Tras un descanso de casi una década y media, el grupo nacional Skp7 vuelve a la música con un concierto denominado Asciende y Ataca programado para este abril. Pero, ¿es solo un regreso por una noche o es definitivo?
Por: Luis Rios
La agrupación nacional se presentará el 14 de abril de este año en el Sheraton Asunción Hotel, ubicado en la Avenida Aviadores del Chaco 2066, a las 19:30. Esteban Monzón (voz y guitarra), Cynthia Sanders (voz y coros), Fernando Sequeira (bajo) e Iván Foltz (batería) se reencontrarán una vez más con su público, que hoy ya no son adolescentes.
“Sabemos que los tiempos son distintos, pero queremos volver a disfrutar con nuestros fans, soltar nuestra música. Durante estos 14 años recibimos muchísimos mensajes en donde nos pedían que volvamos, aunque sea para un último concierto. Este no va ser solo un concierto para tocar y desaparecer, creemos que va a ser el regreso de un montón de cosas nuevas que vamos a ir haciendo”, adelanta Esteban Monzón desde Nueva York, donde vive con Cynthia y sus hijos.
En esta propuesta que denominan Asciende y Ataca, la banda promete volver a emocionar a sus seguidores que los esperan hace 14 años con sus hits que marcaron a una generación en la música cristiana. Pero, el grupo pudo trascender más allá del circuito cristiano y sonar –por ejemplo- en algunas de las principales radios comerciales e incluso canales de televisión.
El comienzo
Cuando Esteban era un adolescente, soñaba con ser como Rolando Chaparro. “Era un niño que iba al conservatorio nacional de música y estaba loco por verle a Rolando tocar su guitarra. Dentro mío decía: ‘Algún día voy a tener mi grupo, algún día voy a cantar’. Hasta que nos llegó la oportunidad. A todas las personas que se esfuerzan, sueñan y nunca sueltan sus dueños, les llega esa oportunidad en la vida. Es algo que las personas deciden”, afirma.
Su sueño de tener una banda inició en el año 2001. Esteban hablaba con Iván Foltz, quien en ese entonces vivía en Encarnación. “Él viene a Asunción y se queda en mi casa, allí empezamos a movernos, a ensayar. A Fernando Sequeira lo conocía porque juntos tocábamos música en mi iglesia, entonces le invito a participar, también a Víctor Noguera que era el otro guitarrista”, recuerda.
Presentaron un demo de dos canciones: Mi Próxima Ciudad y Se Siente Cansado. “En aquella época, empezó a funcionar una escuela cristiana de canción y ahí le conozco a Cynthia Sanders (quien ahora es su esposa), la invito a un ensayo y en ese ensayo nos damos cuenta que tenía una voz excepcional. Mi voz es buena, pero cantando con ella era aún mejor. Por supuesto, quedó contratada ahí mismo”, comenta entre risas.
Y agrega: “Hubo algo que nos marcó que esta banda tenía que perdurar y era el impacto en el rostro y la sorpresa de la gente cuando nos escuchaba. Terminábamos de tocar y nos preguntaban de donde éramos. No podían creer que éramos de Paraguay”.
Empezaron a recibir invitaciones a un montón de conciertos en pubs, iglesias, café concerts y más. Eso dio paso a escenarios más grandes y los llevó a otras presentaciones en eventos gospel como Festival Esperanza en el Estadio Defensores del Chaco, Impacto en el Estadio Club Olimpia, Santo Verano en el Anfiteatro José Asunción Flores y conciertos como Rock Rohayhu, la Expo de Mariano Roque Alonso y la de Santa Rita.
“Nos dimos cuenta que no era simplemente un grupo de músicos que tocaba juntos y nada más. Provocábamos algo en la gente, nos decían que éramos una banda diferente. Eso fue creciendo y nosotros también lo cuidábamos y lo valorábamos”, expresa.
Desde sus inicios buscaron una identidad propia y no copiar a nadie, trataron de ser originales, de hacer sus propias canciones, locuras, voz y sonido. “Eso es algo que nosotros lo mantenemos hasta hoy. Gracias a eso, pudimos tocar varios estilos: rock alternativo, pop/rock, new metal en un momento que ese género estaba muy de moda. Era una mezcla de estilos, pero siempre sonando con la esencia de Skp7″, señala.
Hoy en día, según sus redes sociales, la banda se caracteriza por su estilo pop-rock, fuerza y carisma en sus presentaciones. Y según asegura el músico, “no queremos encerrarnos en un estilo, nos gusta estar abiertos a lo que nos gusta. De esa forma fuimos avanzando y esas primeras épocas las tenemos muy bien guardadas en nuestros corazones”.
