Acompañar las dificultades y dolor del otro a través de la escucha y compasión nos hace emocionalmente solidarios, pero esta habilidad no es algo natural en todos. Te contamos cómo desarrollarla.

Por: Verónica Giménez

Las maneras de brindar apoyo emocional a los demás a menudo se muestra desde el aliento, tranquilidad y apoyo genuino que ofrecemos. Esto podría incluir expresiones verbales o gestos de afecto.

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Ser emocionalmente solidarios se basa en sostener con delicadeza al que sufre, sea cual fuese su razón. Es una actitud que fluye entre palabras, empatía y solidaridad, y que beneficia tanto al que lo ofrece como a quien lo recibe.

Cuando uno brinda ese apoyo emocional a otros está diciendo que no están solos. Con el tiempo, este mensaje puede tener un impacto aún más positivo en la salud mental que los estimulantes temporales del estado de ánimo o las formas de apoyo.

Es importante tener en cuenta que no se puede brindar acompañamiento solo con buena intención, también es necesario tener la consciencia y el corazón bien atentos para tranquilizar y brindar contención a quien no está pasando por su mejor momento.

Como el apoyo emocional puede mejorar la perspectiva y bienestar general de cualquier persona, debemos estar listos para escuchar activamente porque esto demuestra nuestro interés y para alguien que está luchando, saber que su dolor es escuchado puede marcar una gran diferencia.

Sin embargo, ser emocionalmente solidarios no es algo natural para todos, pero puede ser desarrollado con un poco de práctica:

1. Validar: piensa en la última vez que pasaste por algo difícil, probablemente querías hablar con alguien sobre el problema, pero es posible que no necesariamente quisieras que lo arreglaran o hicieran que desapareciera.

El soporte no requiere que comprenda completamente un problema o proporcione una solución. A menudo, no implica nada más que la validación. Cuando validas a alguien, lo estás haciendo saber que ves y entiendes su perspectiva.

2. Evitar el juicio: a nadie le gusta sentirse juzgado. Es posible que alguien que enfrenta una situación difícil como resultado de sus acciones ya se haya juzgado a sí mismo. De todos modos, quien busca apoyo generalmente no quiere escuchar una crítica, a pesar que esta sea constructiva y con las mejores intenciones.

Al ofrecer apoyo, trate de mantener sus opiniones sobre lo que deberían haber hecho o dónde se equivocaron.

3. Saltar el consejo: nadie quiere consejos a menos que lo solicite. Incluso cuando sepa que tiene la solución correcta, no la ofrezca hasta que lo pregunten específicamente. Si han pasado de “desahogarse” a “hablar sobre el problema”, un mejor enfoque suele implicar el uso de preguntas reflexivas para ayudarlos a encontrar soluciones por sí mismos.

4. Ayudar a mejorar su perspectiva: en los momentos de dificultad personal, especialmente los que implican rechazo, pueden deprimir a las personas y hacer que duden de sí mismas y de sus capacidades.

Si notas que parece estar un poco deprimido, más duro consigo mismo de lo normal, o dudando de sí mismo, uno o dos cumplidos sinceros pueden contribuir en gran medida a mejorar su perspectiva.

5. Apoyar sus soluciones: cuando la persona cree haber encontrado una respuesta a su problema, es posible que tenga algunas dudas sobre la eficacia de su solución. Por eso, a menos que su enfoque implique algún riesgo o peligro, es mejor ofrecer apoyo en lugar de señalar las fallas en su plan.

Evite decirles lo que cree que deberían hacer, ya que esto puede deshacer cualquier sentimiento positivo del apoyo que ya ha ofrecido. Incluso si piden una opinión honesta, evite responder con críticas duras o negativas.

6. Ofrecer afecto físico: después de una conversación difícil, dar un abrazo a alguien puede brindar apoyo físico que refuerce el apoyo emocional que acaba de ofrecer. Sostener la mano de un ser querido mientras se somete a un procedimiento doloroso, recibe noticias desagradables o se ocupa de una llamada telefónica angustiosa puede ayudarlo a sentirse más fuerte.

7. Evite minimizar: a nadie corresponde decir qué tan molesto debemos sentirnos por cualquier tipo de angustia, ya que en cada uno impacta de manera diferente. Comparar las dificultades de un ser querido con los problemas que enfrentan otras personas puede suceder sin darse cuenta como un intento de consuelo, debemos estar atentos para no hacer sentir mal a quien nos necesita.

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