El bienestar emocional, psicológico y social conduce a una imagen positiva de uno mismo y a relaciones satisfactorias con otras personas. En el Día Mundial de la Salud Mental, la psicóloga Laura Cáceres nos habla de su importancia y cómo reconocer un problema.

Por: Verónica Giménez

La salud mental es más que la ausencia de trastornos psicológicos, se trata de uno de los principales pilares de nuestra vida que nos ayuda a desarrollarnos internamente, tomar buenas decisiones, establecer relaciones y afrontar los desafíos que se presenten en nuestro entorno.

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Sin embargo, su deterioro afecta nuestra salud física, genera patologías y enfermedades, que incluso pueden ser crónicas. Tener una adecuada salud mental nos hace más productivos, mejora nuestras relaciones sociales y nos ayuda a mantener actitudes positivas.

La psicóloga Laura Cáceres indica que existen múltiples factores, tanto psicológicos como biológicos que afectan nuestra salud mental, tales como las habilidades emocionales, el abuso de sustancias y la genética.

“Los riesgos pueden manifestarse en todas las etapas de la vida, pero los que ocurren durante los periodos sensibles del desarrollo, en especial en la primera infancia, son particularmente más perjudiciales”, explica.

Y agrega: “La exposición a circunstancias sociales, económicas, geopolíticas y ambientales desfavorables, como son la pobreza, violencia, desigualdad y degradación del medio ambiente, pueden aumentar el riesgo de afección. Las amenazas mundiales también son un riesgo, entre ellas, las recesiones económicas, los brotes de enfermedades, las emergencias humanitarias y los desplazamientos forzados, las guerras, y la creciente crisis climática”.

Las causas biológicas de las enfermedades mentales no se pueden modificar, pero sí se pueden cambiar los factores sociales y el estilo de vida. Varios estudios confirman que hay momentos clave en los que se pueden llevar a cabo acciones que evitan padecer enfermedades psiquiátricas, uno de ellos es la infancia, en la que adversidades como los abusos sexuales o el bullying están detrás de numerosos casos de patologías mentales.

Otra etapa crucial es la edad adulta, en la que el sedentarismo y la deficiente alimentación, entre otros elementos, desembocan en una madurez y vejez con más enfermedades físicas, como las cardíacas, pero también mentales. Es más, se comprobó que reduciendo las adversidades infantiles podría evitarse uno de cada tres casos de esquizofrenia y que disminuyendo los abusos sexuales se podrían prevenir uno de cada seis casos de depresión.

También las evidencias constatan que una reducción del estrés laboral permitiría evitar uno de cada cinco casos de depresión. “Es posible evitar que millones de personas desarrollen trastornos mentales, sin embargo, debemos tener en cuenta que muchos de ellos, probablemente la mayoría, seguirán ahí debido a factores biológicos, entre los que se encuentran los genéticos que no se pueden prevenir”, señala.

Alertas de un deterioro en la salud mental

Determinadas experiencias, pensamientos y sentimientos podrían indicar la presencia de ciertos problemas de salud mental o la necesidad de recibir ayuda. De hecho, cuanto más tiempo duran estas señales, su gravedad aumenta e interfieren en la vida diaria.

La especialista en salud mental menciona la importancia de reconocer las alertas de un deterioro en la salud mental para trabajar en ellas y mejorar nuestra calidad de vida. Sentirse inútil o con sentimientos de culpa, llorar mucho sin ningún motivo en particular, aislarse de otras personas y experimentar ansiedad, pánico o miedo, son algunas señales de cómo se presenta.

Tener grandes cambios en el estado de ánimo, desarrollar un cambio en la alimentación o sueño, tener muy poca o demasiada energía, perder el interés en los pasatiempos y las actividades placenteras, problemas para concentrarse, irritarse o enojarse con facilidad, llevar un ritmo acelerado de pensamientos o agitación.

Otras alertas son: escuchar voces o ver imágenes que otras personas no experimentan, creer que los demás se confabulan en contra de uno, querer hacerse daño o desear hacerlo a otra persona.

“Debemos cuidar siempre nuestra salud mental. Hacerlo de forma correcta ayudará a sobrellevar situaciones de estrés, a estar bien físicamente, a relacionarnos de una forma sana con los demás y a ser productivos, entre otros aspectos importantes de la vida”, expresa.

¿Un problema de salud mental es una señal de debilidad?

