos clínicos de nuevas terapias contra el cáncer y, en un futuro próximo, podrían servir para erradicar enfermedades hereditarias.
“Este descubrimiento ha llevado a las ciencias de la vida a una nueva era, y, en muchos aspectos, están aportando el mayor de los beneficios para la humanidad”, destacaron desde la dirección de los premios Nobel. Y sí, era un premio largamente esperado en la comunidad científica.