Mantenerse hidratado es imprescindible para que el cuerpo funcione correctamente, sin embargo, hay una creencia de que tomar agua mientras se hace ejercicio afecta al desempeño.
Beber agua ayuda a salvaguardar la columna vertebral y los tejidos delicados, asegura movimientos intestinales y urinarios regulares, mantiene en condiciones la temperatura del cuerpo y mejora la calidad de la piel y las funciones renales.
Además, desintoxica el cuerpo a través de la micción, sudoración y deposiciones. Pero, ¿es igual de bueno beber agua durante las actividades físicas? La respuesta de los expertos del American Council on Exercise es sí, de hecho confirman que es extremadamente fundamental beber agua antes, durante y después de una intensa sesión de entrenamiento.
Además, recomiendan unos 500 a 600 ml de agua de 2 a 3 horas antes de hacer ejercicio, 230 ml de 20 a 30 minutos antes de comenzar el entrenamiento y 300 ml cada 10 a 20 minutos durante el ejercicio. Al terminar, tomar unos 230 ml de líquido.
Y es que cuando te sometes a un ejercicio intenso se pierden grandes cantidades de agua y sales corporales en forma de sudor, ya que el cuerpo está formado por un 70% de agua. Entonces, necesitas mantenerte hidratado cuando te estás ejercitando para un rendimiento óptimo.
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No solo esto, beber agua entre entrenamientos para mantener el cuerpo hidratado ayuda a evitar los calambres musculares, el estrés por calor y la reducción de la resistencia. En lugar de tomar grandes cantidades de agua, se sugiere consumir pequeños sorbos para evitar la deshidratación.
Si no tomas suficiente agua y te deshidratas, puedes experimentar síntomas que incluyen sequedad en la boca y los labios, sensación de mareo y fatiga. Por eso, toma suficiente agua y evita estos errores:
1. Beber agua mientras estás de pie. Esta es la forma incorrecta de hidratarse, ya que pone en riesgo tu salud al provocar problemas pulmonares y renales, indigestión y artritis.
2. Agregar edulcorantes artificiales al agua. Aunque los edulcorantes artificiales no tienen calorías, pueden aumentarte de peso. Además, a pesar de ser refrescantes, deshidratan tu cuerpo. Los líquidos como la cafeína o los refrescos deben evitarse estrictamente antes y durante las sesiones de entrenamiento.
3. Tomar demasiada agua. Cuando haces ejercicios, limita tu consumo de agua porque puede causarte molestias gastrointestinales y, en situaciones graves, hiponatremia que es una afección similar a la deshidratación que pone en peligro la vida.
4. Beber agua rápidamente. Mientras haces ejercicios puedes intentar tomar agua lo más rápido posible, pero esto puede hacer que las impurezas se acumulen debajo de los riñones y la vejiga. Por lo tanto, bebe despacio y en pequeños sorbos.
5. Agua fría. El aumento de la temperatura corporal central durante una sesión de actividad puede retrasarse bebiendo agua fría, especialmente antes y durante el entrenamiento. Los expertos recomiendan consumir solo agua tibia.
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