Reciclable y Salvando al planeta
Después de realizar varios conciertos en vivo, la banda tuvo la oportunidad de grabar su primer disco llamado Reciclable. El mismo fue grabado en el 2005 en el estudio de Sosa Global Music y la Plaza Producciones, masterizado en Buenos Aires, Argentina. Ese mismo año se realizó el lanzamiento del material en el Polideportivo del Club Sol de América, donde asistieron alrededor de 5.000 personas.
“Estábamos en el camerino y nos contaban que la fila para entrar al concierto era de tres cuadras. Era una locura. Yo no lo podía creer. Creo que tuvimos buena repercusión en la radio y en la tele. Eso nos ayudó mucho a difundir y recordar constantemente de nuestro concierto lanzamiento en el Sol de América. Nos llamaban de las radios en la previa para preguntarnos qué tal, que invitemos a la gente, que dejemos un saludo. Yo creo que fue obra de Dios. Dios nos puso en gracia con la prensa y con personas de influencia. Fue una temporada muy linda”, atesora el guitarrista.
Ese impacto que ellos veían en la cara de la gente que iba a sus primeros shows, se materializó en difusión. Skp7 solidificó su masividad más allá de los circuitos religiosos y tuvo sus momentos en los medios masivos y tradicionales. “Nunca tuvimos que pagar para sonar en la radio. Lo hicimos a puro corazón, sin auspiciantes, sin nada. Íbamos a la radio con nuestra canción a mostrar lo que hacíamos. La receptividad tanto de las radios cristianas como de las seculares siempre fue buena”, reflexiona.
Skp7 podía sonar en Obedira (radio cristiana), en la Rockandpop o en Radio Disney. Recorrieron programas de radio y tv para presentar su música. “Nos recibían muy bien. Entonces, la gente nos escuchaba en la radio, nos veía en la tv, iba a algún concierto. Era una rutina y nosotros solo seguíamos ese movimiento. Sin pagar nada, vimos el apoyo de todos, por lo visto le caímos en gracia a toda esa gente y es algo que atesoramos mucho”, confiesa.
Luego, en el 2007 grabaron su segunda producción discográfica Salvando al planeta en Buenos Aires, en los estudios de Circo Beat que pertenecen a Fito Páez. “Llegamos a ser noticia en medios de Argentina, México y Brasil. Fuimos a tocar a Argentina y Brasil varias veces gracias a eso”, resalta.
Un sueño más allá de la frontera
Para el año 2009, a la banda le iba muy bien en el mercado nacional, pero sentían ganas de más. “Empezamos a sentir como un techo o un tope y queríamos más. Con ese deseo y esa corazonada, vinimos a los Estados Unidos. Aquí estamos hace 14 años. Vinimos detrás de un sueño que siempre perseguimos en nuestro corazón que es hacer música, tocar, seguir grabando. En fin, seguir impulsando ese sueño que teníamos desde hace años guardado en nuestros corazones”, explica Esteban.
Establecieron algunos contactos, empezaron con el mismo trayecto que hicieron en Paraguay: a tocar en bares, iglesias, en todos lugares donde las oportunidades se les presentaban. “Nos fue bien en los primeros dos años, pero tuvimos que enfrentar la vida acá. Este es un país muy caro. A los meses de haber llegado acá, la tarjeta de crédito que yo traje de Paraguay estaba recontra sobre girada”, comparte.
El sueño americano tenía un costo alto y la factura llegó a la casa de sus padres en Asunción. “Mi papá me llamó desesperado a preguntarme qué es lo que estaba haciendo porque tenía una cuenta de 8.000.000 de guaraníes con la tarjeta. Yo solamente gastaba en comida, en el supermercado y me movía en tren. Nada más. El día a día en Estados Unidos demanda mucho dinero”, relata.
Y añade: “Tuvimos otros trabajos, claro que sí. En esa primera época cuando llegamos, yo entré a trabajar a una cafetería. Aprendí a servir el café con bagels. Fui un empleado más, tuve que aprender el idioma, poder saludarle a la gente al atenderle. También tuve una oportunidad de trabajar en la construcción. Fue un momento muy duro, pero de bendición porque todas las experiencias que tuvimos nos hicieron fuertes. Y hoy, estamos aquí”.