La psicóloga afirma que es un mito pensar que los problemas de salud mental son un signo de debilidad porque los trastornos psicológicos no tienen relación con la fuerza o la debilidad. De hecho, una enfermedad mental necesita tratamiento de la misma manera que lo necesita una infección o si se tiene un brazo roto.

Muchos factores influyen en la salud mental como los genes o la química del cerebro, las experiencias de vida, más aún, si fueron eventos traumáticos o si se tiene un trabajo o vida hogareña muy estresante. La historia familiar también desempeña un papel esencial, tener un padre o madre con un problema de salud mental podría aumentar el riesgo de desarrollar algún trastorno.

¿Cómo podemos cuidar de nuestra salud mental?

“El autocuidado, es decir, dedicar tiempo a hacer cosas que ayudan a vivir bien y a mejorar la salud física y mental, pueden ayudar a controlar el estrés, disminuir el riesgo de contraer enfermedades y aumentar el nivel de energía. Incluso algunas acciones por pequeñas que sean pueden generar un gran impacto en nuestro bienestar”, menciona.

Cáceres menciona algunos consejos para iniciar el autocuidado:

Hacer ejercicio con regularidad. Solo 30 minutos de caminata diaria pueden ayudar a mejorar el estado de ánimo y la salud.

Consumir alimentos saludables y mantenerse hidratado. Una dieta balanceada y mucha agua pueden aumentar el nivel de energía y de atención a lo largo del día. También, limitar el consumo de bebidas con cafeína, como refrescos gaseosos o café.

Darle importancia al sueño. Establecer un horario y dormir suficiente tiempo. La luz azul que emiten diversos dispositivos y pantallas puede hacer que sea más difícil conciliar el sueño. Por eso, se debe reducir el grado de exposición a la luz azul del teléfono o de la computadora antes de que llegue la hora de dormir.

Practicar una actividad relajante. Existen diversos programas o aplicaciones móviles de relajación o bienestar que podrían incorporar meditación, relajación muscular o ejercicios de respiración. Programar un horario regular para estas y otras actividades saludables que se puedan disfrutar, también podría ser escribir en un diario.

Establecer metas y prioridades. Decidir lo que se debe hacer en este momento y lo que puede esperar. Aprender a decir “no” a nuevas tareas si se empieza a sentir que está asumiendo demasiadas cosas. Tener presente lo que se ha logrado al final del día, en lugar de lo que no se ha podido hacer.

Practicar la gratitud. Recordar diariamente cosas por las que se está agradecido. Ser específico. Se puede escribir al final del día.

Centrar la atención en las cosas positivas. Identificar y cuestionar los pensamientos negativos y poco útiles.

Mantenerse en contacto. Comunicarse con amigos o familiares que puedan ofrecer apoyo emocional y ayuda.

La salud mental tras la llegada del Covid-19

De acuerdo al informe de la Organización Panamericana de la Salud, la pandemia Covid-19 afectó negativamente la salud mental y el bienestar de todos en todo el mundo. Los índices de estrés, depresión y ansiedad se dispararon alarmantemente.

“No hay salud sin salud mental”, sostiene la profesional y menciona que las personas que viven en condiciones de vulnerabilidad fueron las más afectadas. También los jóvenes se han visto afectados de manera desproporcionada.

“La prevalencia global de ansiedad y depresión aumentó en un 25% solo en el primer año de la pandemia. En las Américas, el Covid-19 exacerbó un problema ya crítico. La región enfrenta crecientes tasas de suicidio, con algunos países experimentando las tasas de suicidio más altas del mundo”, profundiza la profesional.

¿Cuándo una atención profesional es necesaria?

Cáceres recomienda que no se debe esperar a que los síntomas abrumen para buscar atención psicológica. “Hay que buscar ayuda profesional si se tiene síntomas graves o angustia que duran dos semanas o más, como dificultad para dormir, cambios en el apetito que originan altibajos no deseados en el peso y problemas para levantarse de la cama en la mañana debido al estado de ánimo”, detalla.

A la psicoterapia se lo considera una herramienta eficaz para tratar diversos tipos de problemas psicológicos. “Hoy en día es frecuente encontrarse con personas que a pesar de necesitar, no quieren ir al psicólogo, esto puede ser debido a varios factores y creencias. Por ello, es importante informarse adecuadamente”, concluye.

El Día Mundial de la Salud Mental se recuerda cada 10 de octubre con la finalidad de aumentar la conciencia de los problemas de salud mental en todo el mundo y movilizar los esfuerzos en apoyo de la salud mental.

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