En esta nueva edición de Poderosas con Marilé Unger, la protagonista es la waterpolista y ganadora de casi 600 medallas en diferentes disciplinas: Jennifer Rodríguez, quien superó las adversidades de la vida para salir adelante.
Por: Verónica Giménez
Jennifer Rodríguez es una atleta que atravesó por diversas pruebas de exigencia máxima sin tirar la toalla. Con valentía, perseverancia y amor a la bandera paraguaya, la waterpolista ganó un total de 596 medallas en diferentes disciplinas a lo largo de sus 33 años de carrera.
Para llegar a los Juegos Odesur ASU 2022 tuvo que sortear obstáculos y armarse de valor para cumplir su sueño: ser una de nuestras representantes. Y no solo logró destacarse en las competencias a sus 42 años, también conquistó el corazón de todo un pueblo con su historia de vida que se viralizó a través de las redes sociales.
“Cuando iban a ser los Juegos Odesur yo estaba en una situación económica muy mala, con un kiosquito que apenas se movía. Sabía que eso iba a generar gasto porque los entrenamientos eran seis veces a la semana y le pedí a Dios un poquitito de sabiduría y a mi esposo su acompañamiento. Rafaelito mi hijo me dice ‘mamá yo te quiero ver ahí'. Entonces no tenía opción para rendirme”, relata.
Y agrega: “Detrás de cada atleta hay una historia y yo puedo decir que la mía es de guerra, de lucha, porque nunca me rendí y cumplí mi sueño de llegar a los Juegos Odesur”.
Confiesa que debido a la situación económica por la que atravesaba, su familia no la pudo acompañar, pero que se quedaron en la casa rezando por ella y a la vuelta de cada competencia les contaba cómo le fue.
“Podía tomar la decisión de ser voluntaria, pero yo dije no porque mi sueño era entrar a un estadio, a una inauguración con mi bandera que tenga el nombre de mis hijos y de mi esposo. No me desenfoqué en mi meta y en esos seis meses pasé cosas terribles como atleta, como mujer, pero no perdí el foco de mi objetivo”, comenta.
Al ser waterpolista, Jennifer tenía que estar preparada para que su cuerpo funcione dentro del agua en una pileta de casi tres metros. Gracias a su perseverancia y superación, puso toda su fuerza en el arco paraguayo y consiguió un buen desempeño. “Así que puedo decirte a vos mujer que si tenés un sueño no te canses de pedirle a Dios que te de la fuerza. Entrená, luchá y quemate las manos haciendo algo para salir adelante, pero procura por ese sueño, porque se puede cumplir a la edad que sea”, expresa.
Jennifer se define como una verdadera guerrera que todos los días desde las 4:00 ya está en pie para trabajar y cumplir todos sus roles, porque además de deportistas, es mamá, esposa y emprendedora.
Un golpe en pandemia
Como muchas personas, también fue afectada tras la llegada del coronavirus al país. Su situación económica estaba en un estado crítico, tanto que para sacar adelante a su familia, decidió emprender y dedicarse a la venta de medialunas. A pesar de ni siquiera saber cocinar, puso todo su esmero en su emprendimiento, al cual llamó La tiendita del amor.
“El comité olímpico me regaló un kit y yo tenía con mi esposo G. 5.800. Al kit solo le faltaba levadura, pero ¿por qué le faltaba levadura? Esa noche antes le había pedido a Dios si me podía guiar qué podía hacer para sacarle adelante a mi familia en pandemia. Dije que iba a abrir YouTube y que iba a cerrar mis ojos y que iba a hacer un movimiento para que él me mostrara. Me muestra pan de leche y yo le dije ‘Padre Celestial voy a volver a cerrar mis ojos porque yo no sé cocinar’, entonces vuelvo a hacer y me muestra medialunas de manteca”, recuerda.
Y añade: “Fui al almacén y consigo por G. 5.500 la levadura y esa tarde empecé a hacer panes de leche y medialunas de leche. Terminé con G. 108.000. Hoy es mi fuente de ingreso y el sostén de mi familia. Nunca es tarde para nada”.
Sus personas favoritas
Para Jennifer su inspiración y motivación diaria es su familia. En el segmento del programa, donde recorre su vida en fotografías, agradece a su madre doña Rubí Basualdo, por ser su formadora de vida, quien le dio como deporte la natación y nunca le permitió rendirse.
También destaca el amor y acompañamiento de sus hijos, Nahir, Rafael y Areli, y el de su esposo Jorge, quienes son su fortaleza para seguir de pie todos los días. “Son el tesoro más grande que Dios me regaló”, concluye.
El video completo lo puedes ver aquí.