Para eliminar las malas hierbas del jardín se puede removerlas manualmente o con la ayuda de sustancias químicas, sin embargo, existe una solución natural que funciona bien y es totalmente inofensiva: la sal.
Si bien ningún herbicida puede etiquetarse como verdaderamente “inofensivo”, la sal es una opción no tóxica que se puede utilizar para controlar eficazmente las malas hierbas que crecen en el jardín.
Pero no toda sal es igual cuando se trata del control de malezas, para que realmente funcione debes usar sal de mesa regular yodada o no yodada. El cloruro de sodio logra matar las malas hierbas al deshidratar las plantas y alterar el equilibrio hídrico interno de las células de las plantas.
¿Cómo usar la sal como herbicida?
Dado que la sal es soluble en agua, se aplica con mayor eficacia cuando se prepara como agua salada, ya que esto facilita la absorción de las malas hierbas. Solo necesitas disolver 200 gramos de sal en 1 litro de agua y pulverizar sobre las plantas no deseadas.
El agua salada deben aplicarse directamente al follaje de la maleza, evitando remojar las raíces con la mezcla para proteger el suelo y las plantas circundantes. El preparado se puede aplicar desde una botella rociadora o verter desde un recipiente, y si hay otras plantas cerca, debes regarlas para eliminar el agua salada que haya llegado a ellas y al suelo circundante.
En macizos de flores y huertas con espacios reducidos, no se recomienda el tratamiento con sal.
Otros herbicidas no tóxicos
Los vinagres domésticos son una opción, aunque son menos efectivos que los vinagres hortícolas que contienen concentraciones más altas de ácido acético. Este producto, cuando se mezcla con sal y agua, tienen el potencial de controlar las malas hierbas, pero al igual que el agua salada, debe aplicarse con cuidado, ya que con el tiempo puede cambiar el equilibrio del pH del suelo, lo que afectará el crecimiento de futuras plantas.
El agua hirviendo también se puede utilizar con cierto grado de eficacia. Es una excelente opción para lidiar con grupos de malas hierbas, ya que el agua no tendrá efectos residuales en el suelo. Sin embargo, como con la mayoría de los otros herbicidas, el agua hirviendo debe aplicarse al jardín con mucho cuidado para no dañar las plantas que no desea matar.
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