Después, pudieron avanzar con todo el papeleo y documentación que requiere el estatus legal en ese país. Ese proceso llevó tiempo. “Entre el papeleo de migración, hicimos un cambio de VISA, todo eso hasta conseguir la Green Card. Todo eso que creímos que iba a funcionar en un corto plazo, finalmente se dio en 14 años. Fueron tiempos de mucho aprendizaje y de valorar lo que teníamos y lo que ahora tenemos”, reconoce.
Para Esteban, lo lindo de todo eso es que ese sueño que tenían, creció y nunca murió. “Si no lo abrazábamos así, al día siguiente no íbamos a tener algo para ofrecer. No íbamos a tener esa continuidad, ese sueño más grande, esa vida más grande que fue lo que vinimos a buscar cuando salimos de Paraguay. Le dimos sacrificio, le dimos empeño, sudamos, lloramos cuando tuvimos que llorar. Hubo alguien que nunca nos abandonó y ese fue Dios”, rescata.
Los Monzón-Sanders
Durante ese tiempo, Esteban y Cynthia se casaron y hoy tienen una hermosa familia. Son padres de Arwen Monzón Sanders, quien fue parte del elenco de Frozen El Musical. Con esa gira, ella viajó –acompañada de su mamá- por todo Estados Unidos recorriendo un montón de ciudades.
“En ese sentido, tengo que mencionar a mi esposa. Cynthia es la que inició a nuestros hijos esta carrera. Esto fue un milagro tremendo para nuestra familia. Hace 9 años atrás, cuando Arwen era chiquita, estaba estudiando danza en una escuelita. Un día, la mamá de una de sus compañeritas le cuenta a mi esposa que su hija ya estaba haciendo comerciales, apareciendo incluso en algunas series de televisión”, introduce.
Ellos no tenían idea de cómo funcionaban esos contactos en la industria artística. Entonces, esta persona le pasa el dato a Sanders y ahí comienza una carrera que para los orgullosos padres, es increíble hasta ahora. “A mi hija la encuentran talentosa y la empiezan a elegir para comerciales, para hacer el doblaje de algunas voces. Arwen habla fluidamente español, inglés, canta y actúa. Eran muchas cosas que los directores iban valorando en ella y la elegían. Y empezó a crecer en su carrera muy rápidamente”, expresa muy contento.
Ella hoy está en una agencia llamada Take 3 Talent que la tiene ocupada participando de todo tipo de audiciones y con la que se le concretan varios proyectos. “Además de Frozen, ella estuvo en un Broadway show como la joven Fiona en Shrek Jr. El Musical. Con esa performance es que después la eligen para Frozen. Fue muy loco porque a ella la vuelven a llamar luego de Anna más adelante para hacer de Elsa, eso no pasó con las otras niñas. Ahora mismo, Arwen tiene 12 años y está audicionando para un montón de cosas”, indica su padre.
A Arwen le sigue Donnovan quien cumplirá 11 años el próximo 28 de febrero. “Él también tiene unos dotes actorales tremendos. Tiene un gran talento para actuar. Él ya estuvo en un Broadway show: On Your Feet! The Story Of Emilio & Gloria, inspirada en Emilio y Gloria Estefan. Donovan hizo del pequeño Emilio en esa puesta en escena. A parte de eso, le encanta el basquetbol y sueña con llegar a jugar en la NBA”, comenta Monzón.
El contacto que buscaron durante tanto tiempo
Desde que llegaron a Estados Unidos, Cynthia y Esteban buscaron conectar con un productor. “Aquí contratar a un productor significa mucho dinero; hablamos en dólares, se le paga por hora. Es una cosa carísima y complicadísima”, refiere el músico. Eso hizo que la búsqueda tome su tiempo, pero la vida les tenía preparado algo que llegó gracias a su hija.
“En ese trajín de cosas, llegamos hasta Cory Shuman (Little Bird Big Sound Studio, Savannah, Georgia, EEUU). Él le encuentra a mi hija, le escribe al Instagram y le cuenta que es productor, que trabaja con artistas, produce canciones y le dice que ve mucho talento en ella. Le explica que quiere trabajar con ella y le deja sus datos de contacto”, rememora el papá de Arwen.
Cuando ella les cuenta la propuesta a sus progenitores, ellos comienzan a investigarlo. Le respondieron el mensaje, conversaron con él y por fin establecieron ese contacto que desde hacía años estaban buscando. “Cory nos cayó tan bien. Nos parece una persona tremenda y desde el vamos le gustó la idea de producir ambas cosas: a Arwen y a Skp7. Tuvimos que viajar 10 horas en auto desde Nueva York donde vivimos nosotros hasta Georgia donde está su estudio. Eso fue una aventura familiar impresionante”, dice.
