Un buen descanso es esencial en la vida del ser humano porque influye directamente en la salud y repercute a nivel positivo en nuestro bienestar mental. Aquí algunos consejos para dormir mejor.
Si descansamos bien en la noche, el cerebro procesa la información que acumulamos durante el día, lo que puede mejorar nuestro bienestar mental. Sin embargo, cuando no logramos conciliar el sueño o nos toca lidiar con algunas interrupciones al dormir, desarrollamos una fatiga psicológica.
Y es que una buena noche de sueño puede brindarnos algo más que un descanso, nos ayuda a prevenir los problemas mentales. Cuando alcanzamos la etapa del sueño en la que experimentamos los sueños, las partes de nuestro cerebro que supervisan el pensamiento y la memoria, así como las emociones, están activas para mejorar nuestra salud mental y emocional.
Por el contrario, una mala calidad del sueño afecta nuestro estado de ánimo y aumenta los niveles de estrés. Las investigaciones comprueban que las dificultades prolongadas para dormir pueden contribuir o empeorar una serie de problemas de salud mental, incluidos los trastornos de ansiedad, bipolaridad, depresión, esquizofrenia y por déficit de atención con hiperactividad.
Los trastornos de salud mental pueden causar interrupciones y provocar la fragmentación del sueño o despertares frecuentes cuando dormimos, lo que altera nuestros ritmos circadianos. El ciclo de patrones de sueño deficientes puede resultar en somnolencia diurna excesiva, cambios de humor, problemas de memoria y microsueños, que son breves ráfagas de inconsciencia durante las horas de vigilia que se sienten como un desmayo.
Otro punto importantes es la privación del sueño que ocurre cuando no duermes las horas suficientes de manera rutinaria. Esta falta de sueño puede provocar interrupciones en la vida cotidiana, desde aturdimiento y retraso en los tiempos de reacción hasta cambios de humor y somnolencia diurna excesiva.
Consejos para dormir mejor
1. Mejorá tu higiene del sueño. Practica mejores hábitos de sueño, empezando por establecer una rutina para relajarte, como ducharte antes de dormir, leer un libro o meditar antes de apagar las luces. También es esencial seguir un horario de sueño constante todas las noches.
2. Mantené un ambiente confortable. Utiliza luces tenues y apaga todos los dispositivos encendidos al menos una hora antes de irte a dormir para una transición más fácil a la vigilia, la primera etapa del sueño. Si vives en un lugar ruidoso o duermes durante las horas diurnas más ruidosas porque trabajas en un turno de noche, intenta dormir con tapones para los oídos para evitar que el ruido exterior te moleste.
3. Reduce su consumo. Consumir refrigerios o comidas cerca de la hora de acostarse puede hacer que te sientas incómodo y limita tu capacidad para dormir bien por la noche. Evita cualquier estimulante, como la cafeína o el alcohol y los productos del tabaco, los que hacen que conciliar el sueño sea más difícil.
4. Haz siestas cortas. Las siestas largas durante el día pueden dificultar que te quedes dormido por la noche. Los estudios de neurociencia sugieren que una siesta de 20 minutos pueden ser tan regenerativa como una siesta larga, dándote el descanso que necesitas sin afectar tu rutina nocturna.
5. Actividad física. Una rutina de ejercicios constante puede mejorar tu capacidad para dormir al gastar energía y reducir el estrés. Los estudios muestran que las personas que hacen ejercicio regularmente tienen una mejor calidad de sueño que las que no lo hacen, ya sea que realicen ejercicios cardiovasculares, entrenamiento en intervalos de alta intensidad u otro ejercicio de alta intensidad.
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