Como parte del programa Artemis se enviará a una mujer y a un hombre a la superficie lunar, en lo que sería el primer aterrizaje desde 1972. Y ya están planificándolo.
El administrador de la NASA, Jim Bridenstine, mencionó en una entrevista que la astronauta elegida será: “alguien que haya sido probada, alguien que haya volado, alguien que ya haya estado en la Estación Espacial Internacional”. Y que ya esté en el cuerpo de astronautas.
En el 2019 había 12 mujeres astronautas activas, sin embargo, desde entonces se han unido otras cinco astronautas de la NASA que se graduaron del entrenamiento a principios de este año. Aunque no está claro si alguna de los astronautas más nuevas cumpliría con los criterios mencionados a tiempo como para volar en la primera misión de aterrizaje en 2024.
Justamente la revista TIME, recientemente publicó su lista de las 100 personalidades más influyentes de este año, también incluyó a dos astronautas: Christina Koch y Jessica Meir. Quienes fueron perfiladas en la entrevista nada menos que por Mae Jemison, la primera astronauta afroamericana en el espacio.
La destacaban porque no sólo arreglaron la estación espacial en el 2019 sino porque completaron -7 horas y 17 minutos- la primera caminata espacial de mujeres: “cambiando a quiénes vemos como fuertes valientes, competentes y quienes están en el equipo que supera los límites de la exploración”; describía Jemison.
Porque lo hicieron en una de las circunstancias más desafiantes en las que pueden operar los seres humanos: a una altitud orbital de 402 kilómetros y a una velocidad de 28.164 kilómetros por hora. Además, lo hicieron vistiendo trajes espaciales diseñados para la década del ’70 cuando la fisiología, medidas y comodidad de los hombres había sido la plantilla para diseñarlos.
¿Será una de ellas la elegida? Ahora mismo el programa sigue buscando más fondos del estado para seguir desarrollando el programa y conseguir que para el 2024 ya esté aprobado el Artemis 3, la misión que la llevará a la luna.
Actualmente en la NASA el 34% de la fuerza laboral corresponde a las mujeres, en comparación al 16 % en 1970.