Shuman comentó sus ideas, les explicó cómo poner su música en todas las plataformas digitales. Grabaron Seven el tercer disco con él y ahora Cory los está esperando nuevamente para empezar a trabajar en el cuarto disco. “Nosotros estamos soñando con un cuarto disco que lo vamos a trabajar después del regreso. Al volver de Paraguay, Iván y Fer van a ir a los Estados Unidos también. Nosotros queremos grabar aquí el nuevo disco de Skp7. Ese futuro material tiene mucho que ver con la fecha del regreso: el día 14. No puedo adelantar mucho, pero todo tiene que ver”, promete.
Asciende y Ataca
El 14 de abril de este año será el regreso de Skp7 a Paraguay denominado. La fecha no es tanta casualidad, tiene un propósito.
“Ocurre que después de la pandemia de todo ese ambiente de encierro, angustia y demás, entendimos que era el momento de volver a despertar el sueño. Qué manera de despertar el sueño que volviendo a Paraguay, pero no con las manos vacías, quisimos regresar con el corazón motivado, fresco para ofrecer a los medios”, explica.
Esa noche se hará un repaso por sus producciones Reciclable (2005) y Salvando al planeta (2008), además de presentar su más reciente disco “Seven” (2022), pre-producido por Cynthia Sanders y producido por Cory Shuman. “Tenemos nuestros clásicos, pero también queríamos renovar la oferta”, agrega.
La puesta en escena se está preparando con muchos audiovisuales en los que se compartirán vivencias profundas y personales que los mantuvieron firmes y anclados para lo que fueron llamados. En palabras de los integrantes de esta agrupación: “Asciende y Ataca busca inspirar al público a seguir avanzando y accionando en busca de los sueños y nunca darse por vencidos”, según el comunicado de prensa.
“Estamos los cuatro preparando todo el show juntos. Tuvimos un montón de reuniones por videollamadas con los chicos que están en Paraguay, hablando, ensayando, planificando cosas, reestructurando todo. Cada uno se está preparando individualmente, nosotros con Cynthia vamos a llegar el 7 de abril a Asunción y ahí ya vamos a ensayar todos juntos”, detalla.
Aparte de los miembros de la formación clásica de la banda, se sumará para la ocasión Hernán “Fula” Drisner en las guitarras, conocido por integrar la banda argentina de rock cristiano Kyosko y Allan Foltz en los teclados. “El show va a tener efectos especiales, un sonido espectacular, un juego de luces y escenografía de primera. Va a tener demasiadas cosas para que realmente sea un concierto inolvidable e imperdible”, insiste Esteban. Las entradas limitadas para dicho encuentro están en venta por Red UTS y se pueden adquirir a G. 100.000.
Agradecer por todo lo vivido
Luego de más de 20 años con la música, con sus sueños y decisiones, los Monzón-Sanders, los vocalistas de Skp7, se siente felices por todo. El valor más grande está en sus hijos. “Vemos en ellos ese entusiasmo, nos dicen siempre: ‘Mamá, papá, ustedes tenían su grupo. Ustedes tienen que seguir porque esto que hicieron es impactante’. Ver que ellos están orgullosos por lo que nosotros hicimos, hace que Cynthia y yo nos sintamos que todo valió la pena”, atesora Esteban.
El tiempo, dinero, sudor, lágrimas, todo fue invertido correctamente y tuvo como resultado algo bueno. “Nos damos cuenta de que todo el sacrificio tuvo valor y tiene valor hoy para ellos y ellos son todo para nosotros. Me siento muy privilegiado de tener la vida que tuvimos, de hacer lo que hicimos y estoy muy entusiasmado por continuar con eso. Nuestros hijos son el motor, nos motivan y producen algo en nosotros que nos inspira a seguir”, afirma tajante.
Una frase que los identifica es: “Los sueños nunca mueren, solo duermen”. Para ellos, hay un momento para despertarlos y creen que llegó ese momento. “Queremos volver a Paraguay no solamente para tocar, queremos ir a decirles a todos que es momento de despertar sus sueños y poder ser una voz de influencia y de ánimo para otros”, finaliza Esteban Monzón.
Esta agrupación está lista para reencontrase con su gente, para seguir construyendo un sueño y para volver a conectar con su positivismo. Si estas decaído y decidiste abandonar algo, si estas desganado, ellos quieren devolverte ese aire para intentarlo de nuevo.