Hay distintas razones que explican las causas de la piel grasa, y por eso también existen diferentes maneras de tratarla. Te contamos qué ingredientes incluir a tu rutina de belleza.
Se trata de un problema cutáneo de lo más común que afecta la apariencia facial de la persona. La cara tiende a estar más brillante y genera consecuencias como la aparición de los puntos negros y granitos, además puede afectar el autoestima de quienes la padecen.
Y es que la piel grasa o seborrea es un exceso de sebo que suele mostrarse especialmente en la frente y la nariz, los poros de la piel se dilatan y esta se vuelve más gruesa. En los casos más graves, se percibe una capa de grasa al tocar el rostro. También puede darse en el cuero cabelludo y hacer que el cabello esté más graso y pegajoso.
El papel del sebo es evitar que la piel se seque, por eso paradójicamente la piel grasa suele ser escamosa en la superficie, causando así dermatitis seborreica en el centro del rostro o el cuero cabelludo. La buena noticia es que la piel grasa es tratable y hay algunas cosas que se puede hacer para ayudar a deshacernos de ella.
Pero antes de aprender a tratarla, es importante saber que existen varios factores que motivan su aparición, incluso muchas personas son las que notan que tienen la piel más grasa. Te contamos las principales razones:
- El estrés y la ansiedad. En un principio puede que nuestra piel sea seca o mixta, sin embargo, las variaciones en nuestra rutina y la necesidad de cumplir con las obligaciones personales generan cierta presión, ansiedad y estrés que hacen que se segregue una hormona llamada cortisol, que provoca inflamación en la piel y altera su apariencia, dando pie a la aparición de acné u otras imperfecciones.
- Mala alimentación. No solo se refiere a no llevar una dieta saludable, equilibrada y proporcionada, sino también a comer en grandes cantidades. Esto provoca inflamación con los azúcares, las grasas saturadas o el exceso de sal.
- La contaminación. Intoxican la piel y obstruyen los poros con la suciedad y los ácaros haciendo que la grasa se vaya acumulando, pero no únicamente se encuentra en el exterior, sino que dentro de nuestras propias casas también existen, en mayor o menor medida.
- El ambiente seco. La piel no puede respirar de forma adecuada y por tanto no se oxigena como debería, llegando a inflamarse. Además la pérdida de agua transepidérmica que ocurre por estar expuestas durante mucho tiempo a ambientes secos provoca que la piel pierda lípidos clave, lo que deriva en un aumento excesivo de la producción de sebo para así compensarlo.
- Una mala rutina. Se refiere a las rutinas de belleza que llevamos tanto por la mañana como por la noche. Y es que una higiene facial pobre, como una excesiva y con productos muy agresivos generan problemas inflamatorios en la piel. La limpieza facial correcta es esencial para estimular el proceso de renovación celular.
- Falta de vitamina D. Tiene una acción antibacteriana y antiinflamatoria necesaria para reducir y mantener controlada la grasa. Además, el calor estimula la circulación y la transpiración, lo que ayuda a eliminar el exceso de aceite en la piel y que así se limpien los poros.
Así se puede combatir la piel grasa
No es un problema al que debamos resignarnos, de hecho puede reducirse si incluimos ciertos ingredientes a nuestra rutina de belleza. Por ejemplo, el agua de rosas y ciprés que son astringentes, por lo que hará que la piel no segregue tanto sebo y reduzca los niveles del que ya está afectando a la piel.
El agua de rosas es uno de los limpiadores clave porque además es perfecto para las pieles sensibles que suelen reaccionar ante los limpiadores con más compuestos. Los expertos también recomiendan la manzanilla porque tiene propiedades dermopurificantes y antisépticas, con lo que combate el acné, reduce la grasa y cierra los poros abiertos.
Otras alternativas son la mascarilla de arcilla que absorbe el exceso de grasa y, por tanto, seca los granos, el azufre porque tiene propiedades desinfectantes, astringentes y antiinflamatorias. Se utiliza en jabón, ayuda a secar la grasa y contribuye a desobstruir los poros, y el aloe vera que alivia y calma las pieles grasas y acnéicas, es decir, las pieles más inflamadas